PALABRA DE DIOS 
 

 

PRIMERA LECTURA
Isaías 40, 1-5. 9-11

Uno de los textos más bellos del libro de Isaías. Es el comienzo del segundo libro, el Libro de la Consolación: "Consolad, consolad a mi pueblo".
      Ya ha pagado su pecado. Hay que preparar el camino al Señor, pues vuelven los desterrados a su tierra y con ellos va el Señor.
      Llega como rey victorioso, como pastor de su pueblo.

 

PRESENTACIÓN

Nos encontramos ante uno de los textos más bellos del libro de Isaías, el libro de la consolación: "Consolad, consolad a mi pueblo, dice el Señor".

Estas palabras eran una buena noticia para aquellos exiliados en Babilonia entre el 587 y 538 a. C.

La infidelidad al Dios de la Alianza les ha llevado a esa situación; han sentido el vacío, la ausencia de Dios, del que habían renegado.

El profeta anuncia que ya han pagado su pecado y, por lo tanto, ya no permanecerán por más tiempo en Babilonia; volverán otra vez a su tierra a su querida Jerusalén.

El segundo Isaías, al que pertenece este texto, podría ser "la voz que grita", aplicado más tarde a Juan el Bautista.

"En el desierto, preparadle un camino al Señor", como el Señor preparó en el desierto el camino para su pueblo al salir de Egipto hacia la tierra prometida.

Cuántas veces los deportados judíos habían trabajado como esclavos, preparando, en Babilonia, caminos para la entrada triunfal del rey o para las procesiones de los dioses babilonios (¡qué humillación para los fieles judíos!). Ahora hay que preparar un nuevo camino desde Babilonia a Jerusalén. Por el pasará el Señor triunfante.

Hay que anunciarlo a los cuatro vientos.

Él es el rey que vence a sus enemigos y el pastor que guía a su pueblo.

 

ISAÍAS 40, 1-5. 9-11

Consolad, consolad a mi pueblo,
dice vuestro Dios;
hablad al corazón de Jerusalén,
gritadle:
que se ha cumplido su servicio,
y está pagado su crimen,
pues de la mano del Señor ha recibido
doble paga por sus pecados.

Una voz grita:
En el desierto preparadle
un camino al Señor;
allanad en la estepa
una calzada para nuestro Dios;
que los valles se levanten,
que los montes y colinas se abajen,
que lo torcido se enderece
y lo escabroso se iguale.

Se revelará la gloria del Señor,
y la verán todos los hombres juntos
—ha hablado la boca del Señor—.

Súbete a lo alto de un monte,
heraldo de Sión,
alza con fuerza la voz,
heraldo de Jerusalén,
álzala, no temas,
di a las ciudades de Judá:
aquí está vuestro Dios.

Mirad: Dios, el Señor, llega con fuerza,
su brazo domina.

Mirad: le acompaña el salario,
la recompensa le precede.

Como un pastor apacienta el rebaño,
su mano los reúne.

Lleva en brazos los corderos,
cuida de las madres.

Palabra de Dios

 

 

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 84

PRESENTACIÓN

El Salmo 84 ha si compuesto después del exilio de Babilonia.

La vuelta se entiende como un comenzar de nuevo. Dejar atrás el pasado de pecado e infidelidad. Volver otra vez al Señor,

"Propicio has sido Yhavhé con tu tierra
has hecho volver a los cautivos de Jacob"

El señor es el primero que hace borrón y cuenta nueva

"Has quitado la culpa de tu pueblo,
has cubierto todos sus pecados,
has retirado todo tu furor,
has desistido al ardor de tu cólera"

Pero las cosas no van bien, ni en ellos, que les cuesta comenzar de nuevo, ni en su relación con los que habían quedado en Jerusalén, que les ponen dificultades a todos sus proyectos. Piensan si Dios no estará todavía airado con ellos.

"¿Vas a estar siempre airado con nosotros?
¿Prolongarás tu ira de edad en edad?
... Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación"

Y la parte que se proclama este domingo es un canto de la confianza, de la vuelta al Señor.

"Voy a escuchar lo que dice el Señor"
"La salvación ya está cerca de sus fieles"
"La salvación seguirá sus pasos"

 
SALMO 84

R/. MUÉSTRANOS, SEÑOR, TU MISERICORDIA 
Y DANOS TU SALVACIÓN

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos."
La salvación está ya cerca de sus fieles
y la gloria habitará en nuestra tierra.
R/. MUÉSTRANOS, SEÑOR, TU MISERICORDIA 
Y DANOS TU SALVACIÓN

La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra
y la justicia mira desde el cielo.
R/.MUÉSTRANOS, SEÑOR, TU MISERICORDIA 
Y DANOS TU SALVACIÓN

El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.
R/.MUÉSTRANOS, SEÑOR, TU MISERICORDIA 
Y DANOS TU SALVACIÓN

 

SEGUNDA LECTURA
2 Pedro3, 8-14

La pregunta que se hace al autor de la segunda carta de san Pedro es: ¿Por qué no viene ya el Señor?, ¿no se está retrasando demasiado?
       Él les dice que no se impaciente , que aprendan de la paciencia de Dios, que espera porque no quiere que nadie perezca.
      Cuando todo haya acabado, comenzarán los cielos nuevos y la tierra nueva. Hasta entonces que procuren que Dios los encuentre en paz con Él.

