LA ILUSIÓN DE SEGUIR UNA
ESTRELLA
Hoy es el día de la ilusión para los
niños y también para los mayores. Todos tenemos necesidad de
soñar , de esperar y de pedir tiempos mejores. Es el día de
los Reyes magos.
Solo S. Mateo relata el episodio de los
Magos de Oriente. Y se limita a decir que “Jesús nació en
Belén de Judá en tiempos del rey Herodes”, y añade que
“entonces unos magos de Oriente se presentaron en
Jerusalén”.
¿Quiénes son esos magos que aparecen en
el Evangelio? En ninguna parte de Evangelio se dice que
fueran reyes, ni su número, ni siquiera sus nombres, ni el
color de la piel. El título de reyes, pueda que proceda del
salmo 72, que parece referirse al pasaje de hoy. El nombre
de magos quizás se refiera a que eran hombres sabios, de
casta sacerdotal, conocedores de las ciencias naturales, la
medicina, la astrología… Se dice que vienen de oriente y que
los dones que ofrecen, el oro, el incienso y la mirra, ha
llevado a considerar que procedían de Arabia, pero tampoco
este dato es decisivo…
Desde los primeros años del cristianismo
estos personajes tuvieron una enorme raigambre. Los magos ya
aparecen en las catacumbas, en un bello mosaico de San
Vital de Ravena… En la basílica de Belén se les pinta
vestidos con ropajes persas y precisamente este hecho salvó
el templo de su destrucción cuando el rey persa Cosroes
derribó las basílicas cristianas en el año 614.
Después de esta breve ambientación hay
que decir que el
nombre litúrgico de la fiesta de hoy es la Epifanía, que
en griego significa manifestación. San Mateo al hablar de
los magos nos está indicando que ese Niño no es patrimonio
de un solo pueblo. Jesús ha nacido no para unos pocos, sino
para ser Salvador de toda la humanidad. San Pablo en la
segunda lectura nos dice que también los gentiles son
coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la
promesa. Y añade San Pablo que este es el misterio que no
había sido manifestado a los hombres en otros tiempos. Por
otro lado, esta fiesta de los Reyes Magos se consideró el
cumplimiento de la profecía de Isaías de la primera lectura,
del que surgen los camellos y dromedarios asociados a su
caravana.
A nivel pastoral me gustaría resaltar,
dentro de la riqueza de la fiesta, tres ideas que nos pueden
ayudar ayudan a comprender el simbolismo religiosos de los
Magos y de esta fiesta: Ponerse en camino, ser constantes en
el seguimiento de la “estrella” y vivir la vida como una
adoración.
Somos eternos caminantes
Dice San Agustín que ”busquemos para
encontrar, y encontremos para seguir buscando. Pues el
hombre cuando cree terminar, entonces comienza”.- De Trinit
IX,1,1. Y en otro lugar añade que buscar es preguntar. Pues
así es nuestra vida, nada más que una eterna búsqueda. Y
¿qué buscamos ?, pues un objetivo, una meta, una ilusión,
buscamos la Felicidad.
Los Magos abandonaron su seguridad y
siguieron a una estrella, se pusieron en camino para buscar
a Alguien cuya estrella habían visto salir. Y cuando
encontraron a Jesús se llenaron de alegría y nos dice el
Evangelio que volvieron a su tierra por otro
camino.Siguieron caminando, quizás ya sin estrella, porque
la estrella la llevaban dentro y el camino les parecía más
lleno de sentido.
Vivir la vida como una constante adoración
Dice el evangelista que cuando llegaron
al portal, cayendo de rodillas lo adoraron. En la vida es
importante ver, y ofrecer dones, aunque el don más preciado
es el corazón que solo desde la adoración se puede entregar.
Los Reyes creyeron y adoraron, y ofrecieron su corazón. Y es
que la fe se tiene que traducir en amor porque si no se
esteriliza.
Es importante que este día de la
manifestación de Dios se nos hable de adoración porque la
vida es una adoración continua que tiene que manifestarse
en los que más nos necesitan.
Leía el otro día, hablando de la
dedicación, de la “adoración” de las madres por sus hijos
el testimonio del Dr. Villacián, ex-director del
psiquiátrico de Valladolid.
Cuando los pacientes pasaban muchos años
internados y la enfermedad se hacía incurable, el marido,
los hijos, los hermanos, el padre, terminaban olvidándolos;
al final no recibían ni visitas ni cartas. En cambio, las
madres nunca les fallaban, por muchos años que pasaran. En
cierta ocasión ingresó un joven que, debido a su enajenación
mental, había cometido un homicidio. A los cuatro años murió
el padre y poco después el único hermano que tenía. Quedó en
el pueblo la madre, sola y sin dinero. Ir a verle hasta
Valladolid, antes de 1936, costaba ocho pesetas y solo podía
pagarlas cada seis meses. Aquella mujer, que no sabía leer
ni escribir, aprendió a hacerlo a sus sesenta años para
poder comunicarse más a menudo con su hijo. Su primera carta
comenzaba así: «Querido hijo: No te me separas del
pensamiento…
Dios y la Madre siempre siguen
“adorándonos”, porque la vida es eso. Es una continua
adoración, ojalá que nosotros de vez en cuando nos postremos
de rodillas para hablar con Dios.
Ser constantes en el seguimiento de la “estrella”
La vida del que camina está llena de
pruebas, de dudas y de cansancios. Y el caminar de los Magos
estaría lleno de dificultades, pero fueron constantes en el
seguimiento de la estrella. Me figuro que la estrella a
veces jugaba con ellos y se sentirían ridículos, y sentirían
la tentación de volver a lo conocido, como los hebreos en el
desierto. Me figuro que también ellos, como nosotros pasaron
por noches oscuras donde no se ve, ni se entiende nada.
Noches donde Dios es silencio y los más cercanos no
comprenden nuestro caminar.
Pero comprendieron que la constancia
forma parte de la fe y que hay que seguir y que hay que
estar abiertos para ver dónde nos guía la estrella. En el
Evangelio se habla de que los Magos volvieron a su tierra
por otro camino. En el camino de la fe hay que estar
abiertos siempre a lo que Dios nos pueda pedir, porque es
seguro que Dios nos desestabiliza siempre.
Pidamos a la Sagrada familia de Nazaret
que guíe siempre nuestros pasos por el camino de bien. Y que
mantenga viva nuestra ilusión, sobre todo en los niños.
Comunidad agustiniana (El Escorial)
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