ES NAVIDAD

MENSAJE
DE DIOS AL HOMBRE
Querido
hombre:
Con
gozo y alegría te comunico que ha llegado el tiempo, se ha cumplido la
espera anunciada desde antiguo, y ¡esta es la noticia!: os envío a mi
Hijo.
Alegraos
todos, poneos de fiesta porque hoy el cielo y la tierra se unen.
Decidlo
a todos; anunciadlo por todos los rincones; pregonadlo allí donde hay
desesperación y miedo: mi Hijo ha puesto su morada y ha establecido
para siempre su domicilio en la ciudad de los hombres.
Lleva
un mensaje de paz y de alegría. Lleva en su corazón todo lo mejor de
mi corazón de Dios. Lleva en sus labios la palabra que los afligidos
esperaban. Lleva en sus manos la bendición y la ayuda que muchas manos
de hombres esperaban. Lleva en su mirada la profundidad del rostro de
Dios.
Hombres,
abrid los ojos, levantad la mirada: con vosotros está. ¡Reconoced al
que ha salido del cielo para abrir las puertas cerradas! Desde ahora
todo lo mejor ya es posible en la tierra. Desde ahora la tierra ya es
también la "casa de Dios", porque en ella habita mi Hijo, al
que os envío.
No
tembléis, hombres, ante esta presencia. Alegráos.
El
Hijo que os envío, es Salvador. Su presencia es sencilla. Ya podéis
mirar a Dios, queridos hombres, sin miedo a morir. Ya podéis entablar
un nuevo diálogo conmigo, según él os enseñe.
Hombres,
sabedlo, toda mi imaginación de Dios, todo mi amor reiterado desde
antiguo... está concentrado en este Hijo, el recién nacido de Belén.
Vosotros,
los sencillos, los que esperáis todo porque el corazón no está
agostado por las cosas, sed los primeros en ir a El y en reconocerlo...
y cantad y proclamad: "Grande es el Dios de nuestros padres".
Querido
hombre, desde ahora, cuando quieras saber algo de Mi no tienes más que
ir a El. Desde ahora, cuando el peso de tus cadenas te sea
insoportable... no tienes más que ir a El. Yo soy así. Yo, Dios, hago
las cosas así: en la fragilidad de este Niño está todo mi poder de
Dios. Creedlo. En este Niño recién nacido está la salvación y la
Palabra final de Dios. Abrid, hombres, vuestros ojos; abrid vuestros
oídos; abrid vuestro corazón; abrid vuestra esperanza... Abríos a
esta novedad, hombres de todos los pueblos del mundo.
Este
es el mensaje en esta noche. Está permitida la alegría. Está
permitido soñar. Está permitido creer en la paz para los hombres...
Está permitido creer que lo imposible será posible. Está permitido
dar gracias y cantar... Hombres, en esta noche os está permitido mirar
al Sol en medio de la noche.
Yo,
Dios, os comunico esto para que lo reconozcáis y caminéis como hombres
razonables. Yo, Dios, os hablo estas cosas para que lo reconozcáis, en
la sencillez de un pesebre y en la soledad y silencio de esta noche. El
grande, el que esperaron los profetas, el anunciado desde antiguo, está
ya entre vosotros. ¡Paz a los hombres que temen el nombre de Dios!
Yo,
Dios, os lo digo y lo hago. Yo, Dios, os lo anuncio.
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NAVIDAD
Y
la
palabra
se
hizo
carne
y
habitó
entre
nosotros,
y
hemos
contemplado
su
gloria.
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EN MEDIO DE
VOSOTROS ESTÁ
EL QUE NO
CONOCÉIS
En el principio ya
existía,
pero nosotros no sabíamos reconocerle.
En el principio ya hablaba,
pero no entendíamos su palabra.
En el principio ya alumbraba,
pero no veíamos su resplandor.
¿Quién es este
Dios empeñado en acampar
tan en el corazón de los hombres?
¿Quién es éste que viene
pero que ya estaba desde el origen?
¿Quién es éste cercano
pero que creíamos lejos?
