REFLEXIONES

4 - Octubre

DOMINGO 27º

  TIEMPO ORDINARIO   
 
(A)

¿Qué hará con aquellos labradores?

 

REFLEXIÓN - 1

AMOR CON AMOR SE PAGA

Dice el refrán: "Amor con amor se paga"

Y en él se resumiría la Palabra de Dios de hoy.

El amor recibido debe convertirse en amor entregado, en amor hecho obras concretas.

El profeta Isaías presta su voz al amigo (Dios) para cantar un canto de amor a su viña, a Israel, su pueblo elegido. También lo podemos aplicar a ese nuevo Israel, que es la Iglesia.

Cómo se ha preocupado el amigo Dios de su viña: todo lo mejor ha sido poco para Él. Como el labrador que elige la tierra para su plantación preferida y la prepara con inmenso cariño, dedicándole todos los cuidados y estando siempre pendiente de todo.

Así es el Señor. Así es el Dios revelado por Jesucristo para con sus criaturas. Por eso lo definimos como Amor. Un amor que ha sido gratuito, sin exigencias previas; un amor que ha sido dar, más aún, darse. La creación misma y, sobre todo, el hombre y la mujer, son signos de su amor, de querer compatir, sin necesidad, su vida con nosotros.

Israel también fue signo de su amor: la llamada a su amigo Abraham, la liberación de Egipto, el Pacto de amistad en el Sinaí, el asentamiento en la "tierra que mana leche y miel"...

¿Y la respuesta? - Odios, injusticias, ambiciones, desprecio de los pequeños y de los pobres...

La viña no dio buenos frutos, dio agrazones.

Isaías remarca la culpa colectiva, Jesús remarca la culpa de los labradores, de aquellos que debían haberse preocupado de cuidar la viña y sólo se preocuparon de sí mismos, de aquellos que quisieron quedarse con todo, quitando de enmedio, incluso, al hijo.

Ese fue el gran gesto del Padre: enviar al Hijo para salvar la viña aunque, tras quitárselo de enmedio, pase a otras manos, al nuevo Israel, la Iglesia.

¿Cómo entiende el Señor la respuesta al amor dado? - Sencillamente, una respuesta de amor, que pase por signos concretos de amor al prójimo: "Esperó de ellos derecho, y ahí tenéis: asesinatos; esperó justicia, y ahí tenéis: lamentos".

El amor a Dios pasa, necesariamente, por el amor al prójimo, hecho cercanía, respeto, solidaridad, hecho opción por todo "lo verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable", por todo lo que es "virtud o mérito", hecho, en definitiva, seguimiento de Jesucristo, como nos decía San Pablo en la segunda lectura.

Quien no cuide la viña, quien no dé fruto a su tiempo, sea el antiguo Israel, sea el nuevo Israel, la Iglesia, está expuesto a perder la predilección y la confianza del Señor; está expuesto no sólo a perder la viña, sino el Reino de Dios, que "se dará a un pueblo que produzca frutos.

 

REFLEXIÓN - 2

LA VIÑA Y LOS LABRADORES

La lectura de este texto evangélico debe realizarse en relación con la imagen del canto de Isaías 5, 1-7. Aquí como allí hay un matiz polémico, contrastando los trabajos que el dueño ha realizado en la viña con el resultado que obtiene de los mismos.

Si bien en el texto de Isaías el protagonismo negativo recaía sobre la viña, aquí recae sobre los labradores. Se subraya así la referencia a la actitud de los dirigentes de Israel hacia Jesús.

-"Llegado el tiempo de la vendimia, envió a sus criados para percibir los frutos...": En el momento decisivo Dios pide cuentas a su pueblo. Los primeros enviados son los profetas. Estos sufren la violencia que está descrita en forma de lapidación, tradicional descripción de la persecución de los profetas en tiempos de Jesús e incluso en los primeros tiempos del cristianismo.

-"Por último, les mandó a su hijo...": Es la última oportunidad que tienen los labradores para la conversión. El término "hijo" tiene una referencia directa a Jesús. Aunque en el judaísmo del tiempo de Jesús el término "hijo" no tenía un sentido mesiánico, el evangelio de Mateo lo utiliza -más que los otros evangelistas- para referirse a la mesianidad de Jesús.

