Ven
Espíritu Santo,
Ven a
nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras
conciencias.
Mueve
nuestra inteligencia y nuestra voluntad
para entender lo que el Padre quiere decirnos a través
de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu
Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en
nosotros.
Amén

LECTURA
DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 4, 1-13
El
Espíritu lo fue llevando por el desierto,
mientras era tentado
En aquel
tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo,
volvió del Jordán y, durante cuarenta días,
el Espíritu lo fue llevando por el desierto,
mientras era tentado por el diablo.
Todo aquel
tiempo estuvo sin comer, y al final sintió
hambre.
Entonces
el diablo le dijo: "Si eres Hijo de Dios,
dile a esta piedra que se convierta en
pan." Jesús le contestó: "Está
escrito: "No sólo de pan vive el
hombre"."
Después,
llevándole a lo alto, el diablo le mostró en
un instante todos los reinos del mundo y le
dijo: "Te daré el poder y la gloria de
todo eso, porque a mí me lo han dado, y yo lo
doy a quien quiero. Si tú te arrodillas
delante de mí, todo será tuyo."
Jesús le
contestó: "Está escrito: "Al Señor,
tu Dios, adorarás y a él sólo darás
culto"." Entonces lo llevó a
Jerusalén y lo puso en el alero del templo y
le dijo: "Si eres Hijo de Dios, tírate
de aquí abajo, porque está escrito:
"Encargará a los ángeles que cuiden de
ti", y también: "Te sostendrán en
sus manos, para que tu pie no tropiece con las
piedras"."
Jesús le
contestó: "Está mandado: "No
tentarás al Señor, tu Dios"."
Completadas
las tentaciones, el demonio se marchó hasta
otra ocasión.
Palabra
del Señor

Un momento de silencio orante para que la Palabra de
Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.

1. ¿Yo
también voy en busca del "desierto", ese lugar que me
conecta y me lleva al encuentro con Dios? ¿Me dejo
llevar como Jesús por el Espíritu? ¿Cuáles son mis
"desiertos", donde encuentro más cercana la presencia de
Dios? ¿Me propongo disponer de tiempos y silencios en
esta cuaresma para escuchar la voz de Dios?
2.
¿Cuáles son las tentaciones que me asechan a diario?
¿Cómo vivo y enfrento estas tentaciones? ¿Comprendo que
si las enfrento, se vuelven caminos que me conducen a la
santidad?
3.
¿Percibo en el momento de que se trata de una tentación,
trato de estar atento ante estas situaciones? ¿Qué
siento al saber que Jesús también fue tentado? ¿Cuándo
soy tentado recurro a Dios o creo que solo puedo
superarlo? ¿Si estoy más alejado de los caminos de Dios,
y de los sacramentos es más fácil caer en la tentación?
4.
¿Estoy preparado hoy para enfrentar las tentaciones del
demonio? ¿En qué situación estoy?
5.
¿También soy tentado como Jesús con recibir mayor poder
relacionado con las cosas de este mundo? ¿Cuáles son
esas tentaciones; el dinero, la fama, el éxito, el
poder, el placer sin límites, etc.?
t
a) Clave de lectura:
Este es
el primer domingo del tiempo cuaresmal. El término
cuaresma significa "cuadragésimo día", es decir 40 días.
Es el tiempo litúrgico destinado a la preparación
espiritual para la fiesta de Pascua, marcado por signos
de purificación y de conversión. Los cuarenta días
tienen gran significación en toda la Sagrada Escritura,
en el Antiguo Testamento la cifra cuarenta evoca
directamente a Moisés, antes y después del becerro de
oro. Pero también hay muchas otras cuarentenas en el
antiguo testamento, lo son también los cuarenta días que
duró el diluvio, y los cuarenta años de la marcha del
pueblo de Israel por el desierto.
Este
tiempo transcurrirá durante cinco domingos, agregándole
el domingo de ramos con el cual comienza la Semana
Santa.
En este
primer domingo la lectura es del evangelista San Lucas,
el texto nos presenta las tentaciones de Jesús en el
desierto. Antes de iniciar su misión, Cristo se enfrenta
con el espíritu del mal y vence la tentación de salvar
al mundo por medio de la riqueza y el poder. Su camino
será el de la humillación y la pobreza. Y su gran
triunfo, el de la cruz.
Dice la
Palabra que Jesús antes del comienzo de su vida pública,
estaba lleno del Espíritu Santo, y fue conducido
mediante este mismo espíritu al desierto. En la Biblia,
el "desierto" es con frecuencia el lugar de prueba, y se
lo imaginaba poblado de animales salvajes. El desierto
desde la antigüedad era un terreno asociado al demonio,
ya que se caracteriza por ser una tierra desolada e
inhumana. Pero a la vez por la experiencia de abandono
que allí puede vivirse, se vuelve un lugar de proximidad
y cercanía con Dios.
Allí
Jesús fue puesto a prueba por el demonio durante
cuarenta días mediante tentaciones.
Este
relato recoge tres tentaciones a las cuales Jesús debió
enfrentarse. En cada una de las tentaciones podemos
descifrar que el diablo dice verdades a medias, desvía
el sentido de sus palabras, y las saca de contexto. Lo
que dice el demonio es cierto en un sentido, pero no en
el buen sentido. Esta duplicidad puede conducir a la
equivocación y a la confusión, esto mismo intentó hacer
con Jesús.
La
primera tentación es una invitación a Jesús para que a
través de su poder convierta las piedras en pan, y de
esta forma demostrar que verdaderamente es el Hijo de
Dios. Esta es una tentación fuerte, en primer lugar
recordemos que Jesús durante estos cuarenta días se
privó de comer, y al cabo de estos días sintió mucha
hambre. Jesús responde ante esta tentación y también
ante las demás, citando las Escrituras: "No solo de pan
vive el hombre" (Deuteronomio 8, 3). Con estas palabras
Jesús supera la primera tentación, cumpliendo el plan
que su Padre tenía preparado para Él. Jesús no redime
con el alimento material, sino con el alimento
espiritual que dura para siempre.
En la
segunda tentación el demonio le muestra a Jesús desde un
lugar elevado todos los reinos de la tierra,
prometiéndole su poder sobre estos si se postra delante
de él. El demonio tiene la intención de que Jesús doble
sus rodillas ante él, que se haga un súbdito suyo. Lo
que el demonio le promete a Jesús es justamente lo que
Él ha venido a ser en el mundo: Príncipe. Pero el poder
que el demonio le ofrece es limitado y corruptible, le
ofrece un poder terrenal, mientras que por su misión
como Mesías que corresponde todo poder en el cielo y en
la tierra. Ante esta tentación Jesús responde: "Al Señor
tu Dios adorarás, a él solo darás culto".
En la
tercera tentación el demonio invita a Jesús a arrojarse
al vacío desde la mayor altura del templo de Jerusalén,
citando las escrituras para mostrar que ante el peligro
nace la protección divina. Esta última tentación nos
posibilita saber que el demonio conoce las escrituras, y
de igual modo obra mal. El diablo de nuevo quiere
incitar a Jesús a demostrar si Él es en realidad Hijo de
Dios. El demonio apunta a que Jesús caiga en su vanidad.
Le dice citando la escritura: "tírate que los ángeles te
van a sostener". Sería un "tu eres poderoso, eres el
Hijo de Dios, sal volando y de paso van a creer en ti".
Pero Jesús sabe que ese no es el estilo de su Padre ni
el suyo. Jesús fiel se mantiene en su lugar. Y le dice
simplemente: "No pondrás a prueba al Señor, tu Dios".
Con estas palabras el diablo no tuvo otro recurso más
que alejarse "hasta otra ocasión".
Reconstruimos el texto:
1. ¿De
qué estaba lleno Jesús, y por quien es conducido al
desierto?
2. ¿Para
qué es llevado al desierto? ¿Cuántos días transcurre
allí?
3. ¿Cuál
es la primera tentación que Jesús debió enfrentar? ¿Qué
cita de las escrituras empleo Jesús para responder?
4. ¿En
qué consistió la segunda tentación? ¿Qué le prometió el
demonio a Jesús? ¿Qué debía hacer para lograr eso?
5. ¿Qué
respondió Jesús ante esta segunda tentación?
6. ¿Cuál
fue la tercera tentación? ¿Que debía hacer Jesús? ¿Qué
citas de las escrituras empleo el demonio?
7. ¿Cuál
fue la respuesta de Jesús?
8. ¿Qué
ocurrió finalmente con el demonio?

