REFLEXIONES  

 


 

REFLEXIÓN - 1

"DADLES VOSOTROS DE COMER"

Según un representante de las Naciones Unidas, este año morirán de hambre en Niger casi tres millones y medio de personas, de las cuales 800.000 niños.

Eso sólo en Níger. ¿Y en toda África? Un continente que se muere de hambre, de sida y de todo tipo de violencia. Un continente que, teniendo posibilidades, los jefes locales y mundiales lo han dejado a su suerte.

Pero no olvidemos el resto del hemisferio sur. Qué difícil es hacernos una idea y sentir lo que pasa allí, a nosotros que vivimos en un país desarrollado y, aunque no nos sobre, aunque estemos en crisis, siempre tenemos inmensamente más que ellos.

Hay quien no tiene el "pan nuestro de cada día".

¿Y el pan de la cultura, de la justicia, de la libertad, de los derechos humanos, de la dignidad de personas?

También hay muchos a los que nos le ha llegado el Pan de la Palabra de Dios, el Pan de la Eucaristía, el Pan que lleva a la vida eterna; van por la vida como ovejas sin pastor, andan desorientados, sin dar sentido a su vida. Algunos, aún peor, alimentándose en las basuras, con el riesgo de contraer todo tipo de enfermedad del espíritu, que les puede llevar a muerte.

Tanto la primera lectura como el Evangelio nos presenta a Dios y a Jesús como los que dan de comer gratis y en abundancia.

Venid a mi, hambrientos y sedientos, acudid por agua, comprad trigo sin dinero, de balde. Hay que fiarse. En nuestro mundo nadie da nada gratis.

Y Jesús les dice a sus Apóstoles: "Dadles vosotros de comer". Compartid lo que tenéis, aunque sólo sean unos pocos panes y dos peces. El hará el resto. El Señor sigue saciando todo tipo de hambre, pero quiere que nosotros colaboremos.

Y la colaboración puede ser muy diversa:

- Compartir nuestros bienes con los verdaderos necesitados, personalmente o a través de entidades como Cáritas, Manos Unidas..., que se dedican en nombre de la Iglesia a ello.

- Denunciar situaciones de injusticia, de organización económica mundial, que son las que producen estas situaciones. Cuando es más importante el dinero, el beneficio, que la persona, está asegurada la miseria y el hambre de millones de seres humanos.

- Llevar una vida coherente con nuestra fe, para que quienes tienen hambre de la Palabra de Dios, de la Eucaristía, de hallar un sentido a su vida, puedan encontrarse, por mediación nuestra, con el que es el Camino, la Verdad y la Vida, Jesucristo, que nos ha asociado a la tarea de llevar su pan a todos y de manera gratuita.

Que el alimento eucarístico, que se nos da gratis, lo llevemos a los demás hecho signos de vida cristiana.

 

 

 

REFLEXIÓN - 2

"HAMBRE"

Unos nadan en la abundancia, unos pocos. Otros, los más, se debaten en la penuria. Aquellos están hartos y aún es posible que se sientan insatisfechos, éstos padecen hambre y a duras penas pueden contener su ira. Los primeros tienen problemas de obesidad, de sobrealimentación, de excesos de grasas y calorías; los segundos sufren de raquitismo, desnutrición, avitaminosis.

Unos por poco y otros por mucho, lo cierto es que después de millones de años, según dicen, el hombre no ha aprendido a resolver racionalmente una de las más elementales necesidades de la vida: comer. Ni comemos ni dejamos comer.

El hambre es el mayor mal que aqueja a la humanidad del siglo XX, en los albores del XXI. Su incidencia es superior a la de las enfermedades, accidentes y violencias. Y su letalidad es mayor que la de todas las guerras y epidemias juntas de este siglo. El hambre afecta a dos tercios de la humanidad, predomina en los países del tercer mundo y no ha sido eliminada racionalmente en los del primero.

Pero el hambre no es sólo una situación, es el resultado de un sistema económico y político dominante. En buena medida el hambre es la consecuencia de una actividad económica sistemáticamente organizada como guerra de todos contra todos y de una política nacionalista periclitada y mantenida a ultranza. Se juega y se especula con la escasez de alimentos, como de recursos de todo género, para conservar situaciones monopolísticas en el mercado y para mantener posiciones hegemónicas en el plano internacional.

Por eso, el hambre (la geografía del hambre y la estadística del hambre) es un indicador incontestable de un mundo absurdo, de una cultura inhumana, de una política sin imaginación, de una economía insensata, de un progreso sin sentido.. Pues, mientras haya hambre en el mundo, mientras se tolere, se fomente y se trafique con el hambre de los pueblos y de los hombres será impensable la paz, la justicia, la libertad, la solidaridad la felicidad. Así no se puede vivir al menos sin despojarse de la dignidad humana.

EUCARISTÍA

(mercaba)

 

 

REFLEXIÓN - 3

PARTIÓ LOS PANES

Partió los panes y se los dio a los discípulos No sé si, aun, en algún rincón de España, de esta España que tiene raíces cristianas, se hace este gesto, que antes estaba presente en todas partes, en cada casa... El gesto consistía en que, el padre o la madre, antes de partir el pan para dar las rebanadas a los hijos y a toda la familia, casi ritualmente, lo marcaba con la punta del cuchillo, haciendo la señal de la cruz. Era como una acción de gracias por el pan de cada día, por el alimento de cada día... del cual el pan era su máxima expresión...

También en Israel, partir el pan era oficio del padre de familia y era signo de comunión y de intimidad. Por esto, bajo el gesto de Jesús de bendecir y multiplicar los panes y los peces, está el eco de una serie de signos incrustados en la historia de su pueblo y, a la vez, se convierte en un anuncio de la llegada de los tiempos mesiánicos, en los cuales el Mesías, tenía que dar respuesta a todas las necesidades y a todas las hambres.

-Dadles vosotros de comer

Aquí hallamos una clara consigna de Jesús para todos sus discípulos. Una consigna de acción. ¡Un imperativo! Un imperativo que, más tarde, todavía dejará más claro, proclamándolo el primer punto del examen al cual todos hemos de ser sometidos, en el atardecer de la vida: Dar de comer al necesitado...

La imagen, pues, de los discípulos repartiendo el pan, el pan recibido de las manos de Jesús, significa para ellos, para la Iglesia y para todos nosotros, una misión y un compromiso. Porque es la imagen de Jesús que siente, y quiere que sintamos por el pueblo, una entrañable compasión. El pan y el pescado eran la base de la alimentación de los pobres. Por esto, también, es la imagen de la hermandad en la pobreza y la alegría de tener y compartir lo suficiente. Quería ser y es, también, la imagen educativa que nos quiere llevar a saber caminar sin una obsesiva preocupación por los bienes materiales. Pedir nuestro pan de cada día, quiere decir pedir que no nos falte lo necesario. Porque, ay de aquél que sólo se preocupa de tener los graneros llenos...

Jesús nos enseña, a través de este signo, que cuando repartimos bien las cosas, incluso cuando lo que repartimos es lo poco que tenemos, comemos todos y todavía sobra...

-Recogieron doce cestos llenos de sobras

Que no se pierda nada del don de Dios que es la Eucaristía; del don de Dios que es esta Eucaristía que ahora estamos compartiendo. Que sea, de verdad, un reconocer al Señor que nos parte el pan; que sea, también, reconocernos los unos a los otros, como invitados de una misma mesa fraterna. Que aumente nuestra comunión con el Señor y entre nosotros. Que haga el milagro de multiplicar nuestra capacidad de creer y de amar. Amen.

PERE VIVO

(mercaba