-"Al ver al hijo se dijeron: Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia": el crimen de los labradores es cometido con plena responsabilidad, no por desconocimiento de la identidad del hijo. Así la parábola quiere subrayar la gravedad del rechazo de Jesús: es un rechazo de Dios en la persona de su enviado. Jesús ya ha manifestado suficientemente con sus obras que es el enviado de Dios.

-"Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?": Así como el canto del profeta Isaías incluía un interrogante al oyente, a fin de que se convirtiera en juez de aquella situación, también ahora Jesús interpela a los dirigentes judíos para que juzguen. Será un juicio sobre su propia actuación. La respuesta implica las referencias del evangelista a la caída de Jerusalén, contemplada como un castigo por su negativa a creer en Jesús como el Mesías.

-"La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular": Cita del salmo 117 que sirve para explicar el trastorno de situaciones que provoca la persona de Jesús. Quien ahora es desechado, será el jefe de un nuevo pueblo que dará máximo fruto.

JOAN NASPLEDA

(mercabá)

 

REFLEXIÓN - 3

UN IDILIO FALLIDO

El canto del Señor Yahvé a su viña, el pueblo de Israel, abre la Palabra litúrgica de este domingo.

Jesús escenifica, en una parábola autobiográfica, el trágico final de un idilio fallido. Junto a la historia de esta viña, Pablo, en un bellísimo texto, orienta nuestro pensamiento y nuestra actividad: tranquilidad, paz, atención a lo bueno, Dios está con nosotros. "La viña del Señor es la casa de Israel... Esperó derecho, y ahí tenéis: asesinatos". Dios mismo se pregunta en Isaías: ¿cabía hacer algo por mi viña que yo no haya hecho? El mismo Isaías nos dice en unas líneas más adelante de nuestro texto cuáles son las causas de la calamitosa situación de la viña del Señor.

La lista que nos da Isaías no tiene desperdicio y parece escrita hoy mismo por un atento observador de nuestra actualidad. Estos son los responsables para Isaías:

1.Los que se acomodan en la historia sin otro interés que sus ambiciones.

2.La corrupción política de los dirigentes, ignorantes y despreciadores de la acción de Dios en la historia.

3.La burla insultante hacia los valores del Espíritu.

4.La amoralidad o vaciado moral de toda referencia a lo bueno o a lo malo.

5.La arrogancia de los poderosos y de los dirigentes.

6.La degradación y manipulación de la administración de la justicia.

Las diferencias entre el canto de Isaías y la parábola de Jesús son mínimas; ambos hablan de la historia como tarea del hombre; de la acción amorosa de Dios y de los desastres atribuibles siempre a la autonomía y soberanía del hombre dentro de la historia. En el canto de Isaías no hay esperanza; en la parábola, la esperanza está puesta en el Hijo de Dios asesinado por los arrendatarios de la viña y puesto ahora como piedra y fundamento de una historia nueva.

Aquí y ahora sigue la historia de la viña: la historia de nuestra historia. La liturgia nos invita también hoy a juzgar entre Dios y la historia. El mal y sus agentes estamos ahí tal como nos retrata a todos Isaías; ahí está también la amorosa paciencia de Dios, no siempre claramente proclamada por los profetas y devotos: Dios no puede hacer más por nuestra historia.

La historia de la viña supone todo un reto para los que hoy nos reunimos en nombre de Jesús: ¿Estamos convencidos de nuestra participación responsable en todo lo que degrada nuestra historia? ¿Creemos y proclamamos que la esperanza de la historia pasa por las manos y la conciencia de los hombres, de todos los hombres? ¿Sabemos y creemos en la misión que tenemos los cristianos como testigos del que es fundamento de toda esperanza humana? ¿En nuestros interminables rezos, pretendemos comprometer a Dios en nuestros intereses o dejamos que Él nos comprometa en sus designios amorosos sobre su viña?... ¿Qué hay realmente en nuestras manos? Oremos para saber responder a Dios.

JAIME CEIDE

(mercaba)