INTRODUCCIÓN 
 

 

 

 

 

 

EL BANQUETE DEL SEÑOR
Miguel Payá - Página franciscanos

Capítulo VII
EL DIÁLOGO
Dios nos ha hablado por medio del Hijo

3. LA LITURGIA DE LA PALABRA

c) Homilía

Después de varios siglos en desuso, el Vaticano II ha restaurado uno de los elementos más antiguos de la liturgia de la Palabra: la homilía: «Se recomienda encarecidamente la homilía como parte de la misma liturgia...; más aún, no debe omitirse, a no ser por una causa grave, en las misas que se celebran los domingos y fiestas de precepto con asistencia de pueblo» (Vaticano II, Sacrosanctum Concilium, 52). La homilía («plática familiar», en su sentido etimológico), era un componente de la liturgia sinagogal judía y el mismo Jesús lo utilizó para enseñar (cf. Lc 4,16ss; Mc 1,21). La comunidad cristiana la incorporó también desde el principio. Su función es la de ayudarnos a llevar a las circunstancias concretas de nuestra vida el mensaje de la palabra de Dios y el mismo misterio que celebramos. Por eso ha de adaptarse a las particulares necesidades de los oyentes. Normalmente la hará el propio sacerdote celebrante: es uno de los momentos principales en que el sacerdote actúa como maestro de la comunidad.

La importancia de la homilía, y el deber de cuidarla por parte de los sacerdotes, se basa, además, en que es el cauce de formación que llega a más cristianos, y para muchos casi el único.