INSTRUCCIÓN GENERAL DEL
MISAL ROMANO
Capítulo IV
DIVERSAS FORMAS DE
CELEBRAR LA MISA
112. En la Iglesia Local atribúyase
ciertamente el primer lugar, por su significado, a la Misa que
preside el Obispo, rodeado por su presbiterio, sus diáconos y
sus ministros laicos,[91]
y en la que el pueblo santo de Dios participa plena y
activamente, pues allí se tiene la principal manifestación de la
Iglesia.
En la Misa que celebra el Obispo, o en la
que está presente sin que celebre la Eucaristía, obsérvense las
normas que se encuentran en el Ceremonial de los Obispos.[92]
113. Dése también mucha importancia la
Misa que se celebra con una determinada comunidad, sobre todo
con la parroquial, ya que representa a la Iglesia universal en
un tiempo y en un lugar determinados, y en especial a la
celebración comunitaria del domingo.[93]
114. Pero entre las Misas celebradas por
algunas comunidades, ocupa un lugar especial la Misa conventual,
que es parte del Oficio cotidiano, o la Misa que se llama “de
comunidad”. Y aunque estas Misas no conlleven ninguna forma
peculiar de celebración, sin embargo, es muy conveniente que se
hagan con canto, y sobre todo con la plena participación de
todos los miembros de la comunidad, sean religiosos o sean
canónigos. Por lo cual, en ellas ejerza cada uno su ministerio,
según el Orden o el ministerio recibido. Conviene, pues, que
todos los sacerdotes que no están obligados a celebrar en forma
individual por utilidad pastoral de los fieles, a ser posible,
concelebren en ellas. Además, todos los sacerdotes
pertenecientes a una comunidad, que tengan el deber de celebrar
en forma individual para el bien pastoral de los fieles, pueden
también concelebrar el mismo día en la Misa conventual o “de
comunidad”.[94]
Es preferible, pues, que los presbíteros que están
presentes en la celebración eucarística, a no ser que estén
excusados por una justa causa, ejerzan como de costumbre el
ministerio propio de su Orden y, por esto, participen como
concelebrantes, revestidos con las vestiduras sagradas. De lo
contrario llevan el hábito coral propio o la sobrepelliz sobre
la sotana.