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"La Iglesia no pide privilegios, lo que pide es colaborar para el
bien común"
El presidente de la Conferencia Episcopal, Cardenal
Juan José Omella, repasa la actualidad en "La Linterna de la
Iglesia": Consistorio, salud del Papa, beatificación de Juan Pablo
I, aborto y educación
“La Iglesia no pide privilegios en esta sociedad de
hoy, lo que pide es colaborar para el bien común”.
Son palabras del presidente de la Conferencia Episcopal Española,
cardenal Juan
José Omella, en una entrevista con Irene
Pozo, en el
programa de COPE “La Linterna de la Iglesia. “También la Iglesia
quiere aportar su granito de arena para la construcción del bien
común, del bien en paz, del bien en solidaridad, del bien en
justicia y de esperanza. Yo creo que ese es el trabajo. No quiere
privilegios, pero sí que quiere trabajar y colaborar por el bien
común. Ojalá entre todos podamos hacer eso”, ha indicado este
viernes en el primer programa de la temporada.
Muchos han sido los temas. Desde el recién
Consistorio celebrado en Roma, hasta las leyes del Aborto y de
Educación, pasando por los retos de la Iglesia, la salud del Papa y
la próxima beatificación de Juan Pablo I.
Consistorio: “Vine animado”
Los días 29 y 30 de agosto el Papa
convocó a los cardenales de la Iglesia para celebrar un Consistorio
extraordinario público centrado en la Constitución Apostólica Praedicate
Evangelium. El cardenal Omella, que
participó con los españoles Carlos
Osoro, Antonio
Cañizares y Ricardo
Blázquez, ha indicado en la
entrevista que ha
terminado “con un sentir de gozo”,
sobre todo por “haber estado con tantos hermanos del colegio
cardenalicio, porque algunos están ya jubilados, otros recién
creados cardenales…”. Ha asegurado que están “animados”: “Yo
vine animado, viendo que el Papa también está animado y nos
transmite esa alegría de evangelizar”.
Sobre lo fundamental de la reforma
de la Curia Romana es que “modifica
la estructura de servicio para mejor evangelizar en el mundo de hoy,
que es un mundo que ha cambiado desde el Concilio Vaticano II hasta
ahora”.
Sobre el discurrir de las reuniones
en estos días, ha destacado el espíritu sinodal del Consistorio, con
grupos para escucharse y reflexionar juntos: “Yo creo que es bueno
saber escuchar en un mundo donde estamos muy comunicados. Vivimos
cada uno muy aislado, conocemos muchas cosas, tenemos mucha
información, pero tenemos poco contacto personal. Y (las reuniones)
nos han permitido contactar y
a la vez aislarnos de ese mundo tecnológico para encontrarnos con
las personas”.
Además, ante la Praedicate
Evangelium, el cardenal asegura que “la
misión de la Iglesia es de todos”: “Cada uno tiene un servicio que
prestar al Pueblo de Dios. Desde el momento de nuestro bautismo
tenemos algo que aportar, porque Dios nos ha dado a todos cualidades
y eso ponerlo al servicio de los demás, para la misión, para la
evangelización”. Recordando a Pablo VI que decía que la Iglesia no
existe más que para evangelizar, el arzobispo de Barcelona destaca
que “nosotros
hablamos la misma lengua que la gente, vestimos igual que ellos,
vivimos igual que ellos, en pueblos como ellos, pero vivimos otro
estilo, un estilo que viene del Evangelio, un estilo de vida que no
se impone sino que se transmite por contagio”.
Salud del Papa: “No se gobierna con las pierdas, se gobierna con la
cabeza”
Preguntado por la salud del Papa,
ha recordado que “la
movilidad la tiene muy limitada”,
pero que el mismo Francisco ha repetido hasta la saciedad que “no
se gobierna con las piernas, que se gobierna con la cabeza. Y la
cabeza la tiene realmente bien: está en todo, tiene sentido del
humor y tiene una memoria prodigiosa”.
Así ha explicado que las diferentes personas que
participaron estos días en el Consistorio, laicos, diplomáticos,
decían: "Pero si lo hemos encontrado igual que siempre, con ese
humor, con esa cercanía, con esa amabilidad y siguiendo los temas de
cerca…".
Así, ha explicado que el Papa les
ha acompañado en la recepción y en el aula del Sínodo: “Intervino
poco, pero cuando intervenía [lo hacía] con mucha precisión, y con
sentido del humor y con agradecimiento, lo cual habla muy bien del
Papa”.