 

PRESENTACIÓN

Una pregunta que se hacían con frecuencia los primeros cristianos era la referida a la vuelta del Señor: ¿cuándo?, ¿cómo?,¿no se está retrasando demasiado?

Pedro les dirá que no pueden pensar en las categorías espacio temporales en las que se mueven los mortales, pues, para Dios, el eterno, no hay tiempo, "un día es como mil años".

Y a la impaciencia de aquellos cristianos que escuchaban a San Pedro, éste resalta la paciencia de Dios que da tiempo a la conversión, que quiere que cada uno colabore con su proyecto y, así, nadie se pierda.

Porque el día del Señor llegará "como un ladrón", no es nueva la imagen ni la aplicación a la venida del Señor, como tampoco son nuevas las imágenes, tomadas de la literatura apocalíptica, para describir el final y el comienzo.

Pues el final no es la destrucción, sino la vida nueva, "los cielos nuevos y la tierra nueva", el Reino de Dios.

Por eso hay que "esperar y apresurar" la venida del Señor, viviendo en las categorías del Reino, es decir, procurando que Dios nos "encuentre en paz con Él, inmaculados e irreprochables".

 

2 PEDRO 3, 8-14

Hermanos

No perdáis de vista una cosa: para el Señor un día es como mil años y mil años como un día.

El Señor no tarda en cumplir su promesa, como creen algunos.

Lo que ocurre es que tiene mucha paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan.

El día del Señor llegará como un ladrón.

Entonces el cielo desaparecerá con gran estrépito; los elementos se desintegrarán abrasados y la tierra con todas sus obras se consumirá.

Si todo este mundo se va a desintegrar de este modo, ¡qué santa y piadosa ha de ser vuestra vida!

Esperad y apresurad la venida del Señor, cuando desaparecerán los cielos consumidos por el fuego y se derretirán los elementos.

Pero nosotros, confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en que habite la justicia.

Por tanto, queridos hermanos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con El, inmaculados e irreprochables.

Palabra de Dios

 

 

ACLAMACIÓN
Lucas 3, 4-6

 Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; y todos verán la salvación del Señor

 

EVANGELIO
Marcos 1, 1-8

 Acompañados por el Evangelio de San Marcos 


Hoy estamos celebrando con gozo y alegría la Fiesta de San Marcos,  evangelista. Era primo de Bernabé, acompañó… | Ícones ortodoxos, Ícone  ortodoxo, Ícone bizantinoEvangelio según san Marcos

Introducción

El Evangelio según san Marcos es un escrito de estilo narrativo que presenta la figura de Jesús de Nazaret, pero no como una mera biografía, sino que el objetivo es proclamar la fe de la comunidad en Cristo muerto y resucitado. Por ello, los episodios suelen estar relatados de manera general. Jesús no es descrito en profundidad. Los acontecimientos son narrados de manera esquemática y no hay referencias a la infancia de Cristo.

El autor podría ser Juan Marcos, más conocido como Marcos. Nació en Jerusalén y evangelizó activamente durante los primeros tiempos del cristianismo. Marcos es citado en el libro de los Hechos de los Apóstoles (Hch 12,12.25; 15,37.39), la tradición cristiana primitiva lo relaciona con el apóstol Pedro (1Pe 5,13) y es mencionado también en los escritos paulinos (Col 4,10; 2Tim 4,11; Flm 24).

Según la opinión tradicional, el evangelista Marcos habría escrito en Roma el evangelio que lleva su nombre. La fecha de redacción se situaría alrededor del año 70 dC, aunque algunos, también con buenas razones, proponen una fecha anterior. El relato de Marcos se dirigía originariamente cristianos o futuros cristianos de origen pagano.

Estructura

Durante mucho tiempo se pensó que no se tenía que buscar en el evangelio de Marcos una estructuración lógica, sino que los diferentes materiales estaban reunidos de manera más o menos casual, sin mucho orden. Pero en tiempos recientes muchos autores han descubierto una notable coherencia interna en la obra de Marcos y han sido propuestas varias estructuras.

Vemos que la primera frase del evangelio (1,1), identificada como «título», resume todo el contenido: la buena noticia de Jesús, el Mesías, el Hijo de Dios. El tema dominante es la persona de Jesús y su actividad, que se despliega básicamente en dos grandes áreas geográficas: Galilea y Jerusalén.

