Escrito por Ecclesia
Digital
domingo, 27 de
diciembre de 2009
Saludo
cordialmente a
los pastores
y fieles
congregados en
Madrid para
celebrar con
gozo la Sagrada
Familia de
Nazaret. ¿Cómo
no recordar el
verdadero
significado de
esta fiesta?
Dios, habiendo
venido al mundo
en el seno de
una familia,
manifiesta que
esta institución
es camino seguro
para encontrarlo
y conocerlo, así
como un
llamamiento
permanente a
trabajar por la
unidad de todos
en torno al
amor.
De ahí que uno de los mayores servicios que los cristianos podemos prestar a nuestros semejantes es ofrecerles nuestro testimonio sereno y firme de la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, salvaguardándola y promoviéndola, pues ella es de suma importancia para el presente y el futuro de la humanidad. En efecto, la familia es la mejor escuela donde se aprende a vivir aquellos valores que dignifican a la persona y hacen grandes a los pueblos. También en ella se comparten las penas y las alegrías, sintiéndose todos arropados por el cariño que reina en casa por el mero hecho de ser miembros de la misma familia. Pido a Dios que en vuestros hogares se respire siempre ese amor de total entrega y fidelidad que Jesús trajo al mundo con su nacimiento, alimentándolo y fortaleciéndolo con la oración cotidiana, la práctica constante de las virtudes, la recíproca comprensión y el respeto mutuo. Os animo, pues, a que, confiando en la materna intercesión de María Santísima, Reina de las Familias, y en la poderosa protección de San José, su esposo, os dediquéis sin descanso a esta hermosa misión que el Señor ha puesto en vuestras manos. Contad además con mi cercanía y afecto, y os ruego que llevéis un saludo muy especial del Papa a vuestros seres queridos más necesitados o que se encuentran en dificultad. Os bendigo a todos de corazón.
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