GUIADOS POR LA PALABRA DE DIOS

 

 

 

 

 



 

 

PALABRA DE DIOS  - 1ª Semana de Adviento

NOVIEMBRE
LUNES - 29
Is 2, 1-5; 
Salmo 121
Mt 8, 5-11

MARTES - 30
Rom 10, 9-18
Salmo 18
Mt 4, 18-22

DICIEMBRE
MIÉRCOLES - 1
Is 25, 6-10a
Salmo 22
Mt 15, 29-37

JUEVES - 2
Is 26, 1-6
Salmo117
Mt 7, 21. 24-27

VIERNES - 3
Is 29, 17-24
Salmo 26
Mt 9, 27-31

SÁBADO - 4
Is 30, 19-21. 23-26
Salmo 146
Mt 9, 35-10, 1. 6-8

 

REFLEXIONES
PRIMERA SEMANA

TESTIGOS DE LA FE HOY

* Si queremos ser hoy
testigos de la fe, debemos
conocer el mundo que nos
rodea; esto requiere una
mirada lúcida y profética

* En Europa hay signos
destacados de la presencia
cristiana, pero el avance del
laicismo hace que estos
signos se conviertan en
vestigios del pasado.

* Para muchos es difícil
integrar su fe y el mensaje
evangélico en la experiencia
cotidiana; les es difícil vivir
la fe en Cristo en una realidad
social y cultural en la que
lo cristiano está continuamente
amenazado y desprestigiado.

 

 

 

 

LAS VELAS DE ADVIENTO

Las velas de Adviento son,
un símbolo de que la luz
y la vida
triunfarán sobre las tinieblas
y la muerte,
porque el Hijo de Dios
se ha hecho
hombre
 y nos ha dado la verdadera vida.

 

UN NUEVO AÑO LITÚRGICO

Comenzamos de nuevo el Año Litúrgico con este tiempo que llamamos Adviento; tiempo de esperanza y de encuentro con el Señor, que se hizo hombre para buscarnos a todos los que andamos dispersos y desorientados a causa del pecado. 

Mi vida es Cristo dice San Pablo y también nosotros queremos afirmar lo mismo en este comienzo del año.

Por poco que reflexionemos, descubrimos en todos los rincones del mundo una realidad, tanto personal como social, que nos lleva al desaliento, al enfado, a la desesperanza.

 Se dan situaciones frecuentes y graves que nos desbordan, nos hacen sentir impotentes, nos irritan, nos llenan de oscuridad, desánimo e impotencia, y que nos plantean una pregunta muy seria ¿Dónde está Dios? ¿Es que se ha olvidado de nosotros? ¿Es que nos ha dejado, cansado de nuestras torpezas?
 

 

Esas situaciones deben hacernos descubrir nuestros pecados y nuestras culpas, como lo hiciera el Pueblo de Israel; porque hemos sido y somos nosotros quienes destrozamos el mundo y provocamos la muerte masiva de seres humanos. Porque somos nosotros quienes vivimos amargados y hacemos sufrir –a veces mucho- a quienes tenemos junto a nosotros. Y el descubrimiento de nuestros pecados debe provocar en nosotros el arrepentimiento y la oración: ¡Ojalá rasgases el cielo y bajaras! ¡Ojalá salieras a nuestro encuentro y fuéramos salvados. 

Estamos en camino. Buscamos constantemente. Ojalá levantemos nuestros ojos y encontremos al Señor, que es el final de la búsqueda. 

La oración esperanzada que brota del corazón arrepentido, se apoya en la promesa de salvación que hizo Dios a los hombres después del primer pecado. Promesa que cumplió en Jesús de Nazaret viniendo así al encuentro de los hombres. Pero los humanos seguimos dormidos y olvidamos que vino a nuestro encuentro, o estamos tan dormidos que no somos capaces de descubrir que ya está aquí, a nuestro lado.

La Palabra de Dios intenta sacarnos de nuestra modorra diciéndonos: ¡Vigilad! Pues no sabéis cuándo vendrá el Señor. Y el Señor se hace presente en nuestra vida en muchos acontecimientos pequeños y grandes a los que no somos capaces de mirar con ojos limpios para descubrir la presencia del Señor; porque andamos ocupados con nuestras cosas, nuestras pequeñeces, o con nuestras miserias que hacen presente el pecado y el mal allá donde nosotros estamos. 

