
EL BANQUETE DEL
SEÑOR
Miguel Payá -
Página franciscanos
Capítulo VI
LA CELEBRACIÓN
Haced esto en memoria mía
1. DESARROLLO GENERAL DE
LA CELEBRACIÓN
a) Los ritos litúrgicos
Los cristianos llevamos veinte siglos
celebrando la Eucaristía, desde culturas y con lenguas muy
diferentes, en situaciones históricas también muy distintas.
No es extraño que nos encontremos con una gran pluralidad de
modos de celebrarla.
Durante los cuatro primeros siglos, parece
que la liturgia de la Eucaristía era más bien improvisada,
aunque seguía unos esquemas básicos que tenían como fuente
la tradición judía y, sobre todo, los textos institucionales
del Nuevo Testamento. Fue una época de una gran creatividad,
en la que los pastores componían los textos litúrgicos
pensando concretamente en una determinada comunidad
cristiana y, además, para una fecha específica.
Pero, a partir del siglo V, se van perfilando
las grandes familias litúrgicas, con unos rituales más fijos
y que permiten la composición de libros litúrgicos. Estas
familias litúrgicas nacen en las grandes sedes patriarcales
de la Iglesia, que son, a la vez, potentes centros
culturales del Imperio Romano. En cada una de estas sedes se
irá configurando una manera propia de celebrar, que, en
alguno de los casos, se subdividirá además con el tiempo. De
este modo, surgirán lo que llamamos «ritos», que
son tradiciones litúrgicas autónomas y diferentes, con su
propia lengua, sus propios libros y su propia estructura de
la celebración.
Los ritos que actualmente subsisten,
agrupados en torno a la sede de la que nacieron, son los
siguientes:
Roma: rito
latino.
Constantinopla: rito bizantino.
Alejandría: rito copto.
Antioquia: ritos siríaco-caldeo,
siríaco-antioqueno o jacobita, armenio, maronita y
malabar.
Además, hay que tener en cuenta que, en el
Occidente que pertenece al patriarcado romano, llegaron a
existir algunos ritos diferentes del romano. Algunos, con el
tiempo, dejaron de tener vigencia como consecuencia de los
avatares históricos: tal es el caso del rito afro-latino y
del galicano. Pero otros han conseguido llegar
hasta nuestros días, aunque su ámbito de uso sea muy
reducido: son el rito ambrosiano de Milán y el hispano-mozárabe, el
rito de la Iglesia visigoda que se utiliza en algunas
iglesias de Toledo y, excepcionalmente, en otros lugares de
España.
«La santa Madre Iglesia concede igual derecho
y honor a todos los ritos legítimamente reconocidos y quiere
que en el futuro se conserven y fomenten» (Vaticano II, Sacrosanctum
Concilium, 4).
Los cristianos de España, desde el siglo IX
en que dejó de utilizarse el rito hispánico, celebramos la
Eucaristía según el rito romano o latino. Por eso el misal
que utilizamos se llama «Misal Romano».