INTRODUCCIÓN
MENÚ
PARA PASCUA
Por
Javier Leoz
1.-
Alégrate con el júbilo de la Pascua. Una sonrisa,
poco cuesta, y mucho aporta. Pero, la nuestra, no es aquella que
nace en el rostro. Brota de una experiencia interna, real y
misteriosa, la Resurrección de Cristo. Que la sal de estos días
sea tu ALEGRIA.
2.-
Asómate al sepulcro vacío. Ten la audacia de
escuchar la Palabra de Jesús. De meditarla. De llevarla a tu propia
vida. Verás como, lejos de estar desocupada, estará llena del Espíritu
de la Pascua. Añade el CALOR de Dios al guiso de tu vida.
3.-
Anuncia con convencimiento la Resurrección de Cristo.
Comenta, entre los tuyos, la satisfacción de ser cristiano. No
olvides que, nosotros, somos hijos del Domingo de la Pascua, del
Domingo del triunfo de la vida sobre la muerte. Pregona tus días
con el ANUNCIO de lo que crees.
4.-
Cree aunque no veas. Hay muchas cosas ocultas a los
sentidos y a nuestra vista. El futuro que te espera, si crees, es
vivir junto a Dios. ¿Puedes desear algo más grande? Prepara con
interés el postre que te aguarda: TU RESURRECCIÓN.
5.-
No tengas miedo por muy dura o áspera que te sea la vida.
Mira hacia atrás y, en la cruz, verás una razón y tendrás un
motivo para seguir adelante. Nunca pueden ser más fuertes las
contrariedades que la esperanza de superarlas. No olvides de sazonar
tu camino con el pan de la EUCARISTÍA.
6.-
Despréndete de las cadenas de muchas muertes que, por
lo que sea, te atan o no te dejan ser libre. Piensa un poco qué
zonas de tu vida necesitan más libertad (no libertinaje), más
contenido (no más cosas), más alegría (no fuegos artificiales).
Jesús, si lo deseas, puede ser tu gran libertador. Da consistencia
a tus decisiones con el aceite de la PALABRA DE DIOS.
7.-
Para ver y creer, hay que acercarse al horizonte desde
donde se contempla lo mucho que Dios nos ama: la ciudad donde el Señor
nos espera. La Eucaristía, la oración, la Palabra de Dios, son
unas lentes privilegiadas por las que vemos cara a cara a Jesús.
Elige, como ingrediente de tu mesa, el dulce de la ORACIÓN.
8.-
Vive con ímpetu estos 50 días. No te quedes en la
pasión de la Semana Santa. Canta gozosamente el aleluya, da gracias
a Dios con tu oración personal y confiada. Que no falte en tu menú
la música y tu CANTO dedicado al Señor.
9.-
Si alguien vivió, en primera línea la Pascua, fue Santa María.
No la olvides en estos días. Reza el Regina Coeli al mediodía. Y,
en el mes de mayo, dile que Ella es aroma en medio de la Pascua.
Coloca en tu mesa, un jarrón con FLORES para Santa María.
10.-
La Resurrección de Cristo nos da la clave para entender
nuestra existencia: hay que estar con los pies en la tierra,
pero mirando al cielo. Hay que levantar la cabeza, mirando al cielo,
pero con las manos abiertas hacia los hombres. No olvides gustar los
alimentos con los cubiertos de la CARIDAD, LA FRATERNIDAD Y LA
SOBRIEDAD.
(betania)
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