PALABRA DE DIOS 

 


 

PRIMERA LECTURA
Proverbios 31, 10-13. 19-20. 30-31

Nos habla el libro de los Proverbios de la mujer ideal, según los cánones de Israel.
     El centro de la vida de la mujer era la casa, por eso nos habla de una persona de confianza para los suyos, que trabaja para llevar adelante su familia, que es buena, caritativa y religiosa.


 


PRESENTACIÓN

No podemos separar este texto del contexto en el que fue escrito, pues en esa época la mujer era considerada en Israel como una menor de edad, aunque no una esclava, como en otras sociedades de la época.

La mujer tiene en Israel su lugar en la intimidad conyugal y en la casa.

Según el texto de los Proverbios, la mujer ideal es aquella para la que el trabajo es un medio de realizarse a sí misma y atender a los suyos, ya que , en esa época, el trabajo se realiza en la casa.

La mujer ideal que presenta los Proverbios es hacendosa, madrugadora, gobernadora de su casa, limosnera, previsora, preparando vestidos para cuando llegue el invierno...

Esos son auténticos valores, más que la hermosura externa.

Es dichoso y alabado por todos quien tiene una mujer así.

Pero, sobretodo, es mujer ideal cuando es persona buena que vive según la voluntad del Señor

En fin, una mujer con grandes dones humanos, con sentido religioso profundo, con gran sabiduría práctica.
 

PROVERBIOS 31, 10-13. 19-20. 30-31

Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará?
vale mucho más que las perlas.

Su marido se fía de ella
y no le faltan riquezas.

Le trae ganancias y no pérdidas
todos los días de su vida.

Adquiere lana y lino,
los trabaja con la destreza de sus manos.

Extiende la mano hacia el huso
y sostiene con la palma la rueca.

Abre sus manos al necesitado
y extiende el brazo al pobre.

Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura;
la que teme al Señor merece alabanza.

Cantadle por el éxito de su trabajo,
que sus obras la alaben en la plaza.

Palabra de Dios

 

 

 

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 127

PRESENTACIÓN

El Salmo 127 celebra con imágenes de la vida familiar la felicidad de quien vive orientado hacia el Señor.

El justo, piensa Israel, ya es feliz en este vida, no tanto por lo que tiene en bienes materiales, cuanto por las relaciones, especialmente familiares.^

Pero el primer paso de esa felicidad es el temor del Señor y el seguimiento de sus caminos.

"Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos"

Esa es la base. De ahí se sigue con el resto de la vida. El trabajo dará sus frutos.

"Comerás del fruto de tu trabajo
serás dichoso, te irá bien"

La familia , amplia, unida, como los brotes de olivo, como los racimos de uva.

"Tu mujer, como parra fecunda...
tus hijos, como renuevos de olivo"

Toda la familia unida en torno a la mesa para compartir pan, palabra y fraternidad.

El destino que Dios quiere para el hombre es la felicidad, aquí, en la medida de lo posible, y en el cielo

"Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén 
todos los días de tu vida"
 

 SALMO 127

R/. DICHOSOS LOS QUE TEMEN AL SEÑOR

Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien.
R/. DICHOSOS LOS QUE TEMEN AL SEÑOR

Tu mujer como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos como renuevos de olivo
alrededor de tu mesa.
R/.DICHOSOS LOS QUE TEMEN AL SEÑOR

Esta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén,
todos los días de tu vida.
R/. DICHOSOS LOS QUE TEMEN AL SEÑOR

 

SEGUNDA LECTURA
1Tesalonicenses 5, 1-6

Si ya les había hablado Pablo de la vuelta del Señor, , en el texto de hoy les dice que no sabemos cuándo; será como "ladrón en la noche"
      Pero no debemos tener miedo porque somos hijos de la luz, hijos del día.
     Por lo tanto hay que estar vigilantes y llevar una vida sobria.