¡Velad para que el Señor no os encuentre dormidos!

El tiempo de Adviento, como tiempo de preparación a la Navidad, es tiempo de conversión y arrepentimiento; es tiempo de oración y súplica confiando en la misericordia del Señor. Es tiempo de esperanza porque el Señor es el que más interés tiene de encontrarse con nosotros y espera encontrarnos despiertos.

Propongámonos esta primera semana dedicar tiempo a la oración suplicando al Señor que venga a nosotros y llene nuestra vida de su presencia y su esperanza.

 

 


 

 

PALABRA DE DIOS   2ª Semana de Adviento

LUNES - 6
Is 35, 1-10; 
Salmo 84
Lc 5, 17-26

MARTES - 7
Is 40, 1-11
Salmo 95
Mt 18, 12-14

MIÉRCOLES - 8
Gn 3, 9-15. 20
Salmo 97
Efesios 1, 3-6. 11-12
Lc 1, 26-38
INMACULADA

JUEVES - 9
Is 41, 13-20
Salmo144
Mt 11, 11-15

VIERNES - 10
Is 48, 17-19
Salmo 1
Mt 11, 16-19
 

SÁBADO - 11
Eclo 48, 1-4. 9-11
Salmo 79
Mt 17, 10-13

 

REFLEXIONES
SEGUNDA SEMANA

* Tenemos que hacer un alto
en el camino:
         
- Tomarnos en serio nuestro Bautismo, donde Cristo selló una
alianza con nosotros.
          - Tomar conciencia de que
Cristo nos pide:
                    . Que le sigamos
                    . Que vayamos y
                       veamos
                    .Que vivamos con Él
          Esta es nuestra meta,
esta es la santidad.

* Mirar al Señor como modelo y Maestro; ponernos en camino
para buscarle, encontrarle,
tratarle, confiar en Él y amarle.

* Es necesario saber guardar
silencio y escuchar; en la serenidad
se oye a Dios.

(Mons. José Manuel Lorca Planes: "Enraizados en Cristo")

 


LAS VELAS DE ADVIENTO

La luz va ensanchándose, iluminando nuestros caminos, con frecuencia erróneos y callejones sin salida.

Debemos ponernos en el buen camino, en la familia, en los lugares de trabajo, en la comunidad cristiana.

 

Cuando el señor tenía que emprender un viaje era costumbre, en aquel tiempo, mandar por delante a los criados para que le preparan el camino y anunciaran su llegada.

Con medios de comunicación de entonces tan rudimentarios, se hacía necesario allanar el sendero, quitar los abrojos y espinas, apartar las piedras y los riscos, enderezar lo que estaba torcido, suavizar y abajar lo que podía ser una pendiente peligrosa, y ver el modo de cruzar y superar un barranco o una zanja peligrosa.

Cuando llega Juan el Bautista, retomando las palabras de Isaías y urge a aquellas gentes preparar el camino al Señor; está también dirigiéndose a cada uno de nosotros, ya que en nuestra vida hay grandes obstáculos que hacen difícil el encuentro con el Señor; y al mismo tiempo anuncia a voces la premura de su llegada.

Es muy clara la razón por la que el Bautista se dirige a nosotros:

Tenemos en nuestro corazón las piedras las rocas de nuestro orgullo, nuestras ambiciones, nuestra soberbia, nuestro empeño de querer ser como Dios y decidir por nuestra cuenta lo que está bien y lo que está mal.

Es muy clara la razón por la que el Bautista se dirige a nosotros:

Tenemos en nuestro corazón las piedras las rocas de nuestro orgullo, nuestras ambiciones, nuestra soberbia, nuestro empeño de querer ser como Dios y decidir por nuestra cuenta lo que está bien y lo que está mal.

Tenemos torcidas de nuestras intenciones, deseos.

Nuestros desánimos, cansancios, pereza, inconstancias, impaciencia, desilusiones son los valles y zanjas que hemos de rellenar. …

Nuestra prisa y nuestra tozudez de que el Señor haga las cosas pronto y como a nosotros nos gusta, son obstáculos que hemos de evitar.

Esforzarnos por ir haciendo desaparecer esos obstáculos es una tarea y una responsabilidad que nos incumbe a nosotros, porque son obstáculos que hemos puesto nosotros. No echemos culpas responsabilidades a los demás para justificar lo que no hacemos.

¿Estamos en el buen camino?

