PALABRA DE DIOS 

 


 

PRIMERA LECTURA
Isaías 58, 7-10

Ante el peligro de una falsa piedad de mero cumplimiento, Isaías dirá que si esa piedad no va acompañada del amor hecho obras de misericordia, se está muy lejos de lo que Dios quiere.

 


PRESENTACIÓN

El texto de la lectura pertenece a la parte del libro de Isaías atribuida a un ambiente profético posterior al exilio de Babilonia, conocido como "Trito Isaías"="el tercer Isaías", que está en continuidad de perspectivas con el Deutero Isaías=el segundo Isaías. Bajo la forma judicial del requerimiento utilizada a menudo por los profetas, Dios emplaza a su pueblo al cumplimiento de los preceptos fundamentales en relación al prójimo. El retorno del exilio no siempre ha significado la realización del ideal que se esperaba, y las diferencias e injusticias sociales han vuelto a aparecer en medio del pueblo.

En este contexto se habla del ayuno: el ayuno más auténtico será aquel que no es una simple mortificación de puertas adentro de la persona, sino que implica comprometerse en las situaciones de necesidad de los demás.

"Entonces romperá tu luz como la aurora...": El sufrimiento compartido establece vínculos de solidaridad, crea pueblo. La misericordia transfigura a la persona, le hace compartir una cualidad que pertenece a Dios. Entonces la plegaria será escuchada, porque brotará de un hombre que vive en sintonía con Dios: "Entonces clamarás al Señor y te responderá..." La presencia de Dios en medio del pueblo prometida a los exiliados, sólo se podrá cumplir en una situación de justicia y de solidaridad entre los que han vuelto al país.

J. NASPLEDA

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ISAÍAS 58, 7-10

Esto dice el Señor:

Parte tu pan con el hambriento,
hospeda a los pobres sin techo,
viste al que va desnudo,
y no te cierres a tu propia carne.

Entonces romperá tu luz como la aurora,
en seguida te brotará la carne sana;
te abrirá camino la justicia,
detrás irá la gloria del Señor.

Entonces clamarás al Señor
y te responderá.
Gritarás y te dirá:
«Aquí estoy.»

Cuando destierres de ti la opresión,
el gesto amenazador y la maledicencia,
cuando partas tu pan con el hambriento
y sacies el estómago del indigente,
brillará tu luz en las tinieblas,
tu oscuridad se volverá mediodía.

Palabra de Dios

 

 

 

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 111

PRESENTACIÓN

El salmo 111 es uno de los salmos rituales usados por Israel para celebrar la renovación de la alianza. Viene a ser como la lista de las bendiciones que Dios promete a quienes han sellado su pacto con él.

Al escuchar esta lista de bendiciones, prometidas al justo que teme al Señor y ama de corazón sus mandatos, los cristianos pensamos, casi espontánea y necesariamente, en Cristo, el Justo por excelencia, el que, como cabeza del nuevo pueblo de Dios, ha sellado en su sangre la alianza nueva y eterna. Dios ha realizado en él todas las bendiciones prometidas en el salmo: Su descendencia -la Iglesia- es bendita; él brilla en las tinieblas como una luz; su recuerdo es perpetuo, como la misma celebración del domingo nos evidencia.

Pero este salmo puede evocarnos también la felicidad de quienes, por nuestra comunión en Cristo, somos también herederos de las bendiciones de la nueva alianza. Meditado en este contexto, este salmo puede ser muy significativo para concluir el domingo. El bautismo, incorporándonos a Cristo, nos ha dado parte en las bendiciones divinas prometidas al justo: también nosotros somos luz del mundo; también nuestro corazón puede estar seguro, sin temor de malas noticias, porque hemos escuchado la Buena Noticia de Jesús; también nosotros esperamos alzar la frente con dignidad y ver derrotados a nuestros enemigos, la muerte y el pecado.

Que este salmo, pues, nos lleve, por una parte, a la contemplación de las perfecciones de Cristo, el Justo por excelencia, y, por otra, a la acción de gracias por la alianza y por las bendiciones que, por Cristo, hemos obtenido.

 

 
 

SALMO 111

R/. El justo brilla en las tinieblas como una luz

En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo.
Dichoso el que se apiada y presta
y administra rectamente sus asuntos.
R/. El justo brilla en las tinieblas como una luz

El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo.
No temerá las malas noticias,
su corazón está firme, en el Señor.
R/. El justo brilla en las tinieblas como una luz

Su corazón está seguro, sin temor,
reparte limosna a los pobres,
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad.
R/. El justo brilla en las tinieblas como una luz

 

SEGUNDA LECTURA
1 Corintios 2, 1-5

Sigue San Pablo el desarrollo de la carta a los corintios.
       Les recuerda cómo fue su actitud y su predicación en medio de ellos: la sencillez, la humildad, para que ellos se fijaran, no en la sabiduría de Pablo, sino en su doctrina y su mensaje: Jesucristo, muerto en la cruz por nuestra salvación.


