PRESENTACIÓN
Este salmo, escrito
después del exilio, en una época en que ya la dinastía
de David no estaba en el trono, se refiere directamente
al "rey-Mesías", ¡al reino Mesiánico esperado como
"universal' y "eterno"!
Sólo Dios puede tener
un reino eterno, "que dure tanto como el sol, hasta la
consumación de los siglos".
En vano un rey
cualquiera puede pretender tal cosa. Como en los demás
salmos, encontramos en éste, el procedimiento literario
llamado de "revestimiento": se trata de un lenguaje
florido, que utiliza el "estilo de las cortes reales de
oriente", con sus hipérboles gloriosas y su ideología
real, para expresar un "misterio", para "revestir" una
revelación no sobre un sistema político sino sobre Dios
mismo.
NOEL QUESSON
La oración de Israel por
su rey era una oración por la justicia, por el juicio
imparcial y por la defensa de los oprimidos. Mi oración
por el gobierno de mi país y por los gobiernos de todo
el mundo es también una oración por la justicia, la
igualdad y la liberación.
«Dios mío,
confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes:
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud.
Que los montes traigan paz,
y los collados justicia.
Que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos del pobre
y quebrante al explotador».
Rezo, y quiero trabajar
con toda mi alma, por estructuras justas, por la
conciencia social, por el sentir humano entre hombre y
hombre y, en consecuencia, entre grupo y grupo, entre
clase y clase, entre nación y nación. Pido que la
realidad desnuda de la pobreza actual se levante en la
conciencia de todo hombre y de toda organización para
que los corazones de los hombres y los poderes de las
naciones reconozcan su responsabilidad moral y se
entreguen a una acción eficaz para llevar el pan a todas
las bocas, refugio a todas las familias y dignidad y
respeto a toda persona en el mundo de hoy.
Al rezar por los demás, rezo por mí
mismo, es decir, despierto y traduzco a mi situación lo
que he pedido para los demás en la oración. Yo no soy
rey, los destinos de las naciones no dependen de mis
labios y no los puedo cambiar con una orden o con una
firma. Pero soy hombre, soy miembro de la sociedad, soy
célula en el cuerpo de la raza humana, y las vibraciones
de mi pensar y de mi sentir recorren los nervios que
activan el cuerpo entero para
que entienda y actúe y lleve la redención al mundo. Para
mí pido y deseo sentir tan al vivo la necesidad de
reforma que mis pensamientos y mis palabras y el fuego
de mi mirada y el eco de mis pisadas despierte en otros
el mismo celo y la misma urgencia para borrar la
desigualdad e implantar la justicia. Es tarea de todos,
y por eso mismo tarea mía que he de comunicar a los
demás con mi propia convicción y entusiasmo, para lograr
entre todos lo que todos deseamos.
Israel seguirá rezando por
su rey:
«Porque él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres;
él rescatará sus vidas de la violencia,
su sangre será preciosa a sus ojos».
Y el Señor bendecirá a su
rey y a su pueblo:
«Que
dure tanto como el sol,
como la luna de edad en edad;
que baje como lluvia sobre el césped,
como llovizna que empapa la tierra;
que en sus días florezcan la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confin
de la tierra».
Que reine la justicia en
la tierra.
CARLOS G. VALLÉS
(SALMO 71 )
Que
en sus días florezca la justicia, y la
paz abunde eternamente.
Dios mío,
confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud.
R.
Que
en sus días florezca la justicia, y la
paz abunde eternamente.
Que en
sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra.
R.
Que
en sus días florezca la justicia, y la
paz abunde eternamente.
Él
librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del
indigente,
y salvará la vida de los pobres.
R. Que
en sus días florezca la justicia, y la
paz abunde eternamente.
Que su
nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol:
que él sea la bendición de todos los
pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de
la tierra.
R.
Que
en sus días florezca la justicia, y la
paz abunde eternamente.
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