PALABRA DE DIOS 

 

 

PRIMERA LECTURA
Éxodo 20, 1-17

Dios hace un pacto con los israelitas, a los que ha sacado de Egipto y ha puesto en el camino de la libertad.
     Si quieren seguir siendo el pueblo de Dios y un pueblo libre, deberán cumplir las cláusulas del pacto: el Decálogo, los Diez Mandamientos.

 

PRESENTACIÓN

Los judíos han llamado a este texto "Las Diez Palabras", el "Decálogo"

Comienza con un preámbulo en el que se recuerda el fundamento de lo que vendrá a continuación: "Yo soy el Señor tu Dios, que te saqué de la casa de la esclavitud".

Y si Dios es el Dios que da la libertad, sus mandatos buscan que nos mantengamos en esa libertad, que no volvamos a ser esclavos: ni de otros dioses, los ídolos, de ayer y de hoy, ni de las personas.

Él no busca nuestro mal, nos ama demasiado para que se alegre de nuestras caídas. Él ha tomado la decisión de hacernos libres y es celoso de que nos mantengamos así.

Dentro de la mentalidad de la época no se podía concebir que Dios no castigara, pero si castiga "en hijos, nietos y biznietos", también afirma el texto que "actúa con piedad por mil generaciones".

Dios ha revelado su nombre y quien lo profana, quien lo utiliza para el mal, rompe con Dios y se autocondena.

Los tres primeros mandamientos orientan la relación del hombre con Dios, el resto, las relaciones de los hombres entre sí.

Quienes viven según las "Diez Palabras" experimentan en su vida la verdadera libertad: la libertad de los hijos de Dios.

*

LECTURA DEL LIBRO DEL ÉXODO 20, 1...17

El Señor pronunció las siguientes palabras:
Yo soy el Señor, tu Dios,
que te saqué de Egipto, de la esclavitud.

No tendrás otros dioses frente a mí.

[No te harás ídolos
-figura alguna de lo que hay arriba en el cielo,
abajo en la tierra,
o en el agua debajo de la tierra-.

No te postrarás ante ellos, ni les darás culto;
porque yo, el Señor, tu Dios, soy un dios celoso:
castigo el pecado de los padres
en los hijos, nietos y biznietos,
cuando me aborrecen.

Pero actúo con piedad por mil generaciones
cuando se aman y guardan mis preceptos.]

No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso.
Porque no dejará el Señor impune
a quien pronuncie su nombre en falso.

Fíjate en el sábado para santificarlo.

[Durante seis días trabaja y haz tus tareas,
pero el día séptimo es un día de descanso,
dedicado al Señor, tu Dios:
no harás trabajo alguno,
ni tú, ni tu hijo, ni tu hija,
ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu ganado,
ni el forastero que vive en tus ciudades.

Porque en seis días hizo el Señor
el cielo, la tierra, el mar
y lo que hay en ellos.

Y el séptimo día descansó;
por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó.]

Honra a tu padre y a tu madre:
así se prolongarán tus días en la tierra,
que el Señor, tu Dios, te va a dar.

No matarás.

No cometerás adulterio.

No robarás.

No darás testimonio falso contra tu prójimo.

No codiciarás los bienes de tu prójimo:
no codiciarás la mujer de tu prójimo,
ni su esclavo, ni su esclava, ni un buey, ni un asno,
ni nada que sea de él.

Palabra de Dios

 

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 18

PRESENTACIÓN

La naturaleza, con su orden perfecto, habla de Dios. Ella tiene sus leyes, dadas por el Creador, y que no traspasará. Toda la creación proclama la gloria del Señor.

"Los cielos cuentan la gloria de Dios,
        la obra de sus manos anuncia el firmamento"

Y si la naturaleza se mueve por leyes perfectas, también Dios ha dado a su pueblo una Ley perfecta.

"La Ley del Señor es perfecta
           y es descanso del alma"

El pueblo de Israel ha experimentado que Dios le ha sacado de la esclavitud y lo ha llevado hacia la libertad, hacia la tierra prometida. La obediencia a la Ley les llevará a la verdadera libertad y a la definitiva Tierra Prometida.

La Ley nos enseña el camino, son los indicadores para no desviarse.

El precepto del Señor es fiel
       y enseña al ignorante.

Quien sigue la Ley es verdaderamente sabio, pues la sabiduría es conocer al Señor y seguirle; esto produce una gran alegría.

"Los mandatos del Señor son rectos
        alegran el corazón
        ... y da luz a los ojos"

La Ley es el gran regalo de Dios: bello como el oro, dulce como la miel.

