PRESENTACIÓN
Como
hace en otras cartas, al final de la que escribe a los
Tesalonicenses, Pablo orienta a cerca del comportamiento
cristiano, que, en los hechos, no es diferente de un
comportamiento verdadero y plenamente humanos, aunque
nosotros somos ciudadanos del cielo y, por lo tanto, no
tenemos que centrarnos en lo terreno.
Les
dirá que, como cristianos, deben estar siempre alegres, y
que esa alegría debe ser un signo ante los demás, así como
la comprensión y la mesura.
Vivimos
en medio del mundo, sabiendo que el Señor está cerca y que
caminamos hacia él. Esto nos lleva a ir por la vida con una
serena esperanza, animada por la oración y vivida en la paz
del Señor.
Finalmente,
dos líneas de comportamiento:
Todo lo
que hay de bueno en el mundo, tenedlo por vuestro. Lo
verdadero, lo justo, lo respetable, lo limpio, lo estimable,
lo de buena fama, los méritos y virtudes, todo ello, que
formaba parte de los ideales de la época en Grecia, es
cristiano, porque es verdaderamente humano y, sobretodo,
porque el cristiano lo vive desde su pertenencia a Cristo.
La
segunda línea de comportamiento, como tantas veces lo ha
dicho, su ejemplo: "lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis
y visteis en mí, llevadlo a la práctica.
Pablo puede ponerse como
modelo de conducta porque su vida es una vida en Cristo. Ya
lo dijo al comienzo de la carta: "Para mí vivir es
Cristo"
FILIPENSES
4,
6-9
Hermanos:
Nada
os preocupe; sino que en toda ocasión, en la
oración y súplica con acción de gracias,
vuestras peticiones sean presentadas a Dios.
Y
la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio,
custodiará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús.
Finalmente,
hermanos, todo lo que es verdadero, noble,
justo, puro, amable, laudable, todo lo que es
virtud o mérito tenedlo en cuenta.
Y
lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis y
visteis en mí ponedlo por obra. Y el Dios de la
paz estará con vosotros.
Palabra
de Dios
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