PALABRA DE DIOS 

 


 

PRIMERA LECTURA
NÚMEROS  6, 22-27
 


PRESENTACIÓN

El libro de los Números nos presenta la fórmula con la que los sacerdotes bendecían al pueblo en las celebraciones litúrgicas del Templo de Jerusalén.

Pronunciar el nombre de una persona sobre otra es una forma de expresar posesión y promesa de protección.

Cuando Dios revela su nombre, se hace cercano y accesible; invocar el nombre de Dios es garantía de bendición.

Si Dios pone su nombre sobre las personas, lo que se le hace a ellas, se le hace a Él mismo.

"Que el Señor te bendiga, Israel", pues la bendición se pronuncia sobre el pueblo de Dios, simbolizando en él a la humanidad entera.

El Señor nos bendice constantemente y está a nuestro lado en todo momento y circunstancia. Pero somos libres de acoger o no esta bendición, es decir, se ofrece pero no se impone.

"Que el Señor nos bendiga", es decir, que hable bien de nosotros; Dios piensa bien de nosotros y quiere siempre en nosotros lo que está bien, por eso su bendición nos ayuda a ser cada vez mejores.

La bendición no es una varita mágica. estar bendecidos es vivir en armonía con Dios, aun en los momentos difíciles; saber que en cualquier travesía de desierto, Él nos acompaña y protege; pasamos por las pruebas de su mano.

 

NÚMEROS  6, 22-27

El Señor habló a Moisés:

Di a Aarón y a sus hijos:

Esta es la fórmula con que bendeciréis a los israelitas:

El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti
y te conceda su favor;
el Señor se fije en ti
y te conceda la paz.

Así invocarán mi nombre sobre los israelitas
y yo los bendeciré.

Palabra de Dios

 

 

 

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 66

PRESENTACIÓN

La selección de los versículos del salmo 66 son una buena respuesta a la primera lectura.

Si en la primera lectura se expresaba el deseo de Dios de bendecir a su pueblo, a la humanidad, aquí es el pueblo el que pide la bendición de Dios.

"El Señor tenga piedad y nos bendiga
ilumine su rostro sobre nosotros"

Pidiendo la bendición que se nos ofrece, expresamos el deseo de recibirla.

El pueblo de Israel no pide la bendición únicamente para él, sino para todos los pueblos. Como dijo Dios a Abraham:"En ti se bendecirán todas las naciones de la tierra" Gn 12, 3

"Conozca la tierra tus caminos
todos los pueblos tu salvación"

La bendición divina se ha manifestado en la fertilidad de los campos y cosechas, pues el salmo surge como acción de gracias por los frutos de la tierra.

"La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios"

Israel pide a Dios que todos los pueblos se unan a su alabanza.

"Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben"

El salmo expresa el reconocimiento a Dios porque ha bendecido a la tierra e invita a todos los pueblos a la acción de gracias. Que todos los hombres puedan sentarse a la misma mesa para alabar a Dios por sus muchos favores.

 
SALMO 66

R/. EL SEÑOR TENGA PIEDAD Y NOS BENDIGA

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros:
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
R/. EL SEÑOR TENGA PIEDAD Y NOS BENDIGA

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud,
y gobiernas las naciones de la tierra.
R/. EL SEÑOR TENGA PIEDAD Y NOS BENDIGA

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que lo teman
hasta los confines del orbe.

R/. EL SEÑOR TENGA PIEDAD Y NOS BENDIGA

 

SEGUNDA LECTURA
GÁLATAS  4, 4-7

PRESENTACIÓN

"Cuando se cumplió el tiempo, Dios envió a su Hijo".

Y es que la historia no es un eterno retorno, sino una marcha progresiva en la realización del proyecto de Dios. Esta idea es central en la teología del Antiguo y Nuevo Testamento.

Dios envía a su Hijo "nacido de mujer y nacido bajo la ley".

En estas breves palabras, San Pablo nos presenta el misterio de la persona de Jesús: Hijo de Dios, hombre como todos los hombres y judío como todo judío.

En cuanto nacido de mujer, es uno de tantos; en cuanto sujeto a la ley de Moisés, ha aceptado la condición de los hombres de su pueblo.

Todo ello con una misión: "rescatar" a los que estaban bajo la ley. Rescatarnos del dominio de la ley para hacernos, de esclavos, libres e hijos; para que pasemos de la dominación de la ley a la obediencia de la fe, por amor.

Un amor filial que nos lleva a llamar a Dios, "Abba", padre, pues así nos lo inspira el mismo Espíritu de Dios, que está en nosotros.

Y si somos hijos, también somos herederos, y la herencia es la misma del Hijo. Sólo hace falta creer: creer que el Espíritu de Dios y su fuerza está en nosotros.

¿Somos presuntuosos cuando afirmamos esto? No, porque todo ello es posible por la gracia de Dios, gratuitamente.

En realidad, "todo es gracia".

CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS GÁLATAS  4, 4-7

Hermanos

Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción.

Como sois hijos Dios envió a vuestros corazones al Espíritu de su Hijo, que clama: ¡Abbá! (Padre). Así que ya no eres esclavo, sino hijo, y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

Palabra de Dios

 

 

ACLAMACIÓN
Hb 1, 1-2

En distintas ocasiones habló Dios antiguamente a nuestros padres por los Profetas: ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo

 

EVANGELIO
SAN LUCAS 2, 16-21

PRESENTACIÓN

Unos textos que podrían parecer anecdóticos, tienen, sin embargo, una profundidad teológica.

La escena de los pastores. Unos pastores, gente de no muy buena reputación, pues no les era fácil guardar el sábado e ir a la sinagoga, son los primeros en recibir la gran noticia que cambiará la historia de la humanidad ("El Espíritu del Señor está sobre mí y me ha enviado a anunciar la Buena Noticia a los pobres").

Además, éstos, los pastores, "los pobres", se convierten en los primeros apóstoles, al ir comunicando la Buena Noticia que han recibido.

Y si los pastores "contaban lo que les habían dicho del Niño", María, su madre, lo guardaba en su corazón, calibrando la grandeza del destino de ese recién nacido, que ha colocado en el pesebre.

Al cabo de ocho días lo llevan al Templo para la circuncisión. Sólo Lucas habla de este acontecimiento; tal vez quiera remarcar la solidaridad de Jesús con su pueblo; también este hecho nos habla de una joven pareja, José y María, que conforman su vida con la ley de Moisés, signo, para ellos, de la voluntad de Dios.

Y le pondrán por nombre: Jesús, "Dios salva". Y es que así se lo había indicado el ángel a María y, según el evangelio de San Mateo, a José y también a los pastores: "Os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor".

¿Y María? Acepta ser la madre del Hijo de Dios, permanece en silencio, se pone al servicio del plan de Dios, consciente de que no es ella, sino su Hijo, el centro del proyecto divino. 

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 2, 16-21

En aquel tiempo los pastores fueron corriendo y encontraron a María y a José y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, les contaron lo que les habían dicho de aquel niño.

Todos los que lo oían se admiraban de lo que decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.

Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho.

Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

Palabra del Señor.