INSTRUCCIÓN
GENERAL DEL MISAL ROMANO
Capítulo V
DISPOSICIÓN Y ORNATO DE LAS IGLESIAS
PARA LA CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA
II.
ARREGLO DEL PRESBITERIO
PARA LA ASAMBLEA (SYNAXIS) SAGRADA
EL AMBÓN
309. La dignidad de la Palabra de Dios
exige que en la iglesia haya un lugar conveniente desde el que
se proclame, y al que durante la Liturgia de la Palabra, se
dirija espontáneamente la atención de los fieles.[117]
Conviene que por lo general este sitio sea
un ambón estable, no un simple atril portátil. El ambón, según
la estructura de la iglesia, debe estar colocado de tal manera
que los ministros ordenados y los lectores puedan ser vistos y
escuchados convenientemente por los fieles.
Desde el ambón se proclaman únicamente las
lecturas, el salmo responsorial y el pregón pascual; también
puede tenerse la homilía y proponer las intenciones de la
Oración universal. La dignidad del ambón exige que a él sólo
suba el ministro de la Palabra.
Es conveniente que el nuevo ambón se
bendiga antes de destinarlo al uso litúrgico, según el rito
descrito en el Ritual Romano.[118]
SEDE PARA EL SACERDOTE CELEBRANTE Y OTRAS
SILLAS
310. La sede del sacerdote celebrante debe
significar su ministerio de presidente de la asamblea y de
moderador de la oración. Por lo tanto, su lugar más adecuado es
vuelto hacia el pueblo, al fondo del presbiterio, a no ser que
la estructura del edificio u otra circunstancia lo impidan, por
ejemplo, si por la gran distancia se torna difícil la
comunicación entre el sacerdote y la asamblea congregada, o si
el tabernáculo está situado en la mitad, detrás del altar.
Evítese, además, toda apariencia de trono.[119]
Conviene que la sede se bendiga según el rito descrito en el
Ritual Romano, antes de ser destinada al uso litúrgico.[120]
Asimismo dispónganse en el presbiterio
sillas para los sacerdotes concelebrantes y también para los
presbíteros revestidos con vestidura coral, que estén presentes
en la celebración, aunque no concelebren.
Póngase la silla del diácono cerca de la
sede del celebrante. Para los demás ministros, colóquense las
sillas de tal manera que claramente se distingan de las sillas
del clero y que les permitan cumplir con facilidad el ministerio
que se les ha confiado.[121]