Juan el Bautista, el mensajero que envió por el Señor por delante para gritar: "El Señor está cerca! Convertíos; pedid perdón por vuestros pecados! "…era admirado por sus discípulos y por cuantos le escuchaban. Podía haber aprovechado la situación para convertirse en líder de un movimiento revolucionario que saciara las ansias de salvación y de libertad que entonces tenía el pueblo d Israel.

Pero no fue así. Repetía constantemente: No soy yo. Viene Otro.

Su misión era gritar: ¡Ya está ahí! Y señalarlo.

A nosotros nos resulta fácil caer en la tentación de creernos salvadores de todos y de todo. Incluso del mundo. No nos resulta fácil tener la actitud humilde de Juan y señalar a Jesús como el verdadero salvador. Y sin embargo esa es nuestra misión; la misión de todos cuantos están comprometidos en la misión evangelizadora: Los pastores de la Iglesia, los misioneros, los catequistas, los educadores cristianos, los padres de familia…

Esta segunda semana de Adviento podemos proponernos como objetivo remover alguno de los obstáculos de impiden la presencia del Señor en nosotros, y revisar cómo llevamos a cabo nuestra misión evangelizadora, suplicando que nos conceda la humildad de ser instrumentos en sus manos, y que sólo seremos instrumentos eficaces si estamos llenos de Él.

 

 


 

 

PALABRA DE DIOS  3ª Semana de Adviento

LUNES - 13
Nm 24, 2-7. 15-17a
Salmo 24
Mt 21, 23-27

MARTES - 14
Sof 3, 1-2. 9-13
Salmo 33
Mt 21, 28-32

MIÉRCOLES - 15
Is 45, 6c-8. 18. 21b-25
Salmo 84
Lc 7, 19-23

JUEVES 16
Is 54, 1-10
Salmo 29
Lc 7, 24-30

VIERNES 17
Gn 49, 1-2. 8-10
Salmo 71
Mt 1, 1-17

SÁBADO 18
Jr 23, 5-8
Salmo71
Mt 1, 18-24

 

REFLEXIONES TERCERA SEMANA
 

EL CENTRO DE NUESTRA VIDA ES CRISTO

* El Papa Francisco marca el camino de la evangelización: conocer a Cristo, caminar con Él, escucharlo, contemplarlo, adorarlo, descansar en Él, construir el mundo con su Evangelio

* Ya en el Jordán y en el Tabor la voz divina nos insta a escuchar a Jesús, el Hijo.

* Dios quiere que volvamos la vista a Jesús, que nos vaciemos de nuestras banalidades y egos y centremos nuestra atención en quien nos salva: Cristo.

* Escuchar, conocer y caminar, contemplar, adorar y descansar en Cristo. A esto hemos sido invitados.

* La experiencia de escucha del Jordán y del Tabor debe impulsarnos a llevar a todos a Cristo, con la palabra y el testimonio; a salir de nuestros esquemas espirituales limitados y lanzarnos a contar lo que hemos visto y oído.

(Mons. José Manuel Lorca Planes: "Enraizados en Cristo")

 


LAS VELAS DE ADVIENTO

En las tinieblas se encendió una luz,
en el desierto clamó una voz.
Se anuncia la buena noticia: el Señor va a llegar.
Preparad sus caminos, porque ya se acerca.

Adornad vuestra alma como una novia que se engalana el día de su boda.
Ya llega el mensajero.
Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz.
Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya que brilles, llama que calientes.
¡Ven, Señor, a salvarnos, envuélvenos en tu luz, caliéntanos en tu amor!
 

Juan no es el Mesías, sino la Voz que grita: "Preparad el camino al Señor. Él no es la Luz, sino el testigo de la Luz".

Desconciertan a sus oyentes estas afirmaciones porque no son capaces de discernir dónde se hace presente un profeta y la importancia de su misión.

Siempre un profeta habla en nombre de Dios para invitar a la conversión poniendo al descubierto el pecado y la infidelidad de los hombres, y anunciando a la vez la salvación que Dios ofrece a todos.

La misión profética la ha recibido la Iglesia con el mismo objetivo que Juan: Invitar a la conversión y señalar a Jesús como el Salvador, como el que quita el pecado del mundo.

Cristo es la meta y en Él encontramos también el camino para llegar a la misma.

