INSTRUCCIÓN
GENERAL DEL MISAL ROMANO
Capítulo V
DISPOSICIÓN Y ORNATO DE LAS IGLESIAS
PARA LA CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA
I. PRINCIPIOS
GENERALES
293. La adecuada disposición de la iglesia
y de sus complementos, que deben responder de forma apropiada a
las necesidades de nuestro tiempo, requiere que no sólo se tenga
cuidado de aquellas cosas que pertenecen más directamente a la
celebración de las acciones sagradas, sinoque también se prevea
aquello que busca que los fieles tengan la conveniente
comodidad, que suelen preverse en los lugares donde el pueblo se
congrega habitualmente.
294. El pueblo de Dios, que se congrega
para la Misa, posee una coherente y jerárquica ordenación que se
expresa por los diversos de ministerios y por la diferente
acción para cada una de las partes de la celebración. Por
consiguiente, conviene que la disposición general del edificio
sagrado sea aquella que de alguna manera manifieste la imagen de
la asamblea congregada, que permita el conveniente orden de
todos y que también favorezca la correcta ejecución de cada uno
de los ministerios.
Los fieles y los cantores ocuparán el
espacio que más les facilite su activa participación.[114]
El sacerdote celebrante, el diácono y los
otros ministros ocuparán un lugar en el presbiterio. Se
prepararán allí mismo los asientos para los concelebrantes; pero
si su número es grande, dispónganse en otra parte de la iglesia,
en todo caso cerca del altar.
Todo esto, aunque deba expresar la
disposición jerárquica y la diversidad de ministerios, sin
embargo debe constituir una íntima y coherente unidad, por la
cual resplandezca claramente la unidad de todo el pueblo santo.
La naturaleza y la belleza del lugar y de todo el ajuar sagrado
deben fomentar la piedad y mostrar la santidad de los misterios
que se celebran.