En el principio
todo se hizo por Él.
En el principio los suyos no le reconocieron.
En el principio ya estaba y alumbraba.
¿Quién es esta
fuerza de vida?
¿Quién es este rechazado?
¿Quién es esta luz?
Ahora es el presente,
no es tiempo de pasados.
Ahora se nos dice
que está.
Ahora, como al principio,
nuestros ojos están velados,
hay que salir del largo sueño,
subir a las colinas,
descender donde está el gran desierto
y a tientas buscar
al que está en medio de vosotros.
Pero, ¿qué falta
nos hace "un Dios"
en medio de nosotros?
¿Por qué se le
ocurre venir
si nosotros no le hemos dicho que venga?
¡Para qué viene
si está en medio y no le conocemos?
¿Qué puede
arreglar Dios
que no podamos arreglar nosotros?
¿por qué no vienes, Dios, mañana?...
No, no vengo:
estoy en medio de vosotros
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navidad
2024-25 |
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LA
NAVIDAD
La
fiesta más celebrada del mundo -al menos del mundo occidental- es la
Navidad. Dura doce días, del 25 de Diciembre al 6 de Enero, período
que abarca tres grandes fiestas, a saber, Natividad de Jesús, Año
Nuevo y Reyes Magos, precedidas, a su vez, por tres noches mágicas:
Nochebuena, Nochevieja y Noche de Reyes.
El
sentido religioso que otrora tuvieron las tres fiestas navideñas
decayó en la década de los sesenta, tiempos de secularización, con
injerencias comerciales, apropiación familiar y diversión popular.
Recordemos, por ejemplo, la lotería del "gordo", los
christmas y regalos, los conciertos de villancicos y oratorios, los
discursos de los mandatarios, las cenas y comidas familiares, los
cotillones y bailes de año nuevo, la caravana y los juguetes de Reyes.
A
partir de primeros de Diciembre se iluminan profusamente las calles y
plazas, llaman la atención los grandes almacenes comerciales con sus
fachadas centelleantes y se instalan en un santiamén las casetas del
mercado navideño en la plaza mayor de la ciudad. Las cuatro semanas que
preceden a la Navidad, que constituyen lo que se llama litúrgicamente
Adviento, apenas tienen tradición en nuestro pueblo. La preparación
navideña popular va por otro camino.
En
Navidad celebramos con alegría que un día nació Jesús, el Salvador,
y nos preparamos para recibirlo cuando vuelva glorioso al final de los
tiempos. |

Bendición
de
la cena de
Nochebuena
Señor,
en una noche como esta, hace ya tiempo,
quisiste ser un niño con nombres y apellidos
en medio de los niños más pobres de la tierra.
Luego,
cuando creciste hablabas cosas buenas
y por ti conocimos que ningún niño es pobre
porque es hijo de Dios.
Nosotros,
que arrastramos durante todo el año el peso de la vida, el paso de los
años,
las penas, los disgustos, algunas alegrías,
y que esperamos siempre,
nos hemos reunido para cenar aquí.
Bendice
nuestra mesa;
por una noche al menos quisiéramos
que el mundo fuera una gran familia:
sin guerra, sin miserias, sin drogas y sin hambre,
con algo más de música y mucha más justicia.
Que al menos esta casa, Jesús recién nacido,
acoja tu palabra de amor y de perdón.
Consérvanos
unidos.
Danos pan y trabajo durante todo el año.
Danos fuerza y ternura para ser hombres justos que luchen por un mundo
donde haya buenos días
y muchas noches buenas
como esta en que quisiste nacer entre nosotros.
Tú
serás bien-venido, Señor, siempre a esta casa,
hasta que nos reúnas en la tuya, al final
Josep
Oriol
Señor,
enséñanos a orar, p.65
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EL
NACIMIENTO DE JESÚS
Ningún
historiador solvente niega la realidad histórica de Jesús de
Nazareth. Es cierto que las fuentes antiguas de los cronistas romanos
y judíos sobre Jesús son exiguas y discutibles. Pero existen los
relatos de la infancia de san Mateo y san Lucas, que ponen de relieve
-de un modo teológico más que histórico- quién es Jesús, cómo
nace, dónde nace y de dónde es.
