
CONSTITUCIÓN
"SACROSANCTUM
CONCILIUM"
SOBRE LA SAGRADA
LITURGIA
CAPÍTULO I
PRINCIPIOS GENERALES PARA LA REFORMA Y FOMENTO DE LA SAGRADA
LITURGIA
I. NATURALEZA DE LA SAGRADA
LITURGIA Y SU IMPORTANCIA EN LA VIDA DE LA IGLESIA
La obra de la salvación se realiza en Cristo
Presencia de Cristo en
la Liturgia
7.
Para
realizar una obra tan grande, Cristo está siempre presente
en su Iglesia, sobre todo en la acción litúrgica. Está
presente en el sacrificio de la Misa, sea en la persona del
ministro, "ofreciéndose ahora por ministerio de los
sacerdotes el mismo que entonces se ofreció en la cruz", sea
sobre todo bajo las especies eucarísticas. Está presente con
su fuerza en los Sacramentos, de modo que, cuando alguien
bautiza, es Cristo quien bautiza. Está presente en su
palabra, pues cuando se lee en la Iglesia la Sagrada
Escritura, es El quien habla. Está presente, por último,
cuando la Iglesia suplica y canta salmos, el mismo que
prometió: "Donde están dos o tres congregados en mi nombre,
allí estoy Yo en medio de ellos" (Mt.,
18,20). Realmente, en esta obra tan grande por la que Dios
es perfectamente glorificado y los hombres santificados,
Cristo asocia siempre consigo a su amadísima Esposa la
Iglesia, que invoca a su Señor y por El tributa culto al
Padre Eterno.
Con razón, pues, se considera la Liturgia como el ejercicio
del sacerdocio de Jesucristo. En ella los signos sensibles
significan y, cada uno a su manera, realizan la
santificación del hombre, y así el Cuerpo Místico de
Jesucristo, es decir, la Cabeza y sus miembros, ejerce el
culto público íntegro. En consecuencia, toda celebración
litúrgica, por ser obra de Cristo sacerdotes y de su Cuerpo,
que es la Iglesia, es acción sagrada por excelencia, cuya
eficacia, con el mismo título y en el mismo grado, no la
iguala ninguna otra acción de la Iglesia.