LECTIO DIVINA

Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús.

Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.

Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren.

Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz.

Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.


 

Mt 6, 1-6. 16-18

«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.

Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

«Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

«Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.



Un momento de silencio orante para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.


 

a) ¿Cuál es el punto del texto que más te ha llamado la atención o que te ha gustado más?

b) ¿Cómo entender la advertencia inicial hecha por Jesús?

c) ¿Qué critica y qué enseña Jesús sobre la limosna? Haz un resumen para ti

d) ¿Qué critica y qué enseña Jesús sobre la oración? Haz un resumen para ti

e) ¿Qué critica y que enseña Jesús sobre el ayuno? Haz un resumen para

 

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a) Clave de lectura:

El evangelio de este Miércoles de Ceniza está sacado del Sermón de la Montaña y quiere ofrecernos una ayuda para hacernos entender cómo practicar las tres obras de piedad: oración, limosna y ayuno y cómo utilizar bien el tiempo de Cuaresma.

El modo de cumplir estas tres obras ha cambiado mucho a través de los siglos, según las culturas y costumbres de los pueblos y la salud de las personas. Hoy las personas más ancianas recuerdan el ayuno severo y obligatorio de cuarenta días durante toda la cuaresma.

A pesar de los cambios en el modo de practicar las obras de piedad, queda la obligación humana y cristiana (I) de compartir nuestros bienes con los pobres (limosna), (II) de vivir en contacto con el Creador (oración) y (III) de saber controlar nuestro ímpetu y nuestros deseos (ayuno).

Las palabras de Jesús que meditamos pueden hacer surgir en nosotros la creatividad necesaria para encontrar nuevas formas para vivir estas tres prácticas tan importantes de la vida cristiana.

b) Una división del texto para ayudarnos en su lectura:

Mateo 6,1: La clave general para entender la enseñanza que sigue

Mateo 6, 2: Cómo no hacer limosna

Mateo 6,3-4: Cómo hacer limosna

Mateo 6,5: Cómo no orar

Mateo 6,6: Cómo orar

Mateo 6,16. Cómo no hacer ayuno

Mateo 6,17-18: Cómo hacer ayuno

c) Comentario del texto

Mateo 6,1: La clave general para entender la enseñanza que sigue Jesús dice: “Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos”. La justicia de la que habla Jesús consiste en conseguir el lugar donde Dios nos quiere. El camino para llegar allí está expresado en la Ley de Dios. Jesús avisa del hecho de que no se debe observar la ley para ser elogiados de los hombres. Antes había dicho: “Si vuestra justicia no supera la justicia de los doctores de la ley y de los fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos” (Mt 5,26). Cuando leemos esta frase, no debemos pensar sólo en los fariseos del tiempo de Jesús, sino más bien en el fariseo que duerme en cada uno de nosotros. Si José, esposo de María, hubiese seguido la justicia de la ley de los fariseos, hubiera debido denunciar a María. Pero él era “justo” (Mt 1,19), poseía ya la nueva justicia anunciada por Jesús. Por esto transgredió la antigua ley y salva la vida de María y de Jesús. La nueva justicia anunciada por Jesús reposa sobre otra base, sale de otra fuente. Debemos construir nuestra seguridad desde dentro, no en lo que nosotros hacemos por Dios, sino en lo que Dios hace por nosotros. Y esta es la clave principal para entender la enseñanza de Jesús sobre las obras de piedad. En todo lo que sigue, Mateo aplica este principio general a la práctica de la limosna, de la oración y del ayuno. Desde el punto de vista didáctico, primero dice cómo no debe ser, y luego enseguida enseña cómo debe ser.

Mateo 6,2: Cómo no hacer limosna El modo errado de hacer limosna, sea en tiempos pasados como hoy, es el de usar un modo vistoso, para ser reconocido y aclamado por los otros. A veces sobre los bancos de la iglesia se ven escritas estas palabras: “Obsequio de la familia tal”. En televisión, a los políticos les gusta mostrarse como grandes benefactores de la humanidad en las inauguraciones de obras públicas al servicio de la comunidad. Jesús dice: “ Aquellos que así obran, ya han recibido su recompensa”

. Mateo 6,3-4: Cómo hacer limosna El modo correcto de hacer limosna es éste: “Que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha”. O sea, debo dar limosna de tal modo que ni yo tenga la sensación de estar haciendo una cosa buena, que merece una recompensa por parte de Dios y elogio por parte de los hombres. La limosna es una obligación. Es una forma de compartir algo que tengo, con aquéllos que no tienen nada. En una familia, lo que es de uno es de todos. Jesús elogia el ejemplo de la viuda, que daba hasta lo que le era necesario (Mc 12,44).

