PRESENTACIÓN
A
la existencia de Dios se podía llegar por sus obras,
especialmente a través del hombre.
Conocerle,
conocer sus planes, escuchar su palabra, sólo es
posible si él nos lo revela.
El
pueblo de Israel ha sido elegido como depositario de la
palabra, de los planes y de la voluntad de Dios.
Dios
se les ha acercado y les ha hablado; ellos han escuchado
"la voz del Dios vivo".
Dios,
el único Dios, lo ha elegido y la prueba mayor de esta
elección es que les ha liberado de la esclavitud de
Egipto para que sean su pueblo.
Israel
puede reconocer que el Señor es "único Dios allá
arriba en el cielo y aquí abajo en la tierra",
porque ese mismo Dios se lo ha comunicado con sus
acciones a favor de ellos.
Así,
pues, Dios se les revela como amor hecho entrega, como
cercanía y liberación; es su Dios, su único Dios, el
Dios de sus padres; es el Dios de la Ley y de las
promesas, que cumple, porque es fiel.
La
respuesta no puede ser otra que entregarse a Él,
ponerse en sus manos y cumplir sus mandamientos. En ello
estará la garantía de su felicidad y la de los suyos
por siempre.
Si
Dios ha elegido en exclusividad a Israel, en
consecuencia, Israel deberá servir exclusivamente al
Señor, sin irse tras los dioses paganos.
LECTURA
DEL LIBRO DEL DEUTERONOMIO 4, 32-34. 39-40
El
Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo, y
aquí abajo en la tierra; no hay otro
Moisés habló al
pueblo, diciendo: "Pregunta, pregunta a los
tiempos antiguos, que te han precedido, desde el día
en que Dios creó al hombre sobre la tierra: ¿hubo
jamás, desde un extremo al otro del cielo, palabra
tan grande como ésta?; ¿se oyó cosa semejante?; ¿hay
algún pueblo que haya oído, como tú has oído, la
voz del Dios vivo, hablando desde el fuego, y haya
sobrevivido?; ¿algún Dios intentó jamás venir a
buscarse una nación entre las otras por medio de
pruebas, signos, prodigios y guerra, con mano fuerte y
brazo poderoso, por grandes terrores, como todo lo que
el Señor, vuestro Dios, hizo con vosotros en Egipto,
ante vuestros ojos?
Reconoce, pues, hoy y medita en tu
corazón, que el Señor es el único Dios, allá
arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay
otro.
Guarda los preceptos y mandamientos que yo te
prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos
después de ti, y prolongues tus días en el suelo que
el Señor, tu Dios, te da para siempre.
Palabra
de Dios
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