PRESENTACIÓN
En
la primera narración del origen del mundo, tras crear
al hombre a su imagen y semejanza, Dios les bendice y
les dice: "Sed fecundos y multiplicaos y enchid la
tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las
aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la
tierra" (Gn 1, 28)
Dios,
una vez creadas todas las cosas, las deja en manos del
hombre para que las desarrolle.
Jesucristo,
una vez consumada la salvación, la nueva creación, con
su muerte y resurrección, sube al Padre y deja a los
suyos el Espíritu Santo, con la misión de desarrollar
la nueva creación, el mundo nuevo y la nueva humanidad.
Es
la hora de los discípulos, es la hora de la Iglesia;
hay que ser testigos, hay que anunciar e instaurar la
vida nueva en todo el mundo: "Jerusalém, toda
Judea, Samaría, hasta el confín del mundo".
Así
pues, la ascensión del Señor define el tiempo de la
responsabilidad cristiana.
Ha
llegado el reinado de Dios, pero no es como los de este
mundo, va más allá, mejor, va al más allá.
El
Señor sube al cielo, a la patria definitiva, pero no
podemos quedarnos boquiabiertos, mirando hacia arriba.
Él volverá; mientras tanto, hay que anunciar la Buena
Noticia a todas las gentes.
Todos
deben oír las palabras del Señor y experimentar la
presencia del resucitado en los suyos, hasta el final de
los tiempos.
LECTURA
DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES 1, 1-11
En mi primer libro,
querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue
haciendo y enseñando hasta el día en que dio
instrucciones a los apóstoles, que había escogido,
movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se
les presentó después de su pasión, dándoles
numerosas pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndoseles
durante cuarenta días, les habló del reino de Dios.
Una vez que comían
juntos, les recomendó: "No os alejéis de Jerusalén;
aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que
yo os he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de
pocos días vosotros seréis bautizados con Espíritu
Santo." Ellos lo rodearon preguntándole: "Señor,
¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de
Israel?" Jesús contestó: "No os toca a
vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre
ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu
Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para
ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en
Samaria y hasta los confines del mundo." Dicho
esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo
quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo, viéndolo
irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco,
que les dijeron: "Galileos, ¿qué hacéis ahí
plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha
dejado para subir al cielo volverá como le habéis
visto marcharse."
Palabra
de Dios
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