
CONSTITUCIÓN
"SACROSANCTUM
CONCILIUM"
SOBRE LA SAGRADA
LITURGIA
CAPÍTULO II
EL SACROSANTO MISTERIO DE LA
EUCARISTÍA
Misterio pascual
47. Nuestro Salvador, en
la Última Cena, la noche que le traicionaban, instituyó el
Sacrificio Eucarístico de su Cuerpo y Sangre, con lo cual
iba a perpetuar por los siglos, hasta su vuelta, el
Sacrificio de la Cruz y a confiar a su Esposa, la Iglesia,
el Memorial de su Muerte y Resurrección: sacramento de
piedad, signo de unidad, vínculo de caridad, banquete
pascual, en el cual se come a Cristo, el alma se llena de
gracia y se nos da una prenda de la gloria venidera.
Participación activa de los
fieles
48. Por tanto, la
Iglesia, con solícito cuidado, procura que los cristianos no
asistan a este misterio de fe como extraños y mudos
espectadores, sino que comprendiéndolo bien a través de los
ritos y oraciones, participen conscientes, piadosa y
activamente en la acción sagrada, sean instruidos con la
palabra de Dios, se fortalezcan en la mesa del Cuerpo del
Señor, den gracias a Dios, aprendan a ofrecerse a sí mismos
al ofrecer la hostia inmaculada no sólo por manos del
sacerdote, sino juntamente con él, se perfeccionen día a día
por Cristo mediador en la unión con Dios y entre sí, para
que, finalmente, Dios sea todo en todos.
49. Por consiguiente,
para que el sacrificio de la Misa, aun por la forma de los
ritos alcance plena eficacia pastoral, el sacrosanto
Concilio, teniendo en cuanta las Misas que se celebran con
asistencia del pueblo, especialmente los domingos y fiestas
de precepto, decreta lo siguiente:
Revisión del Ordinario de la
Misa
50. Revísese el
ordinario de la misa, de modo que se manifieste con mayor
claridad el sentido propio de cada una de las partes y su
mutua conexión y se haga más fácil la piadosa y activa
participación de los fieles.
En consecuencia, simplifíquense los ritos, conservando con
cuidado la sustancia; suprímanse aquellas cosas menos útiles
que, con el correr del tiempo, se han duplicado o añadido;
restablézcanse, en cambio, de acuerdo con la primitiva norma
de los Santos Padres, algunas cosas que han desaparecido con
el tiempo, según se estime conveniente o necesario.
Mayor riqueza bíblica en el
misal
51. A fin de que la mesa
de la palabra de Dios se prepare con más abundancia para los
fieles ábranse con mayor amplitud los tesoros de la Biblia,
de modo que, en un período determinado de años, se lean al
pueblo las partes más significativas de la Sagrada Escritura