LOS
TRES PILARES
Los
tres pilares de toda vida religiosa: el compartir, la
oración y la renuncia... en la alegría y sólo por
Dios.
Cuando
dais limosna..
Cuando oráis...
Cuando ayunáis...
Son
las tres formas tradicionales de la penitencia, en todas
las religiones. Su orden no depende precisamente del
azar:
-primero
"compartir", dar, pensar en los demás...
-después "orar" pasar un poco más de tiempo
con Dios...
-en fin, por último, "sacrificarse" imponerse
alguna privación...
Sobre
estos tres puntos, ¿qué he previsto para los 40 días
de la Cuaresma? Tomo mi tiempo en prever... en precisar
lo que estoy dispuesto y decidido a hacer.
-Guardaos
bien de hacer vuestras obras buenas en presencia de los
hombres, con el fin de que os vean. De otra manera no
recibiréis su galardón de vuestro Padre.
...
No vayas tocando la trompeta delante de ti para ser
alabado por los hombres. Tanto en lo que se refiere a la
limosna, a la oración o al ayuno, Jesús insiste ante
todo en tener discreción.
Jesús
nos denuncia la muy frecuente hipocresía de los que actúan
para "llamar la atención" de los demás. La búsqueda
de sí mismo, el egoísmo, el amor propio pueden
infiltrarse en los mejores gestos religiosos.
-Que
tu izquierda no sepa lo que hace la derecha, para que tu
limosna sea oculta y el Padre que ve lo oculto te
premiará. Obrar, actuar, sólo por Dios.
¡Lo
oculto, lo invisible! ¡es ahí donde está Dios,
nuestro Padre! Es a este nivel, a esta profundidad de
intimidad que Jesús nos invita a vivir, en todo tiempo,
pero especialmente durante la Cuaresma.
Habitualmente
y demasiado a menudo vivimos en lo superficial, lo
aparente, lo exterior. Buscar la profundidad. Buscar la
mirada de Dios. ¡Padre! Estás aquí en este momento y
me estás viendo! Y esto es lo que cuenta. Y Tú esperas
que yo "dé", que yo "ore", que yo
"renuncie a".
-Tú,
cuando ores, entra en tu cuarto y, cerrada la puerta,
ora a tu Padre que está ahí, invisible...
"Tu
Padre está allí, invisible". Estas palabras me
revelan el alma profunda de Jesús, y su hábito
constante de comunicarse con lo invisible.
-Tú,
cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lava tu cara..
Uno
no esperaba este consejo: "¡perfumaros!" Según
Tú, Señor, la Cuaresma no tiene nada que ver con la
tristeza. Evidentemente esta fórmula quiere decirnos
que hay que mostrar a los demás una cara agradable y
alegre.
(NOEL
QUESSON)