Señor,
al comenzar esta Cuaresma
Te
pedimos que nos des un corazón puro,
Una gran
paz interior,
Una gran
claridad sobre el gran horizonte
Que se
nos abre en este tiempo santo,
Sobre lo
que tú quieres que vivamos en nuestras familias,
En
nuestras comunidades, en nuestras parroquias.
Tú estás
oculto en medio de nosotros haciendo tu obra,
Aún allí
donde hay indiferencia,
En esta
civilización que camina velozmente,
En la
que todo es de afán y nos somete a situaciones de
tensión.
Señor,
que podamos tener una mirada pacífica y profunda
Sobre lo
que tenemos que hacer en estos días
Y haz
que todos podamos ver tu rostro
En todas
las situaciones complejas y difíciles
De
nuestra historia personal y comunitaria.
Te
pedimos la fortaleza necesaria para poder superar las
tentaciones que nos asechan continuamente y poder
descubrir en cada momento tu presencia en las cosas, en
nuestros hermanos y en nuestra propia vida.
AMÉN.
Hacemos
un momento de silencio y reflexión para responder al
Señor. Hoy damos gracias por permitirnos entender que Él
nos ofrece la salvación que nos llena de alegría.
Añadimos nuestras intenciones de oración.

Repetimos varias veces esta frase del Evangelio para que
vaya entrando a nuestro corazón:
«No solo
de pan vivirá una persona»
(Versículo 4)
Y así,
vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la
resurrección para que otros crean.
ACCIÓN
Debe
haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio,
entonces, pues no soy un verdadero cristiano.
Si estoy
solo
Vuelvo a
leer detenidamente las lecturas.
No le
pediré al Señor que me quite la tentación, sino que me
ayude a entender las astucias del maligno.
Por lo
tanto me propondré hacer un proyecto en el que le
recordaré a algún amigo específico de cómo somos
tentados y cómo se puede vencer la tentación. Y así me
transformaré en un discípulo de Jesús y en su misionero.
En el
grupo