"A DIOS NADIE LO HA VISTO JAMÁS"
Hermanos: acabamos de
escuchar en el evangelio: "A Dios nadie lo ha visto jamás:
el Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha
dado a conocer". Palabras que resumen lo que significa
aquello que denominamos la Encarnación de Dios, la
Revelación-Manifestación de Dios. Palabras que podrían basar
el comentario de este domingo. Permitid que lo haga
brevemente.
-"A Dios nadie lo ha visto
jamás"
Primera afirmación, que
quizá pueda parecernos sorprendente por lo que tienen de
negación de un Dios conocido, hecho a nuestra medida. Casi
podríamos decir que hay en este texto, el evangelio de Juan,
del prólogo de su evangelio, algo de "ateísmo" en el sentido
de negar -de poner en crisis, en duda- nuestro conocimiento
de Dios. Dice el evangelio de Juan: "A Dios nadie lo ha
visto jamás".
Es decir. NO PODEMOS
SENTIRNOS SEGUROS DE CONOCER A DIOS. ¿Qué Dios conocemos?
¿No nos enseña la historia -y la realidad cotidiana- que
muchos se han hecho una imagen o una concepción de Dios muy
a la medida de las propias convicciones? ¿Qué pruebas
tenemos de que el Dios que afirmamos conocer sea el Dios
real? Decía uno de los mayores teólogos de la historia de la
iglesia, santo Tomás de Aquino, que de Dios sabemos más lo
que no es que no lo que es. Porque Dios es siempre más de lo
que imaginamos, distinto de lo que suponemos, trascendente,
más allá de nuestros esquemas y suposiciones.
De ahí que, el cristiano,
en primer lugar, deba reconocer que partimos de un
desconocimiento de Dios. Dicho de otro modo: que no podemos
estar seguros de que Dios sea como lo imaginamos.
¿Por qué? Porque, como dice
el evangelio que hoy hemos leído, "a Dios nadie lo ha visto
jamás".
-"El Hijo es quien lo ha
dado a conocer"
Pero inmediatamente el
evangelio añade: "el Hijo único, que está en el seno del
Padre, es quien lo ha dado a conocer". Esta es la gran
afirmación propia de este tiempo de Navidad y Epifanía que
estamos celebrando. "La Palabra -el Hijo de Dios- se hizo
hombre y acampó entre nosotros". Este es para nosotros el
camino, éste es para nosotros la luz, éste es para nosotros
la Palabra.
CONOCEMOS QUIEN ES DIOS,
COMO ES DIOS PORQUE CONOCEMOS A JESÚS de Nazaret, al Jesús
del que nos hablan los evangelios, al Hijo de Dios que el
Espíritu de Dios hace presente en nuestra vida.
No hay otro camino. Nuestro
modo de entender, de imaginar a Dios, debe pasar -debe
alimentarse y criticarse- según el ejemplo, la vida, la
palabra de Jesús. Porque -esta es nuestra fe- es El, Jesús,
el Hijo de Dios, quien nos lo ha dado a conocer. Nuestro
Dios es el Dios y Padre de Jesucristo. Ningún otro. Ser
cristiano es adherirse a este anuncio del Padre que hace
Jesús, en su vida y con su palabra. Sólo esta Luz puede
llevarnos a Dios; no nuestras imaginaciones, nuestras
suposiciones.
-Cada domingo
Hoy celebramos el primer
domingo de este año 2010. Cada domingo, durante este año,
nos reuniremos para escuchar la Palabra que es Jesucristo,
para abrirnos a su Luz, para participar y comulgar con su
Vida. Vida que es de Dios para nosotros.
Me atrevería a proponer,
como UN PROPÓSITO DE AÑO NUEVO, que cada uno de nosotros,
cada domingo, sepa escuchar y recibir esta palabra de Dios
como una palabra que critica todo lo que hay de defectuoso
en nosotros y nos ayude a abrirnos a la Vida que es de Dios.
Para avanzar, cada semana, con esfuerzo y esperanza, por el
camino que Jesús nos dejó. Un camino que no necesariamente
coincide con lo que nosotros pensamos. Recordemos lo que
hemos leído -como severa amonestación- en el evangelio: "los
suyos no la recibieron". No suceda que también nosotros nos
creamos "suyos" -los fieles seguros de sus concepciones y
costumbres- y no sepamos recibir y acoger, como Palabra
nueva y renovadora, la palabra evangélica de Jesús.
JOAQUIM GOMIS
(MERCABA) |