Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a
leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has
leído a los discípulos en el camino de Emaús.
Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les
ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los
acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así,
la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza,
apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la
Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en
las personas, sobre todo en los pobres y en los que
sufren.
Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros,
como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la
fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que
Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de
fraternidad, de justicia y de paz.
Te lo pedimos a Tí, Jesús, Hijo de María, que nos has
revelado al Padre y enviado tu Espíritu.
Amén.

A continuación, el Espíritu le empuja al desierto, y
permaneció en el desierto cuarenta días, siendo tentado
por Satanás. Estaba entre los animales del campo y los
ángeles le servían. Después que Juan fue entregado,
marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de
Dios: «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está
cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva.»

Un momento de silencio orante para que la Palabra de
Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.

Para ayudarnos en la meditación y en la oración.
a) ¿Qué punto del texto os ha gustado más o qué os ha
impresionado más?
b) Cuarenta días en el desierto y, al final, las
tentaciones. ¿Cuál es el significado de esta información
para la comunidad del tiempo de Marcos? ¿Cuál es el
significado para nosotros hoy?
c) ¿Fue la prisión de Juan Bautista lo que motivó a
Jesús a regresar a Galilea y comenzar el anuncio de la
Buena Nueva de Dios? ¿Cuál es el significado de esta
información para la comunidad del tiempo de Marcos? ¿Y
cuál es el significado para nosotros hoy?
d) ¿Qué mensaje nos da todo esto hoy?

a) Claves de lectura
El texto de la liturgia de este domingo nos presenta el
comienzo de la vida pública de Jesús: los cuarenta días
en el desierto, las tentaciones de Satanás, la prisión
de Juan Bautista, el inicio del anuncio de la Buena
Nueva de Dios y un breve resumen en cuatro puntos de lo
que Jesús anunciaba al pueblo de su tierra.
Durante la lectura pongamos atención a estos dos puntos:
¿Qué anuncia Jesús al pueblo? ¿Qué nos pide Jesús a
todos?
b) División del texto para ayudar a su lectura:
Marcos 1, 12-13: La buena noticia es sellada y probada
en el desierto.
Marcos 1,14: Jesús comienza el anuncio de la buena nueva
de Dios
Marcos 1, 15: El resumen de la buena noticia de Dios
Para quien quiera profundizar más
a) El contexto en el cual aparece el texto en el
Evangelio de Marcos: * La Buena Nueva de Dios, preparada
a través de la historia (Mc 1, 1-8), fue proclamada
solemnemente por el Padre en el momento del Bautismo de
Jesús (Mc 1, 9-11). Ahora aquí, en nuestro texto, viene
probada en el desierto (Mc 1. 12-13) y, de pronto,
aparece el resultado de la larga preparación. Jesús
anuncia la Buena Nueva públicamente al pueblo (Mc
1,14-15). * En los años setenta, época en la escribe
Marcos, los cristianos, leyendo esta descripción del
comienzo de la Buena Nueva, miraban en el espejo de la
propia vida. Desierto, tentación, prisión no faltaban.
Eran el pan de cada día. Y sin embargo, como Jesús,
trataban de anunciar la Buena Nueva de Dios.
b) Comentario: * Marcos 1, 12-13: La Buena Nueva es
atestiguada y probada en el desierto Después del
Bautismo, el Espíritu de Dios toma posesión de Jesús y
lo transporta al desierto, donde se prepara para la
misión. (Mc 1, 12s). Marcos dice que Jesús estuvo en el
desierto por espacio de cuarenta días y que fue tentado
por Satanás. En Mateo 4, 1-11, se lee más explícitamente
la tentación: tentación del pan, tentación del
prestigio, tentación del poder. Fueron las tres
tentaciones que encontró el pueblo israelita en el
desierto, después de la salida de Egipto (Dt 8,3-;
6,13.16). Tentación es todo aquello que nos aleja del
camino de Dios. La Carta a los Hebreos dice: "Jesús fue
tentado en todo como nosotros, excepto en el pecado" (Heb
4, 15). Orientándose por la Palabra de Dios, Jesús
afrontaba las tentaciones (Mt 4, 4.7.10). Metido en
medio del pueblo y unido al Padre con la oración, fiel a
entrambos, El resistió, y continuó en el camino del
Mesías-Servidor, el camino del servicio a Dios y al
pueblo (Mt 20,28).
* Marcos 1, 14: Jesús comienza el anuncio de la Buena
Nueva. Mientras Jesús se preparaba en el desierto, Juan
Bautista fue arrestado por Herodes. Dice el texto:
Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea;
y proclamaba la Buena Nueva de Dios. La prisión de Juan
Bautista no asustó a Jesús: más bien al contrario. La
experiencia del Bautismo le había abierto los ojos. El
vio en el arresto de Juan la señal de la llegada del
Reino. El encarcelamiento de Juan estaba ligado a la
política del país. También hoy los hechos de la política
influyen en el anuncio que nosotros hacemos de la Buena
Nueva al pueblo. Marcos dice que Jesús proclamaba el
Evangelio de Dios. Jesús nos hace saber que Dios es una
Buena Noticia para la vida humana. Dice San Agustín:
"Nos has hecho para tí y nuestro corazón está inquieto
hasta que no descanse en Tí". El anuncio de Jesús
respondía a las ansias más profundas del corazón humano.
* Marcos 1, 15: El resumen de la Buena Noticia de Dios
El anuncio de la Buena Noticia de Dios tiene cuatro
puntos:
I) La espera ha terminado.
II) El Reino de Dios ha llegado
III) Cambiar la vida.
IV) Creer a la Buena Noticia.
I) ¡La espera ha terminado!: Para algunos judíos el
tiempo para la llegada del Reino todavía no había
terminado. Para los fariseos, por ejemplo, el reino
llegaría cuando la observancia de la ley fuese ya
perfecta. Para los esenios, cuando el país estuviera
purificado. Para los herodianos cuando ellos hubieran
poseído el dominio del mundo. Jesús piensa de forma
diversa. El tiene una manera distinta de leer los
hechos. Dice que la espera ha terminado.
II) ¡El Reino de Dios ha llegado! Para los fariseos y
los esenios, la llegada del reino dependía del propio
esfuerzo de cada uno. Sólo llegaría cuando hubiesen
realizado su parte, esto es, observar toda la ley,
purificar todo el país. Jesús dice lo contrario: "El
Reino de Dios ha llegado". Ya estaba allí, entre ellos.
Independientemente del esfuerzo hecho. Cuando Jesús dice
"El Reino ha llegado", no quiere decir que está por
llegar solamente en aquel momento, sino que él ya está
allí. Lo que todos esperaban estaba ya presente, en
medio del pueblo, y ellos no lo sabían y menos aun lo
percibían. (cfr Lc 17,21). Jesús lo percibió porque leía
la realidad con otra mirada. Es esta presencia escondida
del Reino en medio del pueblo, la que Jesús revela y
anuncia a los pobres de su pueblo. Es esta semilla del
reino la que recibirá la lluvia de su Palabra y el calor
de su Amor.
III) ¡Cambiar la vida! Algunos traducen: "haced
penitencia"; otros: "convertíos" o "arrepentíos". El
sentido exacto es cambiar el modo de pensar y de vivir.
Para poder percibir esta presencia del Reino la persona
debe comenzar a pensar, vivir y actuar de un modo
diferente. Debe cambiar la vida y encontrar otro modo de
convivencia. Debe dejar aparte el legalismo de la
enseñanza de los fariseos y dejar que la nueva
experiencia de Dios invada su vida y le dé ojos nuevos
para leer y entender los hechos.
IV) ¡Creed la Buena Nueva! No es fácil aceptar el
mensaje. No es fácil comenzar a pensar de un modo
diferente del que se ha aprendido desde pequeño. Esto es
posible a través de un acto de fe. Cuando uno llega con
una noticia inesperada, difícil de aceptar, se acepta
sólo si la persona que la anuncia es digna de crédito. Y
así dirá a los otros: "¡Se puede aceptar! Yo conozco la
persona, ella no engaña. Es de confianza, habla con
verdad". ¡ Jesús es digno de confianza!

