
EL BANQUETE DEL
SEÑOR
Miguel Payá -
Página franciscanos
Capítulo VI
LA CELEBRACIÓN
Haced esto en memoria mía
2. POSTURAS Y GESTOS
LITÚRGICOS
c) Gestos litúrgicos
3. La inclinación: es
un signo de veneración. Hay dos clases de inclinaciones: de
cabeza y de cuerpo, o inclinación profunda.
El sacerdote hace inclinación de cabeza
siempre que nombra a las tres divinas Personas, al nombre de
Jesús, de la Virgen María y del santo en cuyo honor se
celebra la Eucaristía.
La inclinación de cuerpo la hace el sacerdote
para saludar al altar al principio y al final de la
celebración, si no está presente en él el Santísimo
Sacramento, para la consagración y mientras recita algunas
oraciones que subrayan la humildad del orante. Y todos nos
debemos inclinar profundamente durante la profesión de fe, a
las palabras: «Y por obra del Espíritu Santo se encarnó de
María la Virgen y se hizo hombre», y durante la bendición
final, cuando se emplea la fórmula solemne.
4. La genuflexión: es
siempre un signo de adoración a Jesucristo presente en la
Eucaristía. Por eso el celebrante hace este gesto después de
la elevación del pan consagrado, después de la elevación del
cáliz y antes de la comunión. Además, si el Sagrario está en
el altar donde se celebra, hace también genuflexión al
principio y al final de la celebración, y siempre que pasa
delante de él. Los fieles, por su parte, deben hacer
genuflexión al entrar en el templo y al salir, si el
Sagrario está en el altar mayor o en otro lugar del
presbiterio
5. El beso: en
la liturgia el beso es un signo importante de reverencia.
Por eso, sólo se besan aquellas cosas que representan a
Cristo de una forma especial. El sacerdote besa el altar al
principio y al final de la celebración, y besa el libro
después de la lectura del Evangelio. También todos besamos
la cruz el Viernes Santo.