LECTIO DIVINA

 

 

 

 

Jesús tiene compasión de la gente El banquete de la vida – Jesús invita a compartir


 

Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús.
Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren.
Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz.
Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.

 

Texto

30 Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado.

31 Él, entonces, les dice: «Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco.» Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer.

32 Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario.

33 Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos.

34 Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.

 

para conseguir depositar la Palabra en nuestro corazón

 

Algunas preguntas para recoger del texto los núcleos importantes y comenzar a asimilarlos.

a) ¿Cuál es el aspecto del comportamiento de Jesús que más te ha gustado y que ha despertado la admiración de la gente en tiempos de Jesús?

b) La preocupación de Jesús por los discípulos y la preocupación por acoger bien a la gente: las dos son importantes. ¿Cuál de las dos prevalece en el comportamiento de Jesús?

c) Compara el comportamiento de Jesús con el comportamiento del Buen Pastor del Salmo 23. ¿Qué es lo que más asombra?

d) El comportamiento de nuestra comunidad ¿es el mismo que el de Jesús?

 

a) Clave de lectura:

El contexto:

El texto que meditaremos en este 16º Domingo del Tiempo Ordinario es breve. Sólo cinco versículos.
A primera vista, estas pocas líneas parecen ser una breve introducción al milagro de la multiplicación de los panes en el desierto. (Mc 6,34-44).
Pero si la Liturgia de este domingo ha separado del resto y subrayado estos cinco versículos, quiere decir que recogen algo muy importante que quizás no se notaría si sirviesen sólo para introducir el milagro de la multiplicación de los panes.
En efecto, estos cinco versículos revelan una característica de Jesús que siempre ha llamado la atención y sigue llamando: su preocupación por la salud y formación de los discípulos, su humanidad acogedora hacia la gente pobre de Galilea, su ternura hacia las personas.
Si la Iglesia, por medio de la liturgia del domingo, nos invita a reflexionar sobre estos aspectos de las actividades de Jesús es para animarnos a prolongar esta misma conducta de Jesús en nuestra relación con los otros.
Durante su lectura prestaremos atención a los mínimos detalles del comportamiento de Jesús hacia los otros.

b) Una división del texto para ayudarnos en su lectura:

Marcos 6,30: Revisión de la obra apostólica
Marcos 6,31-32: Preocupación de Jesús por el descanso de los discípulos
Marcos 6,33: La gente tiene otros criterios y sigue a Jesús
Marcos 6,34: Movido a compasión, Jesús cambia su plan y acoge a la gente

3) Para aquéllos que desean profundizar más en el tema

 

 

Salmo 22

Oración con el salmo 22 (23)

Yahvé es mi pastor

Yahvé es mi pastor, nada me falta.

En verdes pastos me hace reposar.

Me conduce a fuentes tranquilas,

allí reparo mis fuerzas.

Me guía por cañadas seguras

haciendo honor a su nombre.

Aunque fuese por valle tenebroso,

ningún mal temería,

pues tú vienes conmigo;

tu vara y tu cayado me sosiegan.

Preparas ante mí una mesa,

a la vista de mis enemigos;

perfumas mi cabeza,

mi copa rebosa.

Bondad y amor me acompañarán

todos los días de mi vida,

y habitaré en la casa de Yahvé

un sinfín de días.

 

Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre.
Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver.
Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra.
Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén

 

TOMADO DE: Página Oficial Orden de Carmelitas

SITIO WEB: http://www.ocarm.org