6. Salmo 25 (24)
El Dios de Jesús nos llama a la
conversión
A ti, Yahvé, dirijo mi anhelo.
A ti, Dios mío.
En ti confío, ¡no quede defraudado,
ni triunfen de mí mis enemigos!
El que espera en ti no queda defraudado,
queda defraudado el que traiciona sin motivo.
Muéstrame tus caminos, Yahvé,
enséñame tus sendas.
Guíame fielmente, enséñame,
pues tú eres el Dios que me salva.
En ti espero todo el día,
por tu bondad, Yahvé.
Acuérdate, Yahvé, de tu ternura
y de tu amor, que son eternos.
De mis faltas juveniles no te acuerdes,
acuérdate de mí según tu amor.
Bueno y recto es Yahvé:
muestra a los pecadores el camino,
conduce rectamente a los humildes
y a los pobres enseña su sendero.
Amor y verdad son las sendas de Yahvé
para quien guarda su alianza y sus preceptos.
Haz gala de tu nombre, Yahvé,
y perdona mi culpa, que es grande.
Cuando un hombre respeta a Yahvé,
él le indica el camino a seguir;
vivirá colmado de dicha,
su estirpe poseerá la tierra.
Yahvé se confía a sus adeptos,
los va instruyendo con su alianza.
Mis ojos están fijos en Yahvé,
que sacará mis pies de la trampa.
Vuélvete a mí, tenme piedad,
me siento solo y desdichado.
La angustia crece en mi corazón,
hazme salir de mis tormentos.
Mira mi aflicción y mi penar,
perdona todos mis pecados.
Mira cuántos son mis enemigos,
la violencia del odio que me tienen.
Guarda mi vida, ponme a salvo,
no me avergüence por confiar en ti.
Integridad y rectitud me ampararán,
porque espero en ti, Yahvé.
Redime, Dios, a Israel
de todas sus angustias.

Señor
Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho
ver mejor la voluntad del Padre.
Haz que
tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la
fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver.
Haz que
nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar,
sino también poner en práctica la Palabra.
Tú que
vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu
Santo por todos los siglos de los siglos. Amén.
TOMADO DE:
Página Oficial Orden de Carmelitas
SITIO WEB: http://www.ocarm.org