El Beato Marino Blanes Giner nació el 17 septiembre de 1888 en la ciudad de Alcoy, provincia de Alicante, diócesis de Valencia. Fue bautizado en la Iglesia parroquial de Santa María de la ciudad de Alcoy,

A la edad de veinticinco años, contrajo matrimonio canónico con Julia Jordá Lloret, que tenía veintidós años. Formaron un hogar cristiano bendecido por Dios con 9 retoños, 4 de los cuales, cuando se instruyó el proceso de beatificación de Marino Blanes Giner, sobrevivían Julia Isabel, María de los Desamparados, María del Milagro y Marino Francisco.

Vivió auténticamente su vocación laical, tratando de impregnar de espíritu evangélico la realidad temporal en la cual la Providencia divina lo llevó a ejercer su trabajo cotidiano al servicio y en la construcción de la sociedad civil valenciana como empleado del Banco Español de Crédito y como concejal del Ayuntamiento de Alcoy.

Colaboró en estrecha relación con el párroco en la catequesis; solía ir los domingos a las masías ya que pertenecía a la "Asociación San Ignacio" que tenía como misión enseñar el catecismo en las aldeas circundantes a Alcoy, como son Paly, Mariola, Barchell, Batoy y Carabenchell.

La persecución religiosa en Alcoy se agudizó el 18 de julio de 1936 con el incendio de las iglesias, la quema de imágenes y objetos religiosos y el encarcelamiento de muchos católicos. Al precipitarse la revolución Marino Blanes reaccionó como un hombre de fe profunda, poniendo toda su confianza en la Providencia divina. Así lo refiere su esposa, testigo calificada por su cercanía con el Beato: "Al estallar la revolución de 1936 insistían en que se escondiese, pero él repetía: nunca hice mal, sino bien, luego no tengo motivos para esconderme".

La noche del 7 al 8 de septiembre de 1936 lo sacaron de su prisión, y lo asesinaron

La esposa del Beato Marino Blanes Giner, declara: "Mi hijo fue un día a llevarle la comida y le dijeron que lo habían llevado a Alicante y ya no supimos nada más de él". Su cuerpo nunca fue encontrado.