PALABRA DE DIOS 
 

 

PRIMERA LECTURA
Jeremías 31, 7-9

Aquel grupo de deportados a Babilonia que permanecían fieles al Señor y seguían esperando el cumplimiento de las promesas de Yhavhé, en medio de dificultades y sufrimientos escucha con alegría el día, anunciado por Jeremías, en el que el Señor los devolverá a su casa.


 

PRESENTACIÓN

Qué experiencia tan importante fue para Israel la caída de Jerusalén y la destrucción del Templo, la estancia en Babilona, tierra de destierro, y la situación de los deportados.

En primer lugar podemos decir que fue un momento de crisis de fe: sin Templo, sin Ciudad Santa, sin rey...¿dónde quedaban las promesas de Yhavhé?

En Babilonia, algunos se habían olvidado de su Dios, otros seguían a los dioses babilonios, otros, que se iban instalando bien, ni siquiera pensaban.

Pero hay un grupo de fieles, son pocos, un "resto", que se mantiene fiel al Señor contra viento y marea; son los servidores de Yhavhé.

Para ellos son estas palabras de alegría y esperanza del profeta Jeremías.

El Señor salva a su pueblo, no se olvida de sus fieles, que han sufrido tanto. Ya han saldado la deuda. Volverán a su tierra, no tanto como victoriosos, que no han vencido a nadie, sino como salvados.

El mantenimiento de su fe y de su esperanza, los sufrimientos por los que han pasado, les ha ido purificando.

Habrá un nuevo Éxodo, volverán acompañados por el Señor. Él los traerá. Él los congregará.

Han sufrido mucho, pero vuelven en medio del consuelo y la alegría.

Dios nos se ha olvidado de su pueblo ni de sus compromisos para con ellos.

 

 

LIBRO DE JEREMÍAS 31, 7-9

Guiaré entre consuelos a los ciegos y cojos

Así dice el Señor:
"Gritad de alegría por Jacob,
regocijaos por el mejor de los pueblos:
proclamad, alabad y decid:
El Señor ha salvado a su pueblo,
al resto de Israel.
Mirad que yo os traeré del país del norte,
os congregaré de los confines de la tierra.
Entre ellos hay ciegos y cojos,
preñadas y paridas:
una gran multitud retorna.
Se marcharon llorando,
os guiaré entre consuelos:
los llevaré a torrentes de agua,
por un camino llano en que no tropezarán.
Seré un padre para Israel,
Efraín será mi primogénito."

Palabra de Dios

 

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 125

PRESENTACIÓN

El salmo 125 expresa el ánimo de aquellos repatriados, de aquel "resto de Israel", que vuelve.

También se cantaba este salmo cuando los peregrinos subían a Jerusalén y en las procesiones al templo para entregar las primicias.

Si bien no podemos olvidar que, de la ilusión y el ánimo del retorno, se pasaría a la realidad de la reconstrucción y la restauración, que fue bastante penosa.

"Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar"

Pasó la situación que refleja el salmo 137: "Junto a los canales de Babilonia, nos sentamos a llorar, con nostalgia de Sión...". Es el momento de la alegría.

"La boca se nos llenaba de risas, 
la lengua de cantares"

Los mismos paganos estaban admirados del cumplimiento de los antiguos oráculos que hablaban de la vuelta del Exilio.

"Hasta los gentiles decían:
¨El Señor ha estado grande con ellos¨"

Con bellas metáforas de describen los tiempos nuevos: como los torrentes secos del Negueb, que se llenan de agua y de vida tras las lluvias de otoño...

"Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb"

Así se espera que la desolada Jerusalén, vuelva a llenarse de vida.

"Al ir iba llorando,
llevando la semilla.
Al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas"

SALMO 125

R/ EL SEÑOR HA ESTADO GRANDE CON NOSOTROS, Y ESTAMOS ALEGRES

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas
la lengua de cantares.
R/ EL SEÑOR HA ESTADO GRANDE CON NOSOTROS, Y ESTAMOS ALEGRES

Hasta los gentiles decían:
"El Señor ha estado grande con ellos."
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
R/ EL SEÑOR HA ESTADO GRANDE CON NOSOTROS, Y ESTAMOS ALEGRES

Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
R/ EL SEÑOR HA ESTADO GRANDE CON NOSOTROS, Y ESTAMOS ALEGRES

Al ir, iba llorando,
llevando la semilla:
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas.
R/ EL SEÑOR HA ESTADO GRANDE CON NOSOTROS, Y ESTAMOS ALEGRES

 

SEGUNDA LECTURA
Hebreos 5, 1-6

La carta a los hebreos, siguiendo el tema de la semana pasada, habla del sacerdocio: del de Israel y del de Cristo, que son de diferente orden.
      El Sumo sacerdote es puente entre Dios y los hombres, ofrece sacrificios e intercede por los pecadores, es una vocación que en el Antiguo Testamento Dios dio a Aarón y a sus descendientes.
      Jesucristo es Sumo Sacerdote no por ser de la familia de Aarón, sino por ser Hijo de Dios. Un sacerdocio que viene directamente de Dios, como el de Melquisedeq.

