"ES
EL SEÑOR"
A
veces nos preguntan: ¿Dónde está el Señor? y respondemos:
en la Eucaristía (por eso vamos a misa y comulgamos), en la
Palabra de Dios (por eso la leemos y la meditamos), en la
iglesia (y vamos a la iglesia a rezar, a estar con Él).
Si
me quedo aquí, ser cristiano se resume en "ir a
misa", "leer el Evangelio" e "ir a la
iglesia".
Es
verdad que el Señor está ahí.
En
los domingos anteriores escuchábamos cómo Jesús se hacía
presente "el primer día de la semana", el domingo,
en un contexto de Eucaristía y en un lugar cerrado, a
escondidas "por miedo a los judíos".
La
aparición del resucitado que escuchamos este domingo no se
realiza en domingo, no es el día de la reunión comunitaria;
es un día de trabajo, están en el lago y en la pesca, no
están en la casa, están en el tajo.
Y
también allí, al aire libre, en el momento del trabajo, a la
orilla del lago, Jesús se hace presente.
Y
se les hace presente en alguien a quien, en principio, no
conocen; en alguien que está junto a ellos; en alguien que
tiene los comportamientos de Jesús.
Y
el discípulo al que Jesús tanto quería, lo reconoce: "Es
el Señor". Y, después, todos: "Nadie se atrevía a
preguntarle quién era, porque sabían bien que era el
Señor".
Y
como en el primer encuentro, la primera pesca milagrosa, Él
es el que elige a los suyos y el lugar que deben ocupar. En la
primera pesca milagrosa, Jesús dice a Pedro: "Serás
pescador de hombres"; y en esta segunda le dice,
reafirmándole en su puesto, aunque le ha fallado en algo tan
grave como negarle tres veces: "Apacienta mis
ovejas".
Y
es que, a pesar de su debilidad, Pedro ama profundamente a
Jesús.
Entre
las muchas maneras de hacerse presente el resucitado en medio
de los suyos, están las personas.
Y
si los pobres, los desvalidos, los que sufren..., son un lugar
privilegiado ("porque tuve hambre..."), todo aquel
que intenta hacer suyas las palabras de Jesús, que intenta
reflejar en su vida la vida de Jesús, que se esfuerza por ir
identificándose con él, son presencia de Jesús resucitado
en el mundo.
Y
quien está identificado con Jesús, está identificado con su
misión: ser pastor.
"Tengo
otras ovejas que no son de este redil" (desgraciadamente
cada vez más. "Las tengo que reunir". En esta tarea
estamos todos empeñados, pero será nuestra vida cristiana de
auténtico seguimiento de Jesucristo, la que atraiga a los
lejanos.
Yo
puedo encontrarme con el Señor a través de los demás. Los
demás también pueden encontrarse con el Señor a través de
mí.