INSTRUCCIÓN
GENERAL DEL MISAL ROMANO
Capítulo VI
COSAS QUE SE
NECESITAN PARA LA CELEBRACIÓN DE LA MISA
IV. VESTIDURAS SAGRADAS
335. En la Iglesia, que es el Cuerpo de
Cristo, no todos los miembros desempeñan el mismo ministerio.
Esta diversidad de ministerios se manifiesta exteriormente en la
celebración de la Eucaristía por la diferencia de las vestiduras
sagradas que, por lo tanto, deben sobresalir como un signo del
servicio propio de cada ministro. Con todo, es conveniente que
las vestiduras sagradas mismas contribuyan al decoro de la
acción sagrada. Estas vestiduras sagradas con las que se visten
los sacerdotes y el diácono, así como también los ministros
laicos, bendíganse oportunamente, según el rito descrito en el
Ritual Romano, antes de ser destinadas al uso litúrgico.[137]
336. La vestidura sagrada para todos los
ministros ordenados e instituidos, de cualquier grado, es el
alba, que debe ser atada a la cintura con el cíngulo, a no ser
que esté hecha de tal manera que se adapte al cuerpo aun sin él.
Pero antes de ponerse el alba, si ésta no cubre el vestido común
alrededor del cuello, empléese el amito. El alba no puede
cambiarse por la sobrepelliz, ni siquiera sobre el vestido
talar, cuando deba vestirse la casulla o la dalmática, o sólo la
estola sin casulla ni dalmática, según las normas.
337. La vestidura propia del sacerdote
celebrante, en la Misa y en otras acciones sagradas que se
relacionan directamente con la Misa, es la casulla o planeta, a
no ser que se determinara otra cosa, vestida sobre el alba y la
estola.
338. La vestidura propia del diácono es la
dalmática, que viste sobre el alba y la estola; sin embargo, la
dalmática puede omitirse por una necesidad o por un grado menor
de solemnidad.
339. Los acólitos, los lectores y los
otros ministros laicos, pueden vestir alba u otra vestidura
legítimamente aprobada en cada una de las regiones por la
Conferencia de Obispos (cfr. n. 390).
340. El sacerdote lleva la estola
alrededor del cuello y pendiendo ante el pecho; pero el diácono
la lleva desde el hombro izquierdo pasando sobre el pecho hacia
el lado derecho del tronco, donde se sujeta.
341. El sacerdote lleva el pluvial, o capa
pluvial, en las procesiones y en otras acciones sagradas, según
las rúbricas de cada rito.
342. En cuanto a la forma de las
vestiduras sagradas, las Conferencias de Obispos pueden
establecer y proponer a la Sede Apostólica las adaptaciones que
respondan a las necesidades y a las costumbres de cada región.[138]