LECTIO DIVINA

 

 

 


Acoger a los pequeños y marginados Ninguno es el dueño de Jesús Marcos 9,38-43.47-48


 

Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús.

Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte.

Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.

Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren.

Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz.

Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.

 

Texto

38 Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros.»

39 Pero Jesús dijo: «No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí.

40 Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros.

41 «Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa.

42 «Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen, mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y que le echen al mar.

43 Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga[44] .

45 Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna[46] .

47 Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna,

48 donde su gusano no muere y el fuego no se apaga;

49 pues todos han de ser salados con fuego.

50 Buena es la sal; mas si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros y tened paz unos con otros.»


 

para conseguir depositar la Palabra en nuestro corazón

 

Algunas preguntas para recoger del texto los núcleos importantes y comenzar a asimilarlos.

a) ¿Cuál es el punto del texto que más te ha gustado o que ha llamado más tu atención?

b) ¿Qué significa hoy, para nosotros, la afirmación de Jesús: “Quien no está en nuestra contra está a nuestro favor”?

c) ¿Cómo traducir hoy el “vaso de agua” del que habla Cristo?

d) ¿Quiénes eran los “pequeños”? ¿Qué significa “ser motivo de escándalo para los pequeños”? (v.42).

e) “Soga al cuello”, “Corta la mano o el pié”, “Saca tu ojo”: ¿Estas expresiones pueden ser tomadas literalmente? ¿Qué querrá decir Jesús con estas expresiones?

f) En nuestra sociedad y en nuestra comunidad, ¿quiénes son los pequeños y los marginados? ¿Cuál y cómo es la acogida que les damos a ellos?

 

a) El texto del Evangelio de este 26º Domingo del tiempo ordinario nos presenta parte de una larga instrucción hecha por Jesús a sus discípulos (Mc 8,22 a 10,52). (Véase el comentario del evangelio del 24º Domingo). Esta vez el Evangelio expone, sobre todo, tres exigencias de conversión para las personas que quieran seguirlo: (i) corrige la mentalidad equivocada de quien piensa ser el dueño de Jesús (Mc 9,38-40); (ii) insiste en la acogida que hay que dar a los pequeños (Mc 9,41-42) y (iii) manda comprometerse radicalmente por el Evangelio (Mc 9,43-48).

b) Una división del texto para ayudarnos en la lectura:

Marcos 9,38-40: Jesús corrige la mentalidad cerrada del apóstol Juan Marcos

9,41: Quien da un vaso de agua a un discípulo de Jesús será recompensado Marcos

9,42: Evitar escandalizar a los pequeños Marcos

9,43-48: Comprometerse radicalmente por el Evangelio

c) Para aquellos que desean profundizar más en el tema
 

Salmo 34 (33)

Un pobre comparte con nosotros su fe

Bendeciré en todo tiempo a Yahvé,

sin cesar en mi boca su alabanza;

en Yahvé se gloría mi ser,

¡que lo oigan los humildes y se alegren!

Ensalzad conmigo a Yahvé,

exaltemos juntos su nombre.

Consulté a Yahvé y me respondió:

me libró de todos mis temores.

Los que lo miran quedarán radiantes,

no habrá sonrojo en sus semblantes.

Si grita el pobre, Yahvé lo escucha,

y lo salva de todas sus angustias.

El ángel de Yahvé pone su tienda

en torno a sus adeptos y los libra.

Gustad y ved lo bueno que es Yahvé,

dichoso el hombre que se acoge a él.

Respetad a Yahvé, santos suyos,

que a quienes le temen nada les falta.

Los ricos empobrecen y pasan hambre,

los que buscan a Yahvé de ningún bien carecen.

Venid, hijos, escuchadme,

os enseñaré el temor de Yahvé.

¿A qué hombre no le gusta la vida,

no anhela días para gozar de bienes?

Guarda del mal tu lengua,

tus labios de la mentira;

huye del mal y obra el bien,

busca la paz y anda tras ella.

Los ojos de Yahvé sobre los justos,

sus oídos escuchan sus gritos;

el rostro de Yahvé hacia los bandidos,

para raer de la tierra su recuerdo.

Cuando gritan, Yahvé los oye

y los libra de sus angustias;

Yahvé está cerca de los desanimados,

él salva a los espíritus hundidos.

Muchas son las desgracias del justo,

pero de todas le libra Yahvé;

cuida de todos sus huesos,

ni uno solo se romperá.

Da muerte al malvado la maldad,

los que odian al justo lo pagarán.

Rescata Yahvé la vida de sus siervos,

nada habrán de pagar los que a él se acogen.

 

Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre.

Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver.

Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra.

Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén

 

TOMADO DE: Página Oficial Orden de Carmelitas

SITIO WEB: http://www.ocarm.org