 

PRESENTACIÓN

Cuando Timoteo regresa de su viaje a Tesalónica, informa a Pablo, que se encuentra en Atenas, que la comunidad de los tesalonicenses está ansiosa de saber el cómo y el cuándo de la vuelta del Señor.

El Señor volverá en el tiempo, pero no sabemos cuándo. El Señor llegará "como ladrón en la noche" .

Por lo tanto, esto nos lleva a remarcar una de las claves más importantes de la vida cristiana: la actitud de la vigilante espera.

Lo importante es que ese día no nos sorprenda como ladrón en la noche.

Y aquí, San Pablo, juega con la antítesis luz-tinieblas: hijos de la luz, mundo de los justos; hijos de las tinieblas, mundo de los impíos, de los pecadores.

Quien lleva la luz no teme a la oscuridad, no puede temer la vuelta de Señor, aunque, a veces, ésta se presente como una gran catástrofe y destrucción

Aunque en este mudo tengamos que pasar por momentos de oscuridad, personal y eclesial, aunque muchos quieran hacernos ver que sólo este mundo es los real, aunque la persecución, cruenta o incruenta, a causa de Jesucristo, sea inherente a los discípulos, nosotros somos hijos de la luz y estamos despiertos y vigilantes, pues esperamos la vuelta gloriosa de nuestro Señor Jesucristo.
 

TESALONICENSES 5, 1-6

Hermanos:

En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis que os escriba.

Sabéis perfectamente que el Día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: «paz y seguridad», entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar.

Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas.

Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y vivamos sobriamente.

Palabra de Dios

 

 

ACLAMACIÓN
Juan 15, 4. 5b

Permaneced en mí, como yo en vosotros -dice el Señor- , el que permanece en mí da mucho fruto.

 

EVANGELIO
Mateo 25, 14-30

Y mientras llega el Reino de Dios no podemos estar de brazos cruzados. El Señor, que ha subido al cielo, un día volverá.
      Nos ha encargado ir anunciando el Reino de Dios, el Evangelio, a todas las gentes.
     Para eso se dan los talentos, para fructificarlos.
     Cuando el Señor vuelva pedirá cuenta a cada uno de la tarea encomendada.

 

PRESENTACIÓN

Había hablado Jesús, según el evangelio de San Mateo, de fin de Jerusalén y del fin de los tiempos, que tendrían, como colofón, la vuelta gloriosa del Señor (Mt 24, 29-44); que vendrá "el día que menos se lo espera" el criado (24, 50) y que hay que estar vigilantes y preparados, como las doncellas prudentes (Mt 25, 1-13) que esperan al novio.

Para Mateo, el tiempo que falta hasta la vuelta del Señor, es el tiempo de la Iglesia, de cada uno de sus miembros, que deben preparar la llegada del Reino de Dios, realizándolo ya en este mundo.

La parábola de los talentos descubre a los discípulos la obligación de hacer fructificar los bienes del Reino durante su vida.

Los que os digo en privado, gritadlo desde las azoteas, había dicho Jesús. La palabra del Señor, los valores del Reino, los dones recibidos gratuitamente de parte de Dios, no son para esconderlos, son para comunicarlos, para, con ellos, transformar el mundo y orientarlo hacia Dios.

A cada uno se le dan los talentos que puede "negociar" en función del Reino. Al final se piden cuentas.

Quien esconde su talento, quien no cumple su misión de anunciar el evangelio con hechos y palabras, quedará sin nada.
 

MATEO 25, 14-30

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:

-Un hombre que se iba al extranjero llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata; a otro, dos; a otro, uno; a cada cual según su capacidad. Luego se marchó.

[El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos.

En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.]

Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos.

Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo:

-Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco.

Su señor le dijo:

-Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor.

Se acercó luego el que había recibido dos talentos, y dijo:

-Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos.

Su señor le dijo:

-Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante: pasa al banquete de tu señor.

Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo:

-Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo.

El señor le respondió:

-Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco para que al volver yo pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que no tiene se le quitará, hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.

Palabra de Dios