INTRODUCCIÓN 

 


 


 

 

INTRODUCCIÓN

 

EL BANQUETE DEL SEÑOR
Miguel Payá - Página franciscanos

Capítulo I
EL ANFITRIÓN
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo

4. LA EUCARISTÍA, EFUSIÓN DEL ESPÍRITU SANTO

Por la comunión de su cuerpo y de su sangre, Cristo acrecienta en nosotros el don de su Espíritu, que nos fue infundido ya en el Bautismo e impreso como «sello» en el sacramento de la Confirmación. Es decir, la Eucaristía es un Pentecostés: este es el último secreto que nos descubre por qué y cómo participamos de la Pascua de Cristo. Decía bellamente san Efrén: «Llamó al pan su cuerpo viviente, lo llenó de sí mismo y de su Espíritu..., y quien lo come con fe, come Fuego y Espíritu... Tomad, comed todos de él, y coméis con él el Espíritu Santo» (cf. Juan Pablo II, Ecclesia de Eucaristía, 17). Todo lo que sucede en la Eucaristía es obra del Espíritu Santo; veamos sus distintas operaciones (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1091-1109)

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