La Iglesia existe para evangelizar, para dar a conocer al Señor al mundo entero. No debe tener excesiva preocupación por ella misma ni encerrarse en pequeñas cuestiones internas de organización o de lugar público.

Cuando actúa así, la Iglesia no cumple su misión porque no habla de Jesús ni lo señala a Él como el Salvador, sino que habla en exceso de ella misma considerando que todo cuanto dice es salvación para los demás.

Esa manera de actuar y de hablar no transmite nada ni convence a nadie. Crea más bien desazón e inquietud.

No genera alegría

 


 

 

PALABRA DE DIOS  4ª Semana de Adviento

LUNES - 20
Isaías 7, 10-14
Salmo 23
Lc 1, 26-38

 

MARTES - 21
Cantar 2, 8-14
o
Sof 3, 14-18a
Salmo: 32
Lc 1, 39-45

MIÉRCOLES - 22
1 Sam 1, 24-28
Salmo: 1Sam 2, 1-8
Lc 1, 46-56

JUEVES - 23
Mal 3, 1-4. 23-24
Salmo 24
Lc 1, 57-66

VIERNES - 24
2 Sam 7, 1-5. 8b-12. 14a. 16
Salmo 88
Lc 1, 67-79

 
 

REFLEXIONES
CUARTA SEMANA

LA VIRGEN MARÍA, DISCÍPULA SIEMPRE EN SALIDA

* Ser discípulo tiene más importancia que ser familia según la carne.
 

* María fue la primera cristiana, la primera cooperadora de Cristo. Fue elegida por Dios para colaborar con Él en la Historia de la Salvación.
 

* Y se mantuvo fiel a la palabra dada a Dios hasta los momentos trágicos del Calvario.
 

* María se ha ganado a pulso el título de discípula: ha escuchado la Palabra de Dios y ha dejado que entrara en su corazón. María es discípula porque es la creyente.

(Mons. José Manuel Lorca Planes: "Enraizados en Cristo")

 



LAS VELAS DE ADVIENTO

Al encender estas cuatro velas, en el último domingo,
pensamos en ella, la Virgen, tu madre y nuestra madre.

Nadie te esperó con más ansia, con más ternura, con más amor.

Nadie te recibió con más alegría.

Te sembraste en ella como el grano de trigo se siembra en el surco.

En sus brazos encontraste la cuna más hermosa.
                        También nosotros queremos prepararnos así: en la fe, en el amor y en el trabajo de cada día.

¡Ven pronto, Señor. Ven a

 salvarnos

 

1. Es obvio que la figura central de este domingo es María, como lo ha sido el Bautista el domingo pasado.

Ella es ejemplo de tener el corazón abierto para recibir al Señor, encontrarse con Él y hacerse una misma cosa con Él. Y la apertura de su corazón está apoyada en la fe, el amor y la esperanza

La fe y la confianza en la Palabra de Dios que siempre se cumple, porque las promesas de Dios son fruto del amor a su pueblo.

El amor al Dios de las promesas, que es el centro de su corazón, al que ama sobre todas las cosas y a quien ha entregado su vida.

La esperanza en que las promesas de Dios se cumplen siempre. Sólo hay que saber esperar el momento que Dios considere oportuno.

Para su sorpresa, las promesas se van a cumplir en Ella. En su diálogo con el ángel le manifiesta su desconcierto y sus miedos, y su no entender lo que se le dice. Y todo ese diálogo lo podemos resumir con la sencillez de dos frases: "Aquí está la esclava del Señor", "Hágase en mí según tu palabra".

Y esas promesas también se cumplieron en S. Pablo en Damasco cuando, derribado del caballo dice: Señor ¿qué quieres de mi? Y desde entones cambió su vida convirtiéndose de perseguidor en anunciador y defensor de la Buena Noticia.

2. Cuando está ya próxima la celebración del nacimiento de Jesús, la Palabra de Dios nos invita a poner nuestros ojos en María para encontrar en Ella las actitudes y la disponibilidad que hemos de tener en Navidad:

- Ella debe ser ejemplo de nuestro encuentro con el Señor, al que hemos de llegar desde la oración confiada y humilde.

- Dios viene a nuestro encuentro porque nos quiere y nosotros descubrimos la alegría de ese amor que nos llena y nos trasfigura en el perdón y en su misericordia.

- Dios quiere que seamos personas de fe y de confianza teniendo los cimientos en la seguridad del amor d Dios. Y desde ese amor, amar a los demás.