"LA
ALIANZA DEL AMOR
"
-LA
FIESTA DEL CORPUS
Hoy celebramos una fiesta entrañable para nosotros. Hoy
celebramos lo único que realmente podemos celebrar los
cristianos y aun los hombres todos. Porque hoy
celebramos el amor de Dios, que Dios es amor y que nos
ama desmesuradamente.
Frente
a tantas elucubraciones de sabios y eruditos, que a
veces desfiguran el rostro de Dios y nos lo hacen
terrible o inaccesible, la fiesta del Corpus nos
descubre el verdadero rostro de Dios, que es su amor por
nosotros, hasta el colmo del sacrificio del cuerpo y de
la sangre de su propio Hijo "por nosotros".
Por
eso es importante despojarnos de prejuicios y escuchar
con atención y sencillez la palabra de Dios. Lo que
Dios nos ha manifestado sobre sí mismo en su Hijo
Jesucristo.
-LA
ANTIGUA ALIANZA
Moisés rubricó la alianza de Dios con su pueblo con la
sangre de los animales sacrificados. La mitad la vertió
sobre el altar, la parte de Dios; y la otra mitad la
asperjó sobre el pueblo. De esta suerte, el pueblo
entendió que Dios estaba con ellos, de su parte. Y el
pueblo se comprometió a poner en práctica todo cuanto
el Señor les había ordenado y que estaba recogido en
las tablas de la ley. Los diez mandamientos son uno de
los primeros documentos que recogen los principales
derechos del hombre: el derecho a la vida, a la familia,
al honor y buen nombre, a la información y expresión,
a la propiedad.
La
consecuencia de aquella primera alianza, rota y
restaurada infinidad de veces es la historia de Israel,
era una nueva religión, fundada no tanto en el temor,
cuanto en el respeto al pacto sellado por mediación de
Moisés.
-LA
NUEVA ALIANZA
La sangre derramada de Cristo sella una nueva y
definitiva alianza entre Dios y la humanidad. Esta vez
no hará falta la sangre de los animales sacrificados.
Jesús, el Hijo de Dios, entregará su cuerpo al
sacrificio y derramará hasta la última gota de su
sangre para la remisión de los pecados. Será un
sacrificio definitivo, de una vez por todas y para
todos. El sacrificio de Jesús no se repetirá, sólo se
actualizará ininterrumpidamente en la eucaristía. Las
infidelidades de los hombres no harán precisa una nueva
alianza, como ocurriera en el primitivo pueblo de Dios.
La alianza con Dios por mediación de Jesucristo se
renovará sacramentalmente siempre que sea necesario,
sin necesidad de repetirse. Jesús no volverá a morir.
Murió y resucitó y vive para siempre.
-LA
ALIANZA DEL AMOR
Esta nueva alianza, sellada con la sangre de Cristo,
supone una novedad radical en las relaciones entre los
hombres y Dios, porque nueva es la relación de Dios con
los hombres por Jesucristo. Esta relación es la religión
del amor.
Toda
la vida de Jesús, todas sus obras y sus palabras no
tuvieron otra intención que la de darnos a conocer el
misterio insondable de Dios, que es amor, amor a los
hombres. Y el momento culminante de la vida de Jesús,
su muerte en la cruz, fue la demostración suprema del
amor de Dios. El mismo Jesús lo entendió así:
"Nadie tiene mayor amor que el que da la
vida". Y así lo entendió también el discípulo
amado, cuando dice que "Jesús, habiendo amado a
los suyos, los amó hasta el extremo" de entregar
su cuerpo en comida y en bebida su sangre.
Ahora
sí que podemos entender que Dios es amor. Ahora podemos
estar seguros de una cosa: que Dios es sobre todo
"el que nos ama desmesuradamente". Ahora
podemos vislumbrar también el misterio trinitario de
Dios, que es nuestro Padre, nuestro hermano, nuestro
abogado.
-LA
RELIGIÓN DEL AMOR
Y ahora tenemos que comprender, por fin, que el
cristianismo , que viene de Cristo, en quien hemos visto
el amor de Dios, es la religión del amor, de la
caridad, de la solidaridad. El verdadero culto, que nos
recordaba Pablo, el culto que expresamos
insuperablemente en la eucaristía, es la praxis del
amor cristiano. Recientemente, Juan Pablo II, al
hacernos partícipes de su gran preocupación y
solicitud por los problemas sociales, hacía un
angustioso llamamiento a la solidaridad como alternativa
a un mundo que presume de desarrollo y progreso, cuando
lo que más se desarrolla y progresa es el abismo que
separa al Norte del Sur, a los ricos de los pobres.
-DÍA
DE CARITAS
Hoy, fiesta del cuerpo y de la sangre de Cristo, es el día
de la caridad. Caritas quiere ser el instrumento que
facilite y canalice el amor de todos los cristianos,
para que el amor de los cristianos no se reduzca a
limosnas, sino que sea de verdad amor y sea eficaz.
Porque la exigencia del amor cristiano no es dar de lo
que nos sobre, ni siquiera quitarnos lo que necesitamos.
El amor de Dios nos urge a crear un mundo más humano, más
justo, más solidario, más igual, donde se ponga fin al
estigma de la pobreza, del abandono, del paro, del
hambre y de la desesperación de la mayoría.
EUCARISTÍA