
EL BANQUETE DEL
SEÑOR
Miguel Payá -
Página franciscanos
Capítulo V
EL
LUGAR DE LA FIESTA
Vosotros sois el templo de Dios
3. EL TEMPLO CRISTIANO
SEGÚN EL CONCILIO VATICANO II
El Concilio Vaticano II, desde un
acercamiento más profundo a la Sagrada Escritura y a los
escritos de los Santos Padres, se propuso los siguientes
objetivos, que lo convierten en el mayor Concilio reformador
de la historia: «Acrecentar cada vez más la vida cristiana
de los fieles, adaptar mejor a las necesidades de nuestro
tiempo las instituciones que están sujetas a cambio,
promover cuanto pueda contribuir a la unión de todos los que
creen en Cristo y fortalecer todo lo que sirve para invitar
a todos al seno de la Iglesia» (Vaticano II, Sacrosanctum
Concilium, 1). Y pensó que, dentro de este plan, era
importante procurar la reforma y el fomento de la liturgia,
a la que consideraba como el lugar privilegiado donde se
vive y manifiesta la naturaleza genuina de la Iglesia (cf.
Vaticano II, Sacrosanctum Concilium, 2), la cumbre
a la que tiende toda su acción y la fuente de donde mana
toda su fuerza (cf. Vaticano II, Sacrosanctum Concilium,
10). Y, efectivamente, llevó a cabo, quizás, la mayor
reforma litúrgica que se ha conocido en la historia de la
Iglesia.
Un cambio tan importante en la celebración
cristiana, no podía dejar de influir en el modo de concebir
el lugar de la celebración, el templo. El mismo Concilio se
ocupó de este tema en el capítulo VII de la Constitución «Sacrosancturn
Concilium». Y los criterios de este documento se
encarnarán en el capítulo V de la «Ordenación General
del Misal Romano», del «Misal de Pablo VI», que es el
gran instrumento salido de la reforma para regular y dirigir
la celebración de la Eucaristía. Posteriormente, otros
documentos añadirán algún aspecto importante. Vamos a ver
cómo se entiende el templo, al que se prefiere llamar
«iglesia», en estos documentos. Pero, antes, descubramos una
especie de «clave secreta»: de todos los modelos de templo
que se han dado en la historia, es evidente que el Vaticano
II siente una preferencia especial por la basílica antigua,
porque cree que encarna mejor su manera de entender la
celebración.