PALABRA DE DIOS 

 


 

PRIMERA LECTURA
Éxodo 22, 20-26

El Dios del Éxodo es el Dios que salva a su pueblo de la esclavitud de Egipto y que no quiere que sea esclavo de nadie.
     El texto arremete contra aquellos que quieren volver a esclavizar al pueblo de Dios, esta vez entre ellos.
    El fragmento es una explicación del Decálogo.


 


PRESENTACIÓN

El Dios del Éxodo es el Dios que se ha fijado en su pueblo, pobre y esclavo, y que ha decidido bajar a liberarlo.

Hacer de un grupo de esclavos un pueblo unido, un pueblo de hermanos, un pueblo justo, es el sentido del compromiso de la Alianza del Sinaí.

Un Decálogo que, en los tres primeros mandamientos, establece la relación del pueblo, de cada uno, con Dios Liberador y, en los siete restantes, establece la relación entre los miembros del pueblo para que ésta sea fuerte, para que nadie quede en la cuneta, para que nadie esté marginado, para que el Pueblo de Dios dé ante todos los pueblos el testimonio de que se puede construir fraternidad.

Demasiado bonito. El asentamiento en la Tierra Prometida, el paso de la estructura nómada y tribal a la sedentaria, el cambio de la preeminencia del grupo a la estructura jerárquica, el paso de la primacía de lo colectivo a lo individual, , hace surgir una organización clasista en la que unos pocos lo acaparan todo y una gran mayoría queda fuera. ¡Qué lejos de lo que Yhavhé quería para su pueblo!

Por eso los profetas, portadores de la palabra de Dios, denuncian fuertemente estas conductas, empleando para ello palabras durísimas.

La influencia de estos profetas hizo que, en la época de la reforma deuteronómica, se incluyeran estos versículos sobre la preferencia de Yhavhé por los que los demás desprecian y abandonan a su mala suerte.

Dios es siempre referencia para la conducta del creyente: "Clamará a mí, y yo le oiré, porque soy compasivo".

Ciertamente, no hemos mejorado a lo largo de los siglos. Hoy se sigue vejando al pobre, al que no tiene cultura ni poder. Hoy siguen las cunetas del camino de la vida llenas de tirados. Y lo malo es que miramos hacia otro lado y nos olvidamos de que debemos ser justos y compasivos, porque Dios es justo y compasivo.

ÉXODO 22, 20-26

Esto dice el Señor:

No oprimirás ni vejarás al forastero, 
porque forasteros fuisteis vosotros en Egipto.

No explotarás a viudas ni a huérfanos, 
porque si los explotas y ellos gritan a mí yo los escucharé.

Se encenderá mi ira y os haré morir a espada, 
dejando a vuestras mujeres viudas y a vuestros hijos huérfanos.

Si prestas dinero a uno de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, 
no serás con él un usurero cargándole intereses.

Si tomas en prenda el manto de tu prójimo 
se lo devolverás antes de ponerse el sol, 
porque no tiene otro vestido para cubrir su cuerpo, 
¿y dónde, si no, se va a acostar?

Si grita a mí yo lo escucharé, 
porque yo soy compasivo.

Palabra de Dios

 

 

 

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 17

PRESENTACIÓN

El salmo 17 pertenece al grupo de salmos reales, pues el tema central es la persona del rey en su relación con Dios.

Los salmos reales tratan de defender la institución monárquica y la persona del rey de quienes pensaban que, con frecuencia, se arrogaban la autoridad del mismo Dios.

El salmista confiesa amar a Dios, pues éste le escuchó cuando le invocaba.

"Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza.
Señor, mi alcázar, mi roca, mi liberador"

Después, da gracias porque el Señor se ha convertido para él en "Roca" y "Fortaleza", en medio de una situación de peligro: "olas mortales", "torrentes destructores", "lazos de la muerte", "trampas mortales"...

"me cercaban los lazos de la muerte
torrentes destructores me aterraban,
me envolvían los lazos del abismo,
me alcanzaban las redes de la muerte"

Todo ello hizo que el rey se dirigiera al Señor y que éste venciese a sus enemigos

"Vive el Señor, bendita sea mi Roca,
sea ensalzado mi Dios y Salvador.
Tú diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu Ungido"

Dios es fiel a David y a sus descendientes, que ocupan el trono de Judá.

 

SALMO 17 

R/. YO TE AMO, SEÑOR, TÚ ERES MI FORTALEZA

Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza,
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.
R/. YO TE AMO, SEÑOR, TÚ ERES MI FORTALEZA

Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos.
R/. YO TE AMO, SEÑOR, TÚ ERES MI FORTALEZA

Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
sea ensalzado mi Dios y Salvador.
Tú diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu ungido.
R/. YO TE AMO, SEÑOR, TÚ ERES MI FORTALEZA

 

SEGUNDA LECTURA
Tesalonicenses 1, 5c-10

La carta a los tesalonicenses nos presenta a una comunidad cristiana eminentemente misionera.
     Han seguido el ejemplo de San Pablo y han comunicado su experiencia de fe a los pueblos de alrededor.

