
CONSTITUCIÓN
"SACROSANCTUM
CONCILIUM"
SOBRE LA SAGRADA
LITURGIA
CAPÍTULO I
PRINCIPIOS GENERALES PARA LA REFORMA Y FOMENTO DE LA SAGRADA
LITURGIA
II. NECESIDAD DE PROMOVER LA
EDUCACIÓN LITÚRGICA Y LA PARTICIPACIÓN ACTIVA.
Preparados espiritualmente y constituidos en
comunidad por los ritos iniciales, comenzamos ahora la
primera gran parte de la Eucaristía, la primera mesa: la Liturgia
de la Palabra. Lo primero que hemos de recordar es que
esta parte está íntimamente relacionada con la que vendrá
después. Como dice el Vaticano II, «las dos partes de que
consta la misa, la liturgia de la palabra y la liturgia
eucarística, están tan estrechamente unidas entre sí, que
constituyen un único acto de culto» (Vaticano II, Sacrosanctum
Concilium, 56). Y es que, en realidad, nos hallamos
ante un encuentro único y progresivo con Cristo resucitado,
que se da primero a los suyos como Palabra viva de Dios,
para, después, hacerles partícipes de su entrega sacrificial
en forma de alimento eucarístico.
Ciertamente lo más importante de esta parte
es lo que Dios nos dice. Pero cuando Él habla, siempre
espera nuestra respuesta. Por eso la Liturgia de la Palabra
es un diálogo en el que los dos hablamos. En un primer
momento, la palabra de Dios tendrá todo su protagonismo.
Pero, después, pasará a primer plano nuestra respuesta
creyente. Así se manifiesta la profunda visión de fe que es
la esencia del cristianismo: sólo Dios puede dar inicio a la
salvación del hombre. La fe proviene de la escucha, y por
eso lo primero es el anuncio de la palabra de Dios. Pero,
para que se realice la salvación, hace falta aceptar con fe
esa palabra y adherirse a ella.
Es importante, además, descubrir que, en esta
primera parte, Dios no se limita a hablar, para después
actuar en la segunda parte. En la Liturgia de la Palabra
sucede ya un acontecimiento de salvación, pues Cristo ya
está presente y se está dando como alimento salvador, aunque
este encuentro llegará a plenitud en la Liturgia
Eucarística. Y es que la palabra de Dios siempre es eficaz,
Dios siempre hace lo que dice.