PRESENTACIÓN
Por
el bautismo hemos sido sellados con el Espíritu Santo,
Espíritu de Vida y Amor.
Por
lo tanto, la fidelidad al Espíritu que vive en nosotros,
exige una conducta que exprese la vida nueva de quien se
siente miembro del Cuerpo de Cristo.
Hay
que desterrar todos aquellos comportamientos que esclavizan,
que ofenden a los demás, que expresan dependencia del
pecado, del hombre viejo.
Hemos
sido marcados por el Espíritu Santo para la plenitud.
Así,
pues, hay que vivir la novedad cristiana.
Debemos
expresar con nuestra vida que el Espíritu Santo vive en
nosotros; que si Dios nos adoptado como hijos, esto nos
obliga a vivir en el amor, porque Dios es Amor; el ejemplo
de Cristo, que nos amó hasta dar la vida por nosotros, es
la guía de nuestra vida cristiana.
El
egoísmo y el pecado, siempre presentes en nosotros, no
pueden frenar nuestra tarea de vencer al mal con el bien.
Y
la motivación para no desanimarnos en la vivencia del amor,
es que alguien, Cristo, el Hijo de Dios, nos amó primero.
Ese
amor se plasma en la entrega total, en hacerse víctima que
se ofrece como sacrificio en el altar de la cruz para
liberarnos del pecado y su consecuencia, la muerte eterna.
El
amor de un Dios que nos ha hecho sus hijos, es nuestro
modelo de conducta.

Que comprenda, Señor, que este es el
camino de la verdadera felicidad, la que
nace de ti, que lo recorriste primero.
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CARTA DE
SAN PABLO A LOS EFESIOS 4,
30-5, 2
Vivid
en el amor como Cristo
Hermanos:
No pongáis triste al Espíritu Santo de
Dios con que él os ha marcado para el día
de la liberación final. Desterrad de
vosotros la amargura, la ira, los enfados
e insultos y toda la maldad. Sed buenos,
comprensivos, perdonándoos unos a otros
como Dios os perdonó en Cristo. Sed
imitadores de Dios, como hijos queridos, y
vivid en el amor como Cristo os amó y se
entregó por nosotros a Dios como oblación
y víctima de suave olor.
Palabra
de Dios
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