 

PRESENTACIÓN

Pablo se ha presentado como modelo de misionero, de evangelizador y la comunidad de Tesalónica le ha seguido.

En medio de las dificultades ambientales, provenientes tanto de los judíos que rechazaban a Pablo como de los paganos, pues la comunidad estaba formada principalmente por convertidos del paganismo, han acogido la palabra con la alegría del Espíritu Santo.

Así, la vida de la comunidad es como luz sobre el candelero, que alumbra a todos los de la casa, es decir, a los demás creyentes "de Macedonia y Acaya".

Pero no sólo eso. Su fe en Dios ha corrido de boca en boca; su actividad misionera ha preparado el terreno para que, como ellos, por la predicación de Pablo, otros también abandonen los ídolos y se vuelvan al Dios vivo y verdadero.

Finalmente, la espera en la venida del Señor, que resucitó, subió al cielo y volverá. Él es el Salvador.

La Iglesia de Tesalónica se convirtió en misionera de toda su región gracias al ejemplo de la nueva vida de sus miembros; su testimonio hizo innecesarias las palabras.

TESALONICENSES 1, 5c-10

Hermanos:

Sabéis cual fue nuestra actuación entre vosotros para vuestro bien. Y vosotros seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la Palabra entre tanta lucha con la alegría del Espíritu Santo. Así llegasteis a ser un modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya.

Desde vuestra comunidad, la Palabra del Señor ha resonado no sólo en Macedonia y en Acaya, sino en todas partes; vuestra fe en Dios había corrido de boca en boca, de modo que nosotros no teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los detalles de la visita que os hicimos: cómo, abandonando los ídolos, os volvisteis a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que os libra del castigo futuro.

Palabra de Dios

 

 

ACLAMACIÓN
Juan 14, 23

El que me ama guardará mi Palabra -dice el Señor-, y mi Padre le amará y vendremos a él .

 

EVANGELIO
Mateo 22, 34-40

¿Cuál es el mandamiento principal de la Ley?
      Los dos mandamientos de amar a Dios y amar al prójimo no son algo nuevo; están en el Antiguo Testamento.
      La novedad radica en que Jesús pone al mismo nivel el amor a Dios y al prójimo y la extensión de la palabra prójimo a todas las personas.

 

PRESENTACIÓN

Sigue el acoso de los principales grupos judíos a Jesús.

La semana pasada escuchábamos el texto del evangelio sobre si se pagaba o no el impuesto al César; después, el Evangelio de San Mateo, nos trae la trampa que le ponen los saduceos a cerca de la resurrección; y en el texto de hoy, vuelven los fariseos a la carga con una pregunta, hecha "con ánimo de ponerle a prueba", a cerca del mandamiento principal.

Los fariseos estaban enredados en una maraña de preceptos, más de 600, que debían cumplir aquellos que querían ser judíos observantes.

¿Quién podía llevar esa carga? ¿Cómo entender que Dios es Liberador?

Y es que, algunos, cifraban su salvación en la observancia de los preceptos, aun los más pequeños.

Jesús va a lo esencial. Recoge el texto de Dt 6, 4-5 en la versión que todo buen judío rezaba dos veces al día: "Escucha Israel. El Señor nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas tus fuerzas".

La segunda parte de la respuesta, tampoco es una novedad; el Levítico 19,18 dice: "No serás vengativo ni guardarás rencor a tus conciudadanos. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor".

La novedad de Jesús no está en la recitación de estos dos mandamientos, que cualquier rabino habría dicho que son importantes. La novedad es que Jesús los pone al mismo nivel.

Era toda una novedad el hacer de los dos mandamientos uno solo y el afirmar que su cumplimiento sostienen la Ley y los Profetas, es decir, el Antiguo Testamento.

Las buenas obras tienen valor como actos de amor a Dios y al prójimo.

Así pues, esta relación esencial entre los dos mandamientos es lo que Cristo ha venido a enseñarnos. Y esta relación, más que puramente legalista, es vital.

No podemos amar a Dios sin amar al prójimo.

"Quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve. Y hemos recibido de Él este mandamiento: quien ame a Dios, ame también a su hermano" (1Jn 4,20)

MATEO 22, 34-40

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se acercaron a Jesús y uno de ellos le preguntó para ponerlo a prueba:

-Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?

El le dijo:

-«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser.»

Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él:

-«Amarás a tu prójimo como a ti mismo.»

Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los Profetas.

Palabra de Dios