Beatificación Juan Pablo I: “Dejó una huella en el corazón de tantos
cristianos”
Ante la próxima beatificación de Juan
Pablo I, que se celebrará el
próximo Domingo en Roma, el arzobispo de Barcelona ha recordado que
cuando se celebró aquel cónclave él estaba en África: “Llegó
la noticia de la elección de Juan Pablo I y de pronto una mañana
escucho en la radio que se había muerto. Percibí que había dejado
esa sonrisa y esa esperanza por su sencillez. Dejó una huella en el
corazón de tantos cristianos en tan solo un mes”.
Sobre el Pontífice ha destacado que
enseñó a confiar en Dios y en las personas: “Creer
que todos tienen algo bueno en el corazón. Él ponía amor en sus
catequesis, iba poniendo esa ternura y muchas veces nos falta esa
ternura, hay que tratar de poner amor y humildad en todo lo que
hacemos”.
¿Qué le preocupa a la Iglesia?: Balance negativo de la Ley del
Aborto
Los retos de la Iglesia son muchos
y el cardenal ha querido agradecer “por tantas cosas buenas como hay
en el mundo”. “A pesar de todo, nuestro mundo aún tiene reserva de
humanidad y de solidaridad. Pero nos preocupa, por ejemplo, todo el
tema de la guerra y la confrontación; el tema de muchísima gente que
no va a poder (sobrevivir) este invierno: el tema del gas, de la
electricidad, de quedarse sin trabajo…”, ha indicado, recordando que
“las colas en los comedores de Cáritas han aumentado este verano en
un 50%. Esto es grave”. Además, su preocupación se centra en las
nuevas leyes, como la de la eutanasia y el aborto: “Ojalá
sepamos ser más respetuosos con el gran derecho que tiene la vida”. Concretamente, “que
una niña a los 16 años quiera abortar sin decir nada a sus padres…
¡hombre, por Dios! Yo creo que los hijos tienen que abrirse a los
padres y los padres acompañar a los hijos”. Así
se ha preguntado sobre los derechos de la persona humana, el bien
común, los valores a inculcar a los jóvenes.
Ante la reforma de la Ley del
Aborto ha reconocido que “el balance es muy negativo”: “Me da mucha
pena que tengamos que llegar a estos niveles. Somos muy progres, más
que ningún país de Europa. Pero,
¿progre, qué es? ¿Es perder el sentido de la vida? ¿Es ir hacia una
sociedad en la que se valora más la muerte que la vida? Yo
creo que hay que dar razones para vivir, hay que dar razones para
apoyar a las personas que están en dificultades para que encuentren
sentido a su vida”
Ley de Educación: “Los hijos no son del Estado, son de la familia”
Comienza el curso y sobre la mesa
se encuentra el debate de la escuela privada o pública, de los
valores que se transmiten, de la ideología de género… Pero para el
cardenal antes de hablar sobre la Ley de Educación hay un elemento
antes: “La
baja natalidad que tenemos en Europa y la poca protección que hay
hacia las familias”.
“Cada vez hay menos niños y, ¿cómo sostenemos las
escuelas y los colegios? Se crea un debate entre público y privado
pero, ¿por qué no ayudamos a las familias?”,
se ha preguntado en la antena de COPE, en “La Linterna de la
Iglesia”. Además, ha recalcado: “Los
hijos no son del Estado, son de la familia y los padres buscan lo
mejor para sus hijos. Ofrezcamos lo mejor, y que elijan porque
vivimos en una sociedad absolutamente democrática y creo que eso hay
que respetarlo. ¿Y
si son musulmanes y quieren su Religión? Tienen también su derecho,
porque hay que respetar a todas las religiones, el ecumenismo
existe. Yo creo que ahí tenemos un debate que no lo afrontamos en
toda su profundidad”.
Además, ha valorado que la Iglesia
se preocupa por la educación y la formación integral de la persona: “Tenemos
que ver la dimensión intelectual, la formación humana, que sean
hombres y mujeres de futuro, que
tengan acceso al trabajo, bien preparados como personas, que sepan
respetar los derechos humanos, y tercero la dimensión trascendente.
Nosotros no somos solamente cuerpo y cerebro, somos también espíritu
y eso nos da sentido”.
Con la ternura y la fuerza que le
caracterizan, el cardenal ha reflexionado: “Si
el niño que está en el seno de su madre supiese que hay una familia
que le está esperando, unos chicos que le están esperando para ir al
colegio, que habrá un campo de fútbol, que podrá bañarse en una
piscina, que podrá ir a la playa y a la montaña...”.
Y así se ha preguntado por qué hay que “negar que hay un valor
trascendente y que alguien nos espera en un más allá que llamamos
cielo”.
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