Mateo 6,5: Cómo no orar Hablando de algunos modos equivocados de orar, Jesús menciona algunos usos y costumbres raras de aquella época. Cuando se tocaba la trompeta para la oración de la mañana, del mediodía o de la tarde, había gente que le gustaba encontrarse en mitad de la calle para orar solemnemente con los brazos abiertos haciéndose así ver de todos y ser considerados, de esta forma, como gente piadosa. Otros en la sinagoga, asumían posturas extravagantes, para llamar la atención de la comunidad.

Mateo 6,6: Cómo orar Para no dejarnos dudas, Jesús exagera sobre cómo orar. Dice que se necesita orar, en secreto, solo delante de Dios Padre. Ninguno te verá. Incluso, para los otros, tú serás alguien que no reza. ¡No importa! También de Jesús dijeron: “No es de Dios”. Y esto porque Jesús oraba mucho de noche y no le importaba la opinión de los demás. Lo que importa es tener la conciencia en paz y tener la certeza de que Dios es el Padre que me acoge y no a partir de lo que hago por Dios o a partir de la satisfacción que busco en el hecho de que otros me aprecian como una persona pía que ora.

Mateo 6,16: Cómo no ayunar Jesús critica las prácticas equivocadas del ayuno. Había gente que se desfiguraban el rostro, no se lavaban, usaban vestidos rotos, no se peinaban, de modo que todos pudiesen ver que estaban ayunando y de un modo perfecto.

Mateo 6,17-18: Cómo ayunar Jesús recomendaba lo contrario. Cuando tú ayunes derrama perfume sobre tu cabeza, lávate la cara, de modo que ninguno se dé cuenta de que estás ayunando, sino sólo tu Padre que está en los cielos. Como decíamos antes, se trata de un camino nuevo de acceso al corazón de Dios que se abre delante de nosotros. Jesús, para asegurarnos interiormente, no pide lo que nosotros hacemos por Dios, sino más bien lo que Dios hace por nosotros. La limosna, la oración y el ayuno no son dineros para comprar el favor de Dios, sino sólo la respuesta de gratitud al amor recibido y experimentado

Oración de un Salmo:

Salmo 40 (39) Anunciar la gran justicia de Dios

Yo esperaba impaciente a Yahvé:
hacia mí se inclinó y escuchó mi clamor.
Me sacó de la fosa fatal, del fango cenagoso;
asentó mis pies sobre roca, afianzó mis pasos.
Puso en mi boca un cántico nuevo, una alabanza a nuestro Dios;
 muchos verán y temerán, y en Yahvé pondrán su confianza.


Dichoso será el hombre que pone en Yahvé su confianza,
y no se va con los rebeldes que andan tras los ídolos.
¡Cuántas maravillas has hecho, Yahvé, Dios mío,
cuántos designios por nosotros;
nadie se te puede comparar!


Quisiera publicarlos, pregonarlos, mas su número es incalculable.
No has querido sacrificio ni oblación, pero me has abierto el oído;
no pedías holocaustos ni víctimas, dije entonces: «Aquí he venido».
Está escrito en el rollo del libro que debo hacer tu voluntad.

Y eso deseo, Dios mío, tengo tu ley en mi interior.
He proclamado tu justicia ante la gran asamblea;
no he contenido mis labios, tú lo sabes, Yahvé.
No he callado tu justicia en mi pecho,
he proclamado tu lealtad, tu salvación;
no he ocultado tu amor y tu verdad a la gran asamblea

Y tú, Yahvé, no retengas tus ternuras hacia mí.
Que tu amor y lealtad me guarden incesantes.
Pues desdichas me envuelven en número incontable.
 Mis culpas me dan caza y ya no puedo ver;
más numerosas que mis cabellos, y me ha faltado coraje.
¡Dígnate, Yahvé, librarme; Yahvé, corre en mi ayuda! ¡
Queden confusos y humillados los que intentan acabar conmigo!
¡Retrocedan confundidos los que desean mi mal!
Queden corridos de vergüenza los que me insultan: «Ja, ja».

¡En ti gocen y se alegren todos los que te buscan!
¡Digan sin cesar: «Grande es Yahvé» los que ansían tu victoria!
Aunque soy pobre y desdichado, el Señor se ocupará de mí.
Tú eres mi auxilio y libertador, ¡no te retrases, Dios mío!

Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre.

Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver.

Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra.

Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén

TOMADO DE:  Página Oficial Orden de Carmelitas

SITIO WEB:  http://www.ocarm.org