 

PRESENTACIÓN

Seguimos con el tema de la semana pasada, que es el central de la carta a los hebreos: Jesucristo, Sumo y Único Sacerdote Eterno.

Dentro de este tema, hoy describe la función del sumo sacerdocio del antiguo Testamento.

Hablará de su elección: es escogido entre los hombres, en particular, de la descendencia de Aarón, para representar al pueblo ante Dios, mediante el culto; más concretamente para ofrecer a Dios sacrificios por los pecados del pueblo.

El sumo sacerdote, los sacerdotes, también ofrecen el sacrificio por ellos mismos, pues también son pecadores, "está envuelto en debilidades"; sólo así pueden comprender a los pecadores.

El acceso al sacerdocio es una vocación, una llamada del Señor para esa misión, como la recibió Aarón y su familia; nadie puede asumir esa tarea sin ser llamado.

Cristo ha sido elegido Sumo Sacerdote desde el principio. Por ser el Hijo, su sacerdocio es incomparable, por su superioridad y unicidad, con el del Antiguo Testamento.

Por su encarnación y su vida en medio de nosotros, es capaz de compadecerse de nuestras debilidades y pecados, y perdonarlos, como ha hecho entregando su vida por nosotros en la cruz.

Nada tiene que ver el sumo sacerdocio de Cristo con el del pueblo de Israel, que, como hemos dicho, era hereditario.

Cristo es Sumo Sacerdote eterno porque es el Hijo de Dios; un sacerdocio de otro orden, diferente al de Israel, es "según el orden de Mequisedeq".

LECTURA DE LA CARTA A LOS HEBREOS 5, 1-6

Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec

Hermanos: Todo sumo sacerdote, escogido entre los hombres, está puesto para presentar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades. A causa de ellas, tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo. Nadie puede arrogarse este honor: Dios es quien llama, como en el caso de Aarón. Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino aquel que le dijo: "Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy", o, como dice otro pasaje de la Escritura: "Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec."

Palabra de Dios

 

 

ACLAMACIÓN
2 Tim 1, 10b

Nuestro Salvador Jesucristo destruyó la muerte y sacó a la luz la vida, por medio del Evangelio

 

EVANGELIO
Marcos 10, 46-52

En su camino hacia Jerusalén, Jesús pasó por Jericó, ciudad-oasis, milenaria.
      Allí se encontró con el ciego Bartimeo, que le pide con todas sus fuerzas y su fe que pueda ver.
      Recobrada la vista, ha seguido a Jesús con los demás discípulos.

 

 

PRESENTACIÓN

Cuántas veces pasaba Jesús por Jericó, ciudad milenaria, oasis en el desierto, alimentada por la fuente de Eliseo.

En ese lugar coloca San Marcos la curación de un ciego.

Además de ser el milagro signo de que con Jesús ha llegado el reinado de Dios y su Mesías ("El Espíritu del Señor está sobre mí... Me ha enviado para anunciar... a los ciegos la vista..." Lc 4, 18). es una bella catequesis sobre el proceso de la fe.

Ante todo, el ciego oye hablar de Jesús (¡Cuántos "ciegos" de todo tipo oyen hablar de Jesús...!) y quiere ir hacia él; tanto lo espera y desea que lo llama con palabras que podrían resultar extrañas en él: "Hijo de David, ten compasión de mi".

Tras el intenso deseo y la fuerte llamada, que expresa su fe en él, aunque algunos los quieran impedir, se produce el encuentro.

Qué alegría le inunda al acercarse a quien puede salvarle. El texto lo hace patente con unas expresiones que lo denotan: "Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús".

- ¿Qué quieres que haga por ti?

- Maestro, que pueda ver.

Jesús resalta su fe y le cura. Después, él le sigue como discípulo.

¿Qué pasos hay que dar para acercarse a Cristo?

* Hay que oír hablar de Él. Es el compromiso de los que nos decimos de los suyos.

* Personas, que se sienten como ciegos y quieren ver, al oír hablar de Jesús, quieren conocerlo, acercarse y encontrarse con él.

* Para ello han de superar las dificultades que presenta el ambiente y el comportamiento mismo de algunos cristianos.

* La llamada del Señor es motivo de alegría y esperanza.

* Cuando dices de corazón: "Maestro, que pueda ver", Él te da la vida nueva; esto sería el Bautismo.

* Finalmente, te unes a los suyos, "le sigues por el camino". 

 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS  10, 46-52

Maestro, haz que pueda ver.

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: "Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí." Muchos lo regañaban para que se callara. Pero él gritaba más: "Hijo de David, ten compasión de mí." Jesús se detuvo y dijo: "Llamadlo." Llamaron al ciego, diciéndole: "Ánimo, levántate, que te llama." Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: "¿Qué quieres que haga por ti?" El ciego le contestó: "Maestro, que pueda ver." Jesús le dijo: "Anda, tu fe te ha curado." Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

Palabra de Dios