
CONSTITUCIÓN
"SACROSANCTUM
CONCILIUM"
SOBRE LA SAGRADA
LITURGIA
CAPÍTULO I
PRINCIPIOS GENERALES PARA LA REFORMA Y FOMENTO DE LA SAGRADA
LITURGIA
I. NATURALEZA DE LA SAGRADA
LITURGIA Y SU IMPORTANCIA EN LA VIDA DE LA IGLESIA
La obra de la salvación se realiza en Cristo
En la Iglesia se realiza por la
Liturgia
6. Por
esta razón, así como Cristo fue enviado por el Padre, Él, a
su vez, envió a los Apóstoles llenos del Espíritu Santo. No
sólo los envió a predicar el Evangelio a toda criatura y a
anunciar que el Hijo de Dios, con su Muerte y Resurrección,
nos libró del poder de Satanás y de la muerte, y nos condujo
al reino del Padre, sino también a realizar la obra de
salvación que proclamaban, mediante el sacrificio y los
sacramentos, en torno a los cuales gira toda la vida
litúrgica. Y así, por el bautismo, los hombres son
injertados en el misterio pascual de Jesucristo: mueren con
El, son sepultados con El y resucitan con El; reciben el
espíritu de adopción de hijos "por el que clamamos: Abba,
Padre" (Rom., 8,15) y se convierten así en los
verdaderos adoradores que busca el Padre. Asimismo, cuantas
veces comen la cena del Señor, proclaman su Muerte hasta que
vuelva. Por eso, el día mismo de Pentecostés, en que la
Iglesia se manifestó al mundo "los que recibieron la palabra
de Pedro "fueron bautizados. Y con perseverancia escuchaban
la enseñanza de los Apóstoles, se reunían en la fracción del
pan y en la oración, alabando a Dios, gozando de la estima
general del pueblo" (Act., 2,14-47). Desde entonces,
la Iglesia nunca ha dejado de reunirse para celebrar el
misterio pascual: leyendo "cuanto a él se refieren en toda
la Escritura" (Lc., 24,27), celebrando la Eucaristía,
en la cual "se hace de nuevo presentes la victoria y el
triunfo de su Muerte", y dando gracias al mismo tiempo " a
Dios por el don inefable" (2 Cor., 9,15) en Cristo
Jesús, "para alabar su gloria" (Ef., 1,12), por la
fuerza del Espíritu Santo