PRESENTACIÓN
La
tesis principal de la carta a los Colosenses es la
primacía de Cristo frente a los falsos ídolos. Esta
primacía le viene por su resurrección de entre los
muertos; Él es el único Señor.
La
consecuencia para los cristianos es que deben vivir con
una moral, tener unos comportamientos, dignos de esta
soberanía de Cristo.
Pablo
expresa este compromiso de los discípulos de Cristo
diciendo que deben ser "santos", palabra que
antes se empleaba únicamente para Dios; santidad que es
imitación de Jesucristo, en el que se ha revelado la
santidad de Dios, mediante la bondad, la dulzura, el
perdón, la caridad y la compasión.; así, pues, la
soberanía de Cristo se ha manifestado, no como
superioridad, sino como entrega total. Como Dios se ha
comportado con nosotros, así debemos comportarnos con
los demás.
En
los versículos 16-17, San Pablo nos descubre el esquema
esencial de las celebraciones litúrgicas, a través de
las cuales se manifiesta la soberanía de Cristo: la
proclamación y el comentario de la Palabra de Dios, el
canto de los salmos y de los himnos y la acción de
gracias, la plegaria eucarística. La liturgia que se
celebra, debe iluminar y animar los comportamientos de
la vida diaria.
Pablo
pasa en un tercer momento a presentar cómo debe ser el
comportamiento cristiano en las diversas situaciones
humanas: relaciones conyugales y familiares, relaciones
entre esclavos y amos; reproduce las exigencias básicas
de la moral de su tiempo y de su nación: sumisión de
las esposas, autoridad amorosa de los maridos,
obediencia de los hijos, serenidad de los padres.
¿Dónde
estaría la novedad cristiana? En que todos esos
comportamientos se hacen "en el Señor". La
vida del cristiano, personal, familiar, comunitaria, es
en nombre de Jesús.
COLOSENSES
3,
12-21
La
vida de familia vivida en el Señor
Hermanos:
Como elegidos de Dios, santos y amados,
vestíos de la misericordia entrañable,
bondad, humildad, dulzura, comprensión.
Sobrellevaos mutuamente y perdonaos
cuando alguno tenga quejas contra otro.
El Señor os ha perdonado: haced
vosotros lo mismo. Y por encima de todo
esto, el amor, que es el ceñidor de la
unidad consumada. Que la paz de Cristo
actúe de árbitro en vuestro corazón;
a ella habéis sido convocados, en un
solo cuerpo. Y sed agradecidos. La
palabra de Cristo habite entre vosotros
en toda su riqueza; enseñaos unos a
otros con toda sabiduría; corregíos
mutuamente.
Cantad a
Dios, dadle gracias de corazón, con
salmos, himnos y cánticos inspirados.
Y, todo lo que de palabra o de obra
realicéis, sea todo en nombre del Señor
Jesús, dando gracias a Dios Padre por
medio de él.
Mujeres,
vivid bajo la autoridad de vuestros
maridos, como conviene en el Señor.
Maridos, amad a vuestras mujeres, y no
seáis ásperos con ellas. Hijos,
obedeced a vuestros padres en todo, que
eso le gusta al Señor. Padres, no
exasperéis a vuestros hijos, no sea que
pierdan los ánimos.
Palabra de Dios
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