"Más preciosos que el oro,
        más dulces que la miel"


*

 SALMO 18

R/. SEÑOR, TÚ TIENES PALABRAS DE VIDA ETERNA

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante.
R/. SEÑOR, TÚ TIENES PALABRAS DE VIDA ETERNA

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos.
R/. SEÑOR, TÚ TIENES PALABRAS DE VIDA ETERNA

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos.
R/. SEÑOR, TÚ TIENES PALABRAS DE VIDA ETERNA

Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila.
R/. SEÑOR, TÚ TIENES PALABRAS DE VIDA ETERNA

 

SEGUNDA LECTURA
1ª Corintios 1, 22-25

No era fácil para los judíos, que esperaban un Mesías rey que restaurara la dinastía de David, el creer que Jesús era ese Mesías.
     Tampoco los griegos entendían el mensaje de los apóstoles.
     Y, así, hablar de Jesucristo, Hijo de Dios, Mesías, muerto en la cruz, se convierte en un escándalo para los judíos y una tontería para los griegos.

 

PRESENTACIÓN

A veces sucede que nuestras palabras y nuestros razonamientos a cerca de cuestiones propias de nuestra fe, no son ni comprendidas ni aceptadas por quienes  no son creyentes.

Ha pasado en todas las épocas.

También a San Pablo le pasaba, tanto por parte de los judíos como de los paganos griegos.

Los judíos esperan al Mesías y buscan signos de su presencia. Jesús no entra en sus esquemas. ¿Un crucificado puede ser el Mesías? Imposible. Tampoco el mundo griego acoge la palabra y la vida de Jesús: no entran en sus planteamientos filosóficos. No vale la pena discutir a cerca de Cristo

Y es que predicamos a un Mesías crucificado. Contamos que es escandaloso para los judíos y necedad para los griegos.

Pero sabemos que la muerte de Cristo no es el pago de sus pecados, sino de los nuestros. Él no es uno más de los malhechores crucificados aquel día.

Por lo tanto, en la muerte de Cristo descubrimos el insondable amor de Dios, tan grande, que no se entiende.

Ciertamente este misterio de amor escapa a la razón, a la sabiduría humana; y es difícil ver al Mesías en el Siervo de Yhavhé del que nos habla el libro de Isaías.

Pero quien lo acoge desde la fe, acoge la fuerza y la sabiduría de Dios, que no puede compararse a la de los hombres.

*

DE LA PRIMERA CARTA DE SAN PABLO A LOS CORINTIOS 1, 22-25

Hermanos:

Los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría. Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los griegos; pero para los llamados a Cristo -judíos o griegos-: fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio  de  Dios  es  más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.

Palabra de Dios

 

ACLAMACIÓN
Juan 3, 16

Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único.
Todo el que cree en él tiene vida eterna.

 

EVANGELIO
Juan 2, 13-25

El gesto profético de hacer el látigo y expulsar del templo de Jerusalén a mercaderes y cambistas era muy simbólico y arriesgado.
     Anuncia que él, resucitado, es el nuevo Templo; pero, a su vez, aumenta el deseo de las autoridades judías de acabar con él.

 

PRESENTACIÓN

Hacía siglos que los vendedores de animales y los cambistas estaban en el Templo.

Los peregrinos, sobretodo los que venían de lejos, tenían necesidad de comprar animales para sus sacrificios y de cambiar la moneda extranjera por la del templo, para hacer sus limosnas y pagar los diezmos.

Por eso, a primera vista, parece extraño ese gesto profético de Jesús de hacer un "azote de cordeles" y echarlos de allí.

Este gesto es anuncio mesiánico: han llegado los tiempos que fueron anunciados; la misión del Templo de Jerusalén llega a su fin y hay un nuevo Templo, el "edificado en tres días": el Cristo resucitado.

Ante este hecho, dos posiciones: la de los discípulos y la del resto de los judíos, que ni entienden ni aceptan el gesto de Jesús. Y es que llamar al Templo "la casa de ¨mi ¨ Padre" y hablar de un nuevo templo, construido tras la demolición del actual, era muy arriesgado.

El celo por la casa del Padre le va a devorar, le va a mandar a la muerte. Pero de esa muerte surge el Templo definitivo: el Resucitado.

Para los judíos sigue siendo un escándalo; los no judíos, pasan, no entienden; para los discípulos, han llegado los tiempos nuevos.

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  EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN  2, 13-25

En aquel tiempo se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:

-Quitad esto de aquí: no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.

Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora.»

Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:

-¿Qué signos nos muestras para obrar así?

Jesús contestó:

-Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.

Los judíos replicaron:

-Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?

Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la Palabra que había dicho Jesús.

Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre.

Palabra del Señor