Sabemos
que la primera comunidad cristiana de Jerusalén estaba formada por
convertidos de Judea y de Galilea, alguno de los cuales conoció de
cerca el ámbito familiar de Jesús. María guardaba en su corazón
muchos recuerdos (Lc 2, 19. 51). No es difícil pensar que en ese
medio se trasmitiesen algunos recuerdos de la infancia de Jesús. No
todo en los relatos de la infancia de Jesús es fantasía narrativa.
Hay hechos comprobables y comprobados.
El
nacimiento de Jesús ocurrió en tiempos del emperador Augusto, poco
antes de morir Herodes I.
Probablemente,
María no dio a luz en invierno, ya que "había en aquellos
campos unos pastores que pasaban la noche al raso velando sus
rebaños" (Lc 2, 8). En Palestina los pastores velan los ganados
de marzo o abril a noviembre, es decir, en primavera, verano u otoño.
El invierno en Palestina es frío y lluvioso, escasamente apto para
que los pastores velen sus rebaños y para realizar largos viajes.
Curiosamente , los cristianos de los tres primeros siglos situaban el
nacimiento de Jesús en primavera por deducciones simbólicas, al
creer que en este tiempo fue creado el mundo y en ese mismo momento
murió Jesús.
Belén
era una población insignificante en los confines del reino de
Herodes. En la Biblia aparece como el lugar en el que nació David
(1Sam 17, 12) y donde nacería, según los profetas, el futuro Mesías
(Miq 5, 2). Belén era en el primer siglo de la era cristiana, una
pequeña aldea con casas de adobe y cuevas calizas, horadadas a pico y
pala, que servían de vivienda, establo o bodega. Nazareth era en el
siglo I un poblado judío asentado en la ladera de una zona montañosa
de Galilea. Las excavaciones arqueológicas recientes han descubierto
allí un asentamiento muy antiguo, cuyas gentes vivían en cuevas
excavadas en piedra caliza.
En
cualquier caso, Jesús procedía de Nazareth, en Galilea, y fue
llamado "nazareno".
Los
relatos evangélicos no datan con precisión el día y el año que
nació Jesús. Sabemos que Jesús (Yeshúa) fue un judío
palestino, hijo de María (Miryam), casada con José (Yosef),
carpintero, albañil o tallador de piedra, a saber, artesano. Nació,
según los evangelistas, en Belén de Judea y se crió en Nazareth de
Galilea.
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LA
NAVIDAD CRISTIANA
El
término Navidad es una contracción de la palabra Natividad
-en latín Nativitas- que significaba entre los romanos el
aniversario del nacimiento de un emperador o el día de su ascensión al
trono.
La
fijación del 25 de Diciembre como fecha del nacimiento de Jesús tiene
que ver con los festejos paganos del solsticio de invierno en honor del
dios solar.
Las
culturas religiosas antiguas celebraban anualmete el solsticio de
invierno en las noches finales de diciembre, largas, frías,
eventualmente con lluvias, brumas, nieves y hielos. En esas noches
aparecieron los ritos paganos de la muerte del sol y su nacimiento,
concretados el 25 de diciembre en Occidente y en el 6 de Enero en
Oriente.
En
los tres primeros siglos no existió una tradición común concerniente
a la fecha del nacimiento de Cristo, ni se celebraba la Navidad.
En
el siglo II los cristianos conmemoraban únicamente la Pascua de
resurrección. La fe cristiana es fe en la resurrección de Jesús y de
los muertos.
El
emperador Constantino (312-337), una vez convertido al cristianismo,
decretó como días festivos el primero de la semana o domingo y el 25
de Diciembre, fiesta del nacimiento de Jesús. La Navidad cristiana
apareció, pues, como cristia- nización de la fiesta pagana del
nacimiento del sol invencible, que según el calendario juliano del año
45 a. C., se celebraba el 25 de diciembre. Como justificación se dijo
desde entonces que Cristo es "sol de justicia" (Mal 4, 2),
"astro que nace de lo alto" (Lc 1, 78), "luz para
alumbrar a las naciones" (Lc 2, 32) y "luz del mundo" (Jn
8, 12); San Agustín afirmó que Cristo es "el astro de las
alturas".
