El evangelio de este domingo nos presenta el célebre
relato de las bienaventuranzas, también conocidocomo
sermón de la montaña o sermón del monte. Podemos afirmar
que es la predicación más conocida de Jesús.
El monte o montaña en la narración que hace San Mateo, a
la que hace referencia, se trataría de unaelevación al
norte del mar de Galilea, cerca de Cafarnaúm. Galilea
era considerada tierra de paganos, pero de ella habían
anunciado los profetas como el lugar en el que aparecerá
una gran luz.
Esta predicación de Jesús es posterior a las tentaciones
que enfrentó en el desierto, por lo tanto se tratade sus
primeras actuaciones en su vida pública.
Se dirigió a los discípulos, y comenzó a enseñarles.
Jesús se sienta: un gesto propio de la autoridad del
maestro; pero no como los maestros que se forman para
ellos en las escuelas; se sienta allí como el Moisés más
grande, que extiende la Alianza a todos los pueblos. El
evangelista toma de la tradición oral de los discípulos
de Jesús este famoso discurso que propone a Jesús como
el gran maestro. Recordemos que San
Lucas es griego y los grandes maestros enseñaban en las
grandes explanadas. Ahora es el lugar de oración de
Jesús, donde se encuentra cara a cara con el Padre; por
eso es precisamente el lugar en el que enseña su
doctrina, que procede de su íntima relación con el
Padre.
Aquí Dios habla muy de cerca, como hombre a los hombres.
El sermón de las bienaventuranzas es la nueva Torá o la
nueva Ley que Jesús trae.
Las Bienaventuranzas han sido consideradas con
frecuencia como la antítesis del Decálogo, pero Jesús ha
dado siempre la validez de éste. En el sermón de las
bienaventuranzas se recogen y profundizan los
mandamientos de la segunda tabla de la Ley, pero no son
abolidos. Porque no ha venido Jesús a abolir la Ley o
los profetas, sino a dar plenitud a estos.
Las Bienaventuranzas son palabras de promesa que sirven
al mismo tiempo como palabras orientadoras.
Cada una de las afirmaciones de las Bienaventuranzas
nacen de la mirada dirigida a los discípulos; describen,
por así decirlo, su situación: son pobres, están
hambrientos, lloran, son odiados y perseguidos.
A pesar de la situación concreta de amenaza inminente en
que Jesús ve a los suyos, ésta se convierte en promesa
cuando se la mira con la luz que viene del Padre.
Referidas a la comunidad de los discípulos de Jesús, las
Bienaventuranzas son una paradoja: se invierten los
criterios del mundo apenas se ven las cosas en la
perspectiva correcta, esto es, desde la escala de
valores de Dios, que es distinta de la del mundo.
Precisamente los que según los criterios del mundo son
considerados pobres y perdidos son los realmente
felices, los bendecidos, y pueden alegrarse y
regocijarse, no obstante todos sus sufrimientos. Las
Bienaventuranzas son promesas en las que resplandece la
nueva imagen del mundo y del hombre que Jesús inaugura,
y en las que "se invierten los valores". Con Jesús,
entra alegría en la tribulación, en los momentos
difíciles.
Las Bienaventuranzas expresan lo que significa ser
discípulo, son la transposición de la cruz y la
resurrección a la existencia del discípulo. Al leer las
Bienaventuranzas, leemos una biografía interior de
Jesús, un retrato de su figura. Él es el auténtico
pobre, es el realmente humilde, él es verdaderamente
puro de corazón y por eso contempla a Dios sin cesar. Es
constructor de paz, es aquel que sufre por amor de Dios:
en las Bienaventuranzas se manifiesta el misterio de
Cristo mismo, y nos llaman a entrar encomunión con Él.
El Sermón de la Montaña resume toda la moral cristiana,
entendida no a la manera de un código legal
deprohibiciones y obligaciones, sino como una invitación
a ser "perfectos como es perfecto el Padre que está en
el cielo. Es un nuevo programa, más exigente y gozoso a
la vez, que de ninguna manera inculca la "resignación" a
los oprimidos o la pasividad frente al mal. Tampoco
propone un "tipo" de organización social, pero sienta
las bases y señala las pautas de toda verdadera
fraternidad. Es un nuevo estilo de vida, que se funda en
el amor llevado hasta sus últimas consecuencias y
convierte a los discípulos de Jesús en "sal de la
tierra" y "luz del mundo".
Preguntas para recordar el texto
bíblico:
1. ¿Hacia dónde se dirige Jesús al ver a la multitud?
¿Qué hizo allí?
2. ¿A quiénes les pertenece el Reino de los Cielos?
3. ¿Qué dice Jesús que ocurrirá con los afligidos? ¿Y
con los desposeídos?
4. ¿Qué dice Jesús sobre aquellos que tienen hambre y
sed de justicia?
5. ¿Quiénes serán tratados con misericordia? ¿Y quiénes
verán a Dios?
6. ¿Qué dice Jesús de aquellos que trabajan por la paz?
¿Y de aquellos que practican la justicia?
7. ¿Por qué deben regocijarse aquellos que sean
insultados o perseguidos a causa de Jesús?