
EL BANQUETE DEL
SEÑOR
Miguel Payá -
Página franciscanos
Capítulo VII
EL DIÁLOGO
Dios nos ha hablado por medio del Hijo
2. LOS RITOS INICIALES
En toda conversación son muy importantes las
primeras palabras: de ellas puede depender el tono y el
cariz de todo el encuentro. Por eso los ritos iniciales de
la Eucaristía (cf. Ordenación General del Misal Romano,
24-32), que son el elemento más reciente de la celebración,
han sido muy cuidados para que sean una buena presentación y
comienzo de lo que va a venir. Intentan conseguir dos
objetivos importantes: que los que hemos acudido formemos
una comunidad (y no un conjunto de personas aisladas), y que
dispongamos nuestro espíritu tanto para oír la palabra de
Dios como para participar en el banquete eucarístico.
a) Entrada
La celebración comienza así: «Reunido el
pueblo, mientras entra el sacerdote con sus ministros, se da
comienzo al canto de entrada». Nos encontramos, pues, con
dos elementos. Primero, con una procesión en la que, según
los casos, el sacerdote solo o acompañado de todos los
ministros que tienen una parte activa en la celebración, se
desplazan desde la sacristía hasta el altar. Y, para
acompañar a esta procesión, el pueblo o los cantores, o
ambos alternando, entonan el que se llama «canto de
entrada». Este canto no es un simple factor de solemnidad,
sino un elemento que intenta favorecer la comunicación.
Porque su función es doble: fomentar la unión de quienes se
han reunido e introducirlos en el misterio de la fiesta o
del tiempo litúrgico correspondiente.