LECTIO DIVINA

 

 

 


Curación del sordomudo Jesús vuelve a dar al pueblo el don de la Palabra


 

Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús.

Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte.

Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.

Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren.

Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz.

Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.

 

Texto

31 Se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis.

32 Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él.

33 Él, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua.

34 Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: «Effatá», que quiere decir: «¡Ábrete!»

35 Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente.

36 Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban.

37 Y se maravillaban sobremanera y decían: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.»

 

para conseguir depositar la Palabra en nuestro corazón

 

Algunas preguntas para recoger del texto los núcleos importantes y comenzar a asimilarlos.

a) ¿Cuál es la conducta de Jesús frente al sordomudo y de frente al pueblo? ¿Cómo entiendes tú los gestos de Jesús: le puso los dedos en los oídos y con saliva le tocó la lengua; mirando después al cielo, emitió un suspiro y dijo: «Effetá»?

b) ¿Como entender la preocupación de Jesús que lleva al hombre lejos de la gente?

c) ¿Por qué Jesús prohíbe la divulgación? ¿Cómo entender la desobediencia del pueblo al mandato de Jesús?

d) ¿Qué otros textos del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento se evocan o subyacen en el fondo de este texto?

 

La liturgia de este domingo nos pone delante a Jesús que cura un sordomudo en la tierra de la Decápolis y recibe del pueblo este elogio: “¡Todo lo ha hecho bien; a los sordos hace oír y a los mudos hablar!” Este elogio se inspira en algunas frases de Isaías (Is 29,8-19; 35,5-6; 42,7) y demuestra que el pueblo estaba viendo en Jesús la venida de los tiempos mesiánicos. Jesús mismo había usado esta frase para responder a los discípulos de Juan: “Id y contad a Juan lo que habéis oído y visto: Los ciegos ven, los sordos oyen, los mudos hablan” (Mat 11,4-5).

Los primeros cristianos usaban la Biblia para aclarar e interpretar las acciones y conductas de Jesús. Hacían esto para expresar su fe de que Jesús era el Mesías, aquél que debía realizar la promesa y para poder entender mejor todo lo que Jesús había hecho y enseñado en aquellos pocos años que Jesús había pasado en medio de ellos en Palestina.

Para aquellos que desean profundizar más en el tema
 

Salmo 131

Abandono filial

Mi corazón, Yahvé, no es engreído,

ni son mis ojos altaneros.

No doy vía libre a la grandeza,

ni a prodigios que me superan.

No, me mantengo en paz y silencio,

como niño en el regazo materno.

¡Mi deseo no supera al de un niño!

¡Espera, Israel, en Yahvé

desde ahora y por siempre!

 

Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre.

Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver.

Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra.

Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén

 

TOMADO DE: Página Oficial Orden de Carmelitas

SITIO WEB: http://www.ocarm.org