De
este modo los cristianos combatían la idolatría, se apartaban de las
fiestas paganas y desarrollaban su propio culto.
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RECOSTADO
EN UN PESEBRE
¿Sabías que Jesús en el
pesebre tenía un significado histórico? ¡No fue
casualidad!
La mayoría de la gente no sabe acerca del pesebre en el
que Jesús fue colocado.
Por supuesto, los
pesebres son comederos para animales, pero en el antiguo
Israel estaban hechos de piedra, no como los que verías
en un pesebre moderno.
No es cómodo, pero es
ideal para la protección. Es por eso que aquellos que
eran expertos en este asunto, es decir, los sacerdotes,
ponían sus corderos recién nacidos en aquellos pesebres
para protegerlos.
Pero no cualquier
cordero, eran los corderos perfectos sin mancha que se
usaban en el sacrificio por los pecados.
Y Belén, donde nació
Jesús, era famosa por sus CORDEROS INMACULADOS
utilizados para el sacrificio.
Estos corderos tenían que
ser perfectos, por eso los envolvían firmemente en tela
y los acostaban en el pesebre para mantenerlos a salvo.
Esta es exactamente la
razón por la cual la única vez que se mencionan los
pesebres en la historia del nacimiento de Jesús es
contada a los pastores.
En Lucas 2 dice: -"Esto
será una señal para ti, encontrarás un bebé envuelto en
tela y acostado en un pesebre"-. Los pastores habrían
entendido este poderoso paralelo. ¡Sabían lo que
significaban la tela y el pesebre! ¡Este bebé sería EL
CORDERO PERFECTO DE DIOS! El Mesías que sacrificaría su
vida por los pecados de todo el mundo.
Él no era sólo un bebé
envuelto en pañales acostado en un pesebre, era el hijo
de DIOS: perfecto, sin pecado y santo, humillándose para
convertirse en el sacrificio perfecto y reconciliarnos
con un nuevo pacto con él.
La sangre del Cordero es
la que nos limpia de todo pecado.
Rodriguez Patiño, Luis Ángel |
MENSAJE NAVIDEÑO
AL CRISTIANO DE LA MANGA
Este
mensaje lo dirijo a cada cristiano: a cada cristiano de la Manga.
Navidad
es la fiesta del cristiano... y de cada hombre.
Por
el nacimiento terreno de Dios, la humanidad es elevada. Dios se abaja y
se hace hombre para que el hombre, elevándose, llegue a Dios.
Hoy
podemos decir con el obispo san Agustín: "Alegraos los que sois
justos: es el día natal del que justifica. Alegraos los que sois
enfermos y débiles: es el día natal del que cura. Alegraos los que
sois prisioneros: es el día natal del Redentor. Alegraos los que vivís
en guerra: es el día natal del Príncipe de la Paz. Alegraos todos
vosotros cristianos: es el día natal de Cristo".
A
todo cristiano, donde quiera que trabaje, sufra, luche, peque, ame,
odie; donde quiera que viva o muera. Me dirijo a él hoy con toda la
verdad del nacimiento de Dios, con su mensaje de salvación.
Dios
se ha aproximado. Está en medio de nosotros. Es el HOMBRE. Por eso, en
esta Navidad, alégrate, reconcíliate, busca a los amigos, ayuda a los
que tienes a tu lado, sepulta tu soberbia, conviértete de tus pecados,
enciende la lámpara en tus tinieblas, reflexiona para que veas tu
errores, olvida el odio y....VIVE EL AMOR DE CRISTO que ha querido nacer
en ti.
A
todos los cristianos de la Manga. A todos los hombres y mujeres, niños
y niñas, jóvenes y a todos los ancianos y ancianas: FELIZ Y SANTA
NAVIDAD DEL SEÑOR.
José Manuel
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