PRESENTACIÓN
Seguimos,
en la carta a los romanos, con el desarrollo del tema de
la vida en el Espíritu.
La
vida según el Espíritu, es decir, vivir según la
voluntad de Dios, es el camino de la glorificación, de
la plenitud.
El
Plan de Salvación de Dios, proyectado desde la
eternidad, se cumple porque Dios es fiel, aunque los
hombres no respondamos a su amor.
Dios
nos llama a ir creciendo en la medida de Cristo, el
Hijo, es decir, a ser sus imágenes. Esta sería nuestra
vocación.
Pero
nosotros debemos responder líbremente a esta llamada; a
esta respuesta le llamamos la fe. Y por la fe, recibimos
la justificación.
Y,
al final de nuestra camino, compartiendo con Cristo la
muerte, compartimos la resurrección y la vida eterna.
Con Él, somos glorificados.
Los que
aman al Señor saben que van a participar de esta vida,
no por sus esfuerzos y méritos, sino porque participan
del destino de Cristo, del que intentan ser signos.
ROMANOS
8,
28-30
Hermanos :
Por otra parte,
sabemos que a los que aman a Dios
todo les sirve para el bien; a los
cuales ha llamado conforme a su
designio.
Porque a los que
había conocido de antemano los
predestinó a reproducir la imagen de
su Hijo, para que él fuera el
primogénito entre muchos hermanos.
Y a los que
predestinó, los llamó; a los que
llamó, los justificó; a los que
justificó, los glorificó.
Palabra
de Dios
|
|