 

PRESENTACIÓN

La elocuencia y la sabiduría humanas no le van a la verdad desnuda de la cruz de Cristo. Pablo no quiso presentarse a los corintios hablando con palabras altisonantes y haciendo alarde de elocuencia. Les predicó sencillamente a JC y a éste crucificado, sin triunfalismos.

Pablo se presentó ante los corintios como un pobre hombre, débil y temeroso. Pero su debilidad prestaría el único y el mejor servicio al asunto de Jesús, evitando el equívoco y mostrando que no era la palabra avasalladora de un hombre culto, sino la fuerza de Dios lo que operaba en la predicación cristiana.

Otros fueron a Corinto que deslumbraron con su elocuencia e hicieron discípulos (por ejemplo, Apolo, el brillante alejandrino). Pablo no quiso hacer discípulos suyos, ni deslumbrar a nadie, sino llevar a todos a la luz de Cristo. La fe no es auténtica si se apoya en la sabiduría humana y se rinde apasionadamente como adhesión a un maestro brillante. Sin embargo no confundamos a Pablo con un hombre primario que abogue por la superioridad de lo irracional, por la primacía del corazón en contra de la razón. Sus palabras se comprenden teniendo en cuenta las desviaciones gnósticas que se dieron en el seno de la comunidad de Corinto. Lo único que desea es salir al paso de estas desviaciones y de la pretensión de la sabiduría humana de llegar a desentrañar el misterio inaccesible de Dios.

EUCARISTÍA

1CORINTIOS 2, 1-5

Hermanos:

Cuando vine a vosotros a anunciaros el testimonio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado.

Me presenté a vosotros débil y temeroso; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.

Palabra de Dios

 

 

ACLAMACIÓN
Juan 8, 12

Yo soy la luz del mundo -dice el Señor- . El que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

 

EVANGELIO
Mateo 5, 13-16

Seguimos el discurso que se inició la semana pasada con las bienaventuranzas.
       Jesús nos dice que tenemos que ser sal y luz del mundo, que se tienen que ver nuestra buenas obras para que el mundo glorifique al Padre.

 

PRESENTACIÓN

"Vosotros sois la sal de la tierra": Las dos parábolas de este texto parten de dos realidades, la sal y la luz, que en el mundo antiguo tenían la fama de ser imprescindibles. La primera comparación, la de la sal, es una exhortación a los discípulos como comunidad ("vosotros"), que pone de relieve la preocupación eclesial que tiene constantemente Mateo en su evangelio. Juntos, los discípulos han de ser sal de la tierra, han de salar la tierra. ¿Qué significado tiene la sal? Indica las funciones de purificación, de dar sabor, de conservar aquello perecedero, de dar valor, etc. Los sacrificios eran salados, al igual que los pequeños al nacer. Aplicado a los discípulos indica que con sus obras y su testimonio del Evangelio han de dar sabor y valor a la humanidad.

"Si la sal se vuelve sosa...": Aunque propiamente la sal no puede perder su sabor, aquí la imagen queda manipulada al servicio del contenido. Lo que los discípulos pueden perder es la capacidad de manifestar, con sus obras y su testimonio, el Evangelio. Esta posibilidad de fracaso se aplica a la imagen de la sal, subrayando que, de la misma manera que sería totalmente inútil una sal que no tuviera sabor, también lo sería la comunidad si no hiciese presente en el mundo las obras de la fe.

"Vosotros sois la luz del mundo": La segunda comparación gira en el mismo sentido que la anterior, pero subraya la necesidad de que las obras de la comunidad de los discípulos sean visibles por los demás hombres. La imagen de la luz nos recuerda la comunidad de los esenios que se autodenominaban "hijos de la luz", pero vivían apartados del resto del pueblo en la soledad del desierto.

La comunidad cristiana no tiene la luz únicamente como un bien interno, tiene que huir de tentaciones sectarias y esotéricas. Ha recibido la luz y tiene que manifestarla al mundo.

J. NASPLEDA

MATEO 5, 13-16

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:

-Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?

No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.

Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.

Tampoco se enciende una vela para meterla debajo del celemín sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.

Alumbre así vuestra luz a los hombres para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.

Palabra de Dios