En la primera parte, tras hacerse bautizar por Juan, Jesús regresa a Galilea y comienza a anunciar la buena noticia de Dios (1,14). El periodo de Galilea está formado por tres secciones (1,14-3,6; 3,7-6,6a; 6,6b-8,26). Cada una de estas secciones alterna, de manera regular, un resumen de la actividad de Jesús (1,14-15; 3,7-12; 6,6b), una escena referida a los discípulos (1,16-20; 3,13-19; 6,7-13), diversos episodios relacionados con enseñanzas y actuaciones de Jesús (1,21-3,5; 3,20-5,43; 6,14-8,13) y la presencia de actitudes o bien contrarias a Jesús -por parte de los adversarios, de la gente de su pueblo y de algunos sus familiares (3,6; 6,1-6a)- o bien ausentes de cualquier comprensión -por parte de los discípulos (8,14-21). En el centro del evangelio, encontramos la confesión de fe en Cesárea de Filipo (8,27-30), en la cual Pedro reconoce a Jesús como Mesías.

La segunda gran etapa del ministerio de Jesús, tal como Marcos la presenta, se desarrolla en el camino hacia Jerusalén y en la misma ciudad (8,27-16,8). En una primera sección (8,27-10,52), Jesús, ya reconocido por los discípulos como el Mesías, manifiesta en tres anuncios de la pasión (8,31; 9,31; 10,32-34) cuál es su camino como Hijo del hombre (como es referido el Mesías en el libro de Daniel). Ante la dificultad de los discípulos para comprender el camino de Jesús (8,32-33; 9,32-34; 10,35-37), él continúa ofreciéndoles sus enseñanzas (8,34-38; 9,35-50; 10,38-45). La segunda sección tiene lugar en Jerusalén mismo (11,1-13,37), donde Jesús lleva a cabo su ministerio mediante algunas actuaciones en el templo (11,11.15-19) y con distintas enseñanzas (11,27-13,37). Finalmente, el evangelio llega a su punto culminante en el relato de la pasión (14-15) y el anuncio de la resurrección (16,1-8).

La primera redacción del evangelio de Marcos acababa de manera precipitada en el versículo 8 del capítulo 16: «Ellas salieron huyendo del sepulcro, pues estaban temblando y fuera de sí. Y no dijeron nada a nadie, del miedo que tenían.» Siguen unos cuantos versículos (16,9-20) que contienen relatos de apariciones de Jesús. Este apéndice, inspirado en los evangelios de Lucas y de Juan, fue escrito, probablemente, en el primer tercio del s. II d.C. El final original del evangelio (16,8), está abierto a la respuesta activa de los lectores. Hay un claro mensaje del ángel («¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado? Ha resucitado. No está aquí.», 16,6), que contiene una invitación a los discípulos a reunirse con Jesús en Galilea, donde él ahora les espera («allí lo veréis, como os dijo», 16,7). Allí, fortalecidos con la luz de la resurrección, seguirán de nuevo al Señor.

(Tomado de "Iglesia Archidiocesana de Barcelona)


 

Al comienzo del Evangelio, San Marcos nos presenta en cuatro palabras el misterio de Jesucristo: "Comienzo de la Buena Noticia de Jesucristo, Hijo de Dios".
      Él es el anunciado por los profetas, sobre todo, Juan Bautista.

Marcos nos presenta a Juan Bautista y éste anuncia la llegada del Mesías usando frases del Antiguo Testamento: "Yo envío mi Mensajero", "preparad el camino al Señor".

 

PRESENTACIÓN

"Comienza la Buena Noticia de Jesucristo, Hijo de Dios. San Marcos nos presenta en cuatro palabras el misterio de Jesucristo.

Y es que Jesucristo, Hijo de Dios es la Buena Noticia, la feliz "Gran Noticia"

Y gran noticia es que aquel que esperaba el Pueblo de Dios, ya ha llegado.

Tras la presentación de Jesús, Marcos no se entretiene en la infancia, pasa directamente a la presentación y predicación de Juan el Bautista.

Y lo presenta con frases tomadas del Antiguo Testamento: del Éxodo 23,20: "He aquí que voy a enviar un ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te conduzca al lugar que te tengo preparado", de Malaquías 3,1: "He aquí que yo envío mi mensajero a allanar el camino delante de mí", de Isaías 40,3: "Una voz clama: "en el desierto, abrid camino a Yhavhé" ".

Todo ello nos indica que el tiempo de las promesas está a punto de hacerse realidad.

Juan viene del desierto, viste la austeridad del desierto y su alimento es el del desierto, saltamontes y miel silvestre. Todo ello puede ser una llamada al Éxodo definitivo, guiados por el Mesías, hacia la verdadera Tierra Prometida.

El signo del agua, el bautismo de Juan, es signo de conversión y purificación para quienes se ponen en camino hacia Aquel que viene detrás de él y que bautizará definitivamente con Espíritu Santo.

 

MARCOS 1, 1-8

Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.

Está escrito en el Profeta Isaías: Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino.

Una voz grita en el desierto: Preparadle el camino al Señor, allanad sus senderos.

Juan bautizaba en el desierto: predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.

Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba:

—Detrás de mí viene el que puede más que yo y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias.

Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.

Palabra de Dios