"PROHIBIDO
EL PASO, PROPIEDAD PRIVADA"
"Prohibido
el paso", "Propiedad privada",
"Sólo para propietarios", "Se reserva el
derecho de admisión"...
Cuántos
carteles de estos hay en La Manga, a cada paso. Algunos
se han hecho propietarios hasta de lo que es común: la
orilla del mar.
Pero
esto no se da únicamente en lo que se refiere a las
urbanizaciones. Cada uno de nosotros también ponemos
nuestros "carteles". Esto o aquello es sólo
para mí, para mis amigos, para los que piensan como yo,
para los de mi país, mi región, mi religión...
A veces
hay políticos que hacen sus campañas basándose en
eso, en exclusivizar las cosas para los suyos, para sus
votantes y, así, enfrentan a unos contra otros, a unas
regiones contra otras, por cosas tan comunes como el
agua, las carreteras, las lenguas..., hasta los muertos.
Esto es
mío", "esto es nuestro" y no lo
compartimos con nadie.
Y
también hay exclusivismos y privatizaciones en el
terreno de lo religioso. Excluimos y condenamos a los
que no piensan y sienten como nosotros. Siempre hay
algunos más preocupados del mero cumplimiento, que de
vivir y expresar su fe desde el corazón. Y, además se
creen los mejores, los perfectos, los únicos, mirando a
los demás por encima del hombro, juzgando y criticando;
peor aún, creyéndose los propietarios de Dios. Y
aquellos que creen que Dios es propiedad privada de su
grupo, movimiento o carisma, despreciando a los demás.
Qué
enseñanza más diferente nos da la Palabra de Dios de
hoy.
En la
casa de Dios caben todos los que quieran entrar, se
respeta también a los que no quieren. A nadie se le
pide carné de identidad, ni de religión, ni de partido
político o asociación.
Y
querer entrar significa acoger a Dios como Padre e
intentar llevar una vida según su voluntad. Como decía
la primera lectura:"Guardad el derecho, practicar
la justicia". "A los que se han dado al
Señor", aunque sean de fuera, extranjeros,
"los atraeré a mi Monte Santo".
Y en el
Evangelio, ante la extranjera, la cananea, Jesús
empieza exponiendo la doctrina de la época, un tanto
exclusivista: "Sólo me han enviado... "Los
extranjeros, los paganos, los "perros",
quedaban excluidos de la mesa.
Pero
hay algo más importante que ser "oveja descarriada
de Israel", la fe de aquella mujer que rompe todas
las doctrinas.
A la
Salvación de Dios no se le pueden poner fronteras.
La
Eucaristía es comunión con el Señor, entre nosotros y
con todas las personas sin distinción.