JORNADA DE LA
SAGRADA FAMILIA
¿Qué
dicen los obispos?
Esta
Jornada se celebra recién iniciado, el 24 de diciembre, el jubileo de la
Esperanza y los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la
Defensa de la Vida proponen este jubileo "como una oportunidad de
redescubrir el don de la esperanza en la vida familiar, ya que nos trae
una sobreabundancia de gracia".
La
familia, comunidad que une persona y sociedad
"En
medio de una transformación profunda que puede afectar no solo a la
sociedad, sino también al corazón de las personas", los obispos señalan
a la familia como «comunidad que une persona y sociedad" y"un lugar de
encuentro y apertura, donde se vive la reciprocidad, el amor y la
fecundidad".
En la
familia la persona, además de como individuo, se forma "como miembro de
una comunidad que camina hacia Dios y hacia los demás". Aprendemos,
continúan los obispos en su mensaje, "que «no es bueno que el hombre
esté solo» (Gen 2,18) y que nuestra identidad se construye en la
relación con los otros". Esta verdad, puntualizan, "se convierte en una
fuente de esperanza en una sociedad herida por el aislamiento, la
soledad y la ruptura de los lazos comunitarios" porque "la familia es la
primera y fundamental estructura en la que se aprende el sentido de la
solidaridad, la gratuidad y el cuidado del otro. Allí donde el amor es
verdadero y se comparte, surge la esperanza".
En este
sentido, los obispos proponen la vivencia del año jubilar como una
"invitación a fortalecer los lazos de amor en nuestras relaciones y a
reconocer la dignidad de cada persona, especialmente en un momento en
que las dinámicas sociales pueden llevar a la división y al
desencuentro". La familia cristiana "es llamada a ser testigo de esta
misericordia divina, que no se cansa de perdonar y de renovar todas las
cosas. En este tiempo de gracia, es fundamental que nos esforcemos por
restaurar la confianza y el respeto mutuo, comenzando por el seno del
hogar".
¡No
perdamos la esperanza!
Los
obispos también tienen una palabra "especial" para las familias que
pasan por momentos de prueba, quienes sufren la enfermedad, la pérdida
de seres queridos, la pobreza o la incomprensión. A ellos,
particularmente, los exhortan para que "¡No perdamos la esperanza! El
Señor camina a nuestro lado y renueva su promesa de vida abundante".
El
mensaje concluye pidiendo a la Sagrada Familia de Nazaret que interceda
por todas nuestras familias, "para que seamos fuente de esperanza y luz
en un mundo que tanto lo necesita. Que el año jubilar que comenzamos sea
un tiempo de gracia que nos permita redescubrir la belleza del amor
familiar y la alegría de ser «peregrinos de esperanza» en el